Mateo 5; Lucas 6

Lea Mateo 5:9 a los niños y explique que los pacificadores hacen de cualquier lugar un lugar pacífico, sin importar dónde estén. Comparta algunas situaciones ficticias y ayude a los niños a determinar si las personas de la situación están siendo pacificadoras o no.

Invite a los padres de algunos de los niños a visitar la clase y a compartir ejemplos de ocasiones en que sus hijos fueron pacificadores en su casa.

Escriba en tiras de papel varias situaciones difíciles que los niños pudieran afrontar (por ejemplo, hermanos que pelean por un juguete). Invite a cada niño a escoger una tira de papel. A medida que lea las situaciones, pídales que compartan cómo podrían ser pacificadores en ese caso.

Muestre a los niños varios artículos que emitan luz, incluso la imagen de unos niños. Lea Mateo 5:14–16 y diga a los niños que todos tenemos una luz por dentro. ¿De qué manera podemos utilizar nuestra luz para traer a otras personas a Dios?

Alumbre con una linterna por el salón. ¿En qué forma nos ayuda la luz? ¿Cómo podemos ser una luz para el mundo? Cubra la linterna. ¿Qué sucede si no compartimos nuestra luz o si la escondemos?

Esconda una linterna en el salón y apague las luces. Permita que los niños traten de encontrarla. Repase Mateo 5:15 y hable sobre la razón por la que no debemos esconder nuestra luz.

Alumbre la pared con la linterna e invite a los niños a seguir la luz con los ojos. Utilice la luz para dirigir su vista a una lámina del Salvador. Pida a los niños que compartan de qué manera pueden ser una luz que guíe a los demás a Jesucristo.

Ayude a los niños a encontrar y colorear las velas escondidas de la hoja de actividades de esta semana.

Cante con los niños “Cristo me manda que brille”, “Yo soy como estrella” o “Brilla”, Canciones para los niños, págs. 38–39, 84, 96.

Repita Mateo 5:44 con palabras y situaciones que los niños entiendan y con los que se puedan relacionar. Pida a los niños que compartan ocasiones en las que hayan demostrado amor por alguien aun cuando haya sido difícil. ¿Cómo los hicieron sentir esas experiencias?

Como clase, canten “Contigo iré”, Canciones para los niños, págs. 78–79. ¿Qué aprendemos de esa canción en cuanto a amar a los demás?

Entregue a los niños corazones de papel que tengan las palabras “Demostraré mi amor a todos”. Pídales que decoren los corazones y que los cuelguen en su casa como recordatorio de amar a los demás.

Ayude a los niños a crear movimientos que vayan de acuerdo con la letra de “Amad a otros”, Canciones para los niños, pág. 74.

Dibuje un cuadro en la pizarra con dos columnas, tituladas Bienaventurados… y Bendición. Invite a los niños a buscar en Mateo 5:3–12 quiénes dice Jesús que son bienaventurados y las bendiciones que les promete.

Anote en tarjetas cada una de esas cualidades y sus bendiciones correspondientes, y permita que los niños hagan concordar las cualidades con las bendiciones. Pida a los niños que elijan una de las cualidades de esos versículos que deseen desarrollar.

Invite a un niño a leer Mateo 5:9 y luego pregunte: ¿Qué es un pacificador? ¿Cuáles son algunas de las maneras en que podemos ser pacificadores con nuestra familia y amigos?, (para encontrar algunas ideas, véanse los versículos 21–24, 38–47).

Pida a cada niño que piense en una situación que pudiera necesitar la ayuda de un pacificador. ¿Qué haría un pacificador en esa situación?

Invite a los niños a compartir ocasiones en las que hayan demostrado amor a alguien, aun cuando esa persona fuera diferente de ellos o resultara difícil amarla.

Ayude a los niños a memorizar Mateo 5:16. Escriba el versículo en la pizarra. Léanlo juntos varias veces, borrando unas cuantas palabras cada vez. Una vez que los niños hayan memorizado el versículo, también podrían cantar “Brilla”, Canciones para los niños, pág. 96.

Pida a los niños que dibujen cosas que emitan luz. Lea Mateo 5:14–16. Pregúnteles por qué Jesús desea que seamos una luz para el mundo.

Invite a los niños a dibujar cosas que puedan hacer para ser una luz para los demás. Podría mostrar el video “Ilumina El Mundo: 25 días de servicio” (LDS.org). Invite a dos niños a pararse uno frente del otro, y pida que uno que trate de hacer sonreír al otro sin tocarlo. Hable del poder que los niños tienen de brindar felicidad a los demás.