Antiguo Testamento 2022
3 – 9 octubre. Isaías 58–66: “Vendrá el Redentor a Sion”


“3 – 9 octubre. Isaías 58–66: ‘Vendrá el Redentor a Sion’”, Ven, sígueme — Para la Primaria: Antiguo Testamento 2022 (2021)

“3 – 9 octubre. Isaías 58–66”, Ven, sígueme — Para la Primaria: 2022

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Jesús enseña en la sinagoga

Jesús en la sinagoga en Nazaret, por Greg K. Olsen.

3 – 9 octubre

Isaías 58–66

“Vendrá el Redentor a Sion”

Las ideas de actividades en esta reseña tienen por objeto inspirar su creatividad. No se sienta obligado a seguirlas con exactitud; siga las impresiones del Espíritu antes de la lección y durante la misma.

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Invitar a compartir

Muchas de las palabras de Isaías testifican y enseñan sobre el Salvador. Muestre una imagen de Jesucristo e invite a los niños a compartir algo que hayan aprendido sobre Él en la semana.

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Enseñar la doctrina: Niños pequeños

Isaías 58:13–14

El día de reposo puede ser una delicia para mí.

El día de reposo es un tiempo para que recordemos al Señor y para que descansemos de nuestras actividades semanales. ¿De qué manera puede ayudar a los niños a quienes enseña a que hagan del día de reposo una delicia?

Posibles actividades

  • Pida a los niños que repitan la frase “Llama[d] [el día de reposo] delicia, santo […] de Jehová” (Isaías 58:13) varias veces. Explique que “delicia” significa algo que nos brinda gozo. Pida a los niños que hablen de algunas cosas que les brindan gozo. Testifique que el Señor nos dio el día de reposo porque desea que tengamos gozo. Diga a los niños por qué el día de reposo es una delicia para usted.

  • Lea a los niños las siguientes palabras de Isaías 58:14: “… entonces te deleitarás en Jehová”. Explíqueles que el día de reposo es un día especial, un día en el que podemos pensar en las cosas que el Padre Celestial y Jesús hicieron para ayudarnos a ser felices. Ayude a los niños a pensar en las cosas que pueden hacer el día de reposo para recordar al Padre Celestial y a Jesús. Invítelos a dibujar sus ideas y a compartir sus dibujos entre ellos y con su familia.

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Una mujer enciende una lámpara de aceite hecha de barro con una lámpara sostenida en manos de un hombre

“Jehová te será luz eterna” (Isaías 60:19). Un obsequio de luz, por Eva Timothy.

Isaías 60:1–3

Puedo hacer resplandecer la luz del Salvador para los demás.

Isaías profetizó que en los últimos días el pueblo del Señor sería como una luz para aquellos que estén en tinieblas. Considere cómo puede ayudar a los niños a “levantarse” y “resplandecer”.

Posibles actividades

  • Invite a los niños a cerrar los ojos mientras usted lee Isaías 60:1–3. Pídales que abran los ojos cuando escuchen la palabra “luz” y que los cierren cuando escuchen las palabras “tinieblas” u “oscuridad”. Explique que Jesucristo y Su evangelio son como una luz que nos ayuda a ver el camino de regreso al Padre Celestial.

  • Entregue a cada niño una imagen de una luz (como el sol, una vela o una bombilla [foco]). Ayúdeles a pensar en maneras de compartir la luz del Salvador con los demás. Cada vez que se comparta una idea, invítelos a “levantarse” y hacer “resplandecer” su luz al sostener en alto su imagen. Hable a los niños sobre las formas en que los ha visto compartir la luz del Salvador.

  • Entonen juntos una canción que hable de compartir la luz, tal como “Brilla” (Canciones para los niños, pág. 96). Ayude a los niños a fijarse en palabras de la canción que recalquen lo que aprenden en Isaías 60:1–3.

Isaías 61:1–3

Jesucristo es mi Salvador y Redentor.

Isaías 61:1–3 ofrece una poderosa descripción de la misión de enseñanza y sanación del Salvador. Busque maneras de ayudar a los niños a ver cómo Jesucristo puede enseñarles y sanarlos personalmente.

Posibles actividades

  • Mientras usted lee Isaías 61:1, invite a los niños a que sostengan imágenes de Jesús enseñando, sanando y ayudando a los demás (véase el Libro de obras de arte del Evangelio). Explique que Dios envió a Jesucristo para hacer esas cosas por todos nosotros. Pida a los niños que expresen sus sentimientos en cuanto a Jesucristo. Testifique del amor del Salvador por cada uno de los niños.

  • En Isaías 61:3 se describe a aquellos que escuchan y obedecen a Jehová como “árboles de justicia”. Dibuje un árbol en la pizarra e invite a los niños a pensar en cosas justas [rectas] que puedan hacer. Por cada idea, pida a los niños que dibujen una hoja en el árbol.

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Enseñar la doctrina: Niños mayores

Isaías 58:6–11

El ayuno me bendice a mí y a otras personas necesitadas.

Puede que algunos de los niños a quienes enseña tengan suficiente edad para ayunar, pero incluso los que no la tengan se pueden beneficiar de aprender en cuanto a la ley del ayuno del Señor y prepararse para ayunar cuando estén listos.

Posibles actividades

  • Escriba en la pizarra ¿Por qué ayunamos? y ¿Cómo ayunamos? Invite a los niños a escribir respuestas posibles en la pizarra. Ínstelos a repasar “Ayunar, ayuno” en la Guía para el Estudio de las Escrituras (escrituras.ChurchofJesusChrist.org) e Isaías 58:6–11 para encontrar respuestas adicionales. ¿De qué manera nos podría ayudar Isaías 58:6–11 cuando se nos dificulte ayunar?

  • Comparta con los niños una experiencia personal relacionada con el ayuno, o bien, comparta una historia de una revista de la Iglesia sobre el ayuno. Haga hincapié en las bendiciones que se obtienen por ayunar con un propósito espiritual. Si alguno de los niños ha ayunado, invítelo a compartir su experiencia. Aliente a los niños a hablar con sus padres el próximo domingo de ayuno sobre lo que significa ayunar. Ayúdeles a entender lo que significa ayunar con un propósito sincero y con un corazón dedicado a la oración.

  • Lean juntos Isaías 58:6–7 y explique que una de las formas en que “compart[imo]s [nuestro] pan con el hambriento” cuando ayunamos es donando como ofrenda de ayuno el dinero que hubiéramos gastado en comida. Muestre a los niños una papeleta de donativos para el diezmo y las ofrendas de ayuno y explique cómo llenarla. Invítelos a leer Isaías 58:8–10 y a buscar las bendiciones que se nos prometen cuando ayunamos. ¿En qué forma el ayunar nos puede bendecir a nosotros y a los necesitados?

Isaías 61:1–3

Jesucristo es mi Salvador y Redentor.

Medite sobre cuál sería la mejor manera de utilizar las palabras de Isaías para fortalecer el testimonio de los niños de Jesucristo como su Salvador y Redentor.

Posibles actividades

  • Conceda a los niños unos cuantos minutos para leer Isaías 61:1–3 por su propia cuenta y luego invítelos a escribir en una hoja de papel o en un diario de estudio lo que esos versículos les enseñan en cuanto a Jesucristo. Invite a algunos niños a que compartan lo que pensaron.

  • Pida a los niños que compartan una frase de esos versículos que sea especialmente significativa para ellos y que expliquen por qué. ¿De qué manera nos ayudan esos versículos a que entendamos lo que Jesucristo fue enviado a hacer en la tierra?

Isaías 65:17–25

El Milenio será un tiempo de paz y gozo.

Isaías vio una época en la que el pueblo de Dios tendría paz y gozo. Esta profecía se cumplirá cuando Jesucristo regrese a la tierra y reine durante mil años, en la era conocida como el Milenio.

Posibles actividades

  • En Isaías 65:17–25 se describe cómo será la tierra cuando el Salvador venga de nuevo. Divida a los niños en grupos pequeños y asigne a cada grupo que lea algunos de esos versículos. Después de algunos minutos, elaboren juntos una lista en la pizarra de cómo será diferente la vida en la “nueva tierra” que se describe en esos versículos (versículo 17). ¿Por qué será esa una época para “go[z]a[rn]os y regocija[rn]os para siempre”? (versículo 18).

  • Antes de la clase, prepare tiras de papel con palabras y frases del décimo Articulos de Fe. Invite a uno de los niños a recitar el Artículo de Fe y pida a los demás que pongan las tiras de papel en orden. Ayúdelos a entender lo que ese artículo de fe nos enseña en cuanto al Milenio.

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Alentar el aprendizaje en el hogar

Invite a los niños a compartir con su familia algo que hayan aprendido el día de hoy en cuanto al Salvador. Ínstelos a leer las Escrituras con su familia esta semana.

Cómo mejorar nuestra enseñanza

Haga preguntas inspiradas. Haga preguntas que inviten a los niños a ir más allá de hacer una declaración de los hechos. Por ejemplo, piense en preguntas que los alienten a compartir su testimonio y sus experiencias.