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CADA UNO DE NOSOTROS PUEDE AYUDAR A EDIFICAR EL REINO DE DIOS SOBRE LA TIERRA


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CADA UNO DE NOSOTROS PUEDE AYUDAR A EDIFICAR EL REINO DE DIOS SOBRE LA TIERRA

INTRODUCCIÓN

Cada miembro de la Iglesia puede colaborar de algún modo en la edificación del reino de Dios. El mejor lugar para ello es nuestro propio hogar, en el barrio o en la estaca. Ayude a sus alumnos a entender que cuando servimos al Señor, no importa dónde lo hagamos sino cómo lo hagamos. Estar anhelosamente consagrados a la obra del reino, a cualquier nivel, bendecirá nuestra vida y nos permitirá crecer en innumerables circunstancias.

PRINCIPIOS PARA COMPRENDER

  • Si vivimos con rectitud, ayudaremos a edificar el reino de Dios.

  • Por medio de la actividad en la Iglesia, las personas y las familias se fortalecen.

  • Debemos estar dispuestos a servir dondequiera que nos encontremos.

  • A medida que prestemos servicio en el reino de Dios, recibiremos bendiciones.

SUGERENCIAS PARA LA ENSEÑANZA

Si vivimos con rectitud, ayudaremos a edificar el reino de Dios.

En la pizarra escriba Reino de Dios y pida que los alumnos expliquen qué piensan que es el reino. A continuación invite a un alumno a leer en voz alta la introducción del capítulo 8 del manual del alumno (pág. 52).

Comparta la siguiente invitación del presidente Gordon B. Hinckley:

“Invito a cada uno de ustedes, los miembros de esta Iglesia, doquiera que estén, a que se levanten con un canto en el corazón y avancen, viviendo el Evangelio, amando al Señor y edificando Su reino. Juntos, nos mantendremos firmes y guardaremos la fe, pues el Todopoderoso es nuestra fortaleza” (véase “Mantengámonos firmes; guardemos la fe”, Liahona, enero de 1996, pág. 82).

Pregunte: ¿Por qué cada miembro desempeña una labor importante en el crecimiento de la Iglesia?

Invite a los alumnos a sugerir actitudes y acciones de miembros de la Iglesia que contribuyan al fortalecimiento de la Iglesia y en la pizarra anote las respuestas. Éstas podrían incluir:

  • Ser feliz.

  • Ser positivo.

  • Orar y leer diariamente las Escrituras (véase Josué 1:8 [Dominio de las Escrituras]).

  • Arrepentirse de los pecados (véase D. y C. 58:42–43 [Dominio de las Escrituras]).

  • Ser digno de una recomendación para el templo.

  • Obedecer el consejo del profeta (véase D. y C. 1:38 [Dominio de las Escrituras, D. y C. 1:37–38]).

  • Servir fielmente en los llamamientos de la Iglesia.

  • Pagar un diezmo íntegro y honrado (véase Malaquías 3:8–10 [Dominio de las Escrituras]).

  • Asistir a las reuniones de la Iglesia.

  • Efectuar la noche de hogar.

Pregunte: ¿Cómo fortalece a la Iglesia cada una de las actitudes y actividades expuestas en la pizarra?

Pregunte a los alumnos: ¿Cómo podemos fortalecernos a nosotros mismos como miembros del reino de Dios?

Explique que, en un discurso dirigido a los jóvenes y a los adultos solteros, el presidente Gordon B. Hinckley compartió seis maneras de fortalecernos ante las dificultades que afrontamos (véase “El consejo y la oración de un profeta en beneficio de la juventud”, Liahona, abril de 2001, pág. 30). Anote en la pizarra las seis referencias y pida que los alumnos compartan ejemplos o reflexiones sobre el consejo del profeta para:

  1. Ser agradecidos.

  2. Ser inteligentes.

  3. Ser limpios.

  4. Ser verídicos.

  5. Ser humildes.

  6. Ser dedicados a la oración.

Por medio de la actividad en la Iglesia, las personas y las familias se fortalecen.

Pida que un alumno lea en voz alta el relato del presidente Thomas S. Monson en la página 53 de su manual y pregunte:

  • ¿Qué relación guarda “la brasa caliente” con la actividad en la Iglesia?

  • ¿Qué podemos hacer para ser activos en la Iglesia y vivir de acuerdo con los compromisos contraídos con el Señor?

Comparta y analice la siguiente lista dada por el presidente Ezra Taft Benson (tal vez desee emplear un retroproyector o hacer copias para cada alumno):

“1. Debemos ser para los demás la ‘luz’ del Evangelio de Jesucristo…

“2. Debemos buscar oportunidades para dar a conocer el mensaje del Evangelio a otras personas…

“3. Debemos hacer todo lo posible para contribuir a la preparación de nuestros hijos y nietos para ser misioneros…

“4. Es preciso que nuestro hogar sea un lugar de refugio, amor y armonía…

“5. Debemos esforzarnos por recibir las bendiciones y las ordenanzas del templo…

“6. Tenemos la obligación de realizar la obra del templo por nuestros antepasados…

“7. Nuestras familias deben tratar de ser autosuficientes…

“8. Los poseedores del sacerdocio deben velar por los miembros de su quórum y sus familias valiéndose del programa de orientación familiar…

“9. Tenemos el deber de tomar parte activa en los programas y actividades de la Iglesia, o sea, de santificar el día de reposo, de asistir a las reuniones, de aceptar llamamientos y de magnificarlos…

“10. Todo miembro adulto debe pagar un diezmo íntegro y contribuir con una ofrenda de ayuno generosa” (“Fortalece tus estacas”, Liahona, agosto de 1991, págs. 5–6).

Sugiera a los alumnos que seleccionen tres de las áreas mencionadas por el presidente Benson y que trabajen en ellas durante las semanas siguientes. Pídales que anoten, en la sección “Notas e impresiones” de su manual, lo que tienen pensado hacer para mejorar en cada una de ellas y anímelos a compartir sus experiencias en una clase futura.

Debemos estar dispuestos a servir donde quiera que nos encontremos.

Invite a un alumno a recitar o leer Mosíah 2:17 (Dominio de las Escrituras). Pida a los demás que expliquen lo que significa ese pasaje para ellos.

En los primeros años de la restauración de la Iglesia, el Señor pidió a los santos que se congregaran en los lugares centrales de la Iglesia, como Kirtland, Ohio; el condado de Jackson, Misuri; Nauvoo, Illinois; y Utah.

Pregunte: ¿Dónde deben congregarse los miembros de la Iglesia en la actualidad?

A fin de ayudar a contestar la pregunta anterior, comparta la siguiente declaración hecha en una carta de la Primera Presidencia fechada el 1 de diciembre de 1999, en la que se reafirma el antiguo consejo de los líderes del sacerdocio sobre la importancia de que los miembros edifiquen la Iglesia en sus respectivos países:

“A medida que los miembros de todo el mundo permanezcan en su tierra natal, obrando para edificar la Iglesia en sus propios países, recibirán grandes bendiciones, ellos en forma personal, y la Iglesia en forma colectiva. Se fortalecerán las estacas y los barrios del mundo, haciendo posible el compartir las bendiciones del Evangelio con un número aun mayor de hijos de nuestro Padre Celestial.

“Confiamos en que los miembros de la Iglesia de todo el mundo serán bendecidos al prestar atención a este consejo y trabajar por fortalecer sus unidades locales de la Iglesia y sus comunidades” (“Emigración a los Estados Unidos”, carta de la Primera Presidencia, 1 de diciembre de 1999).

Pregunte: ¿Por qué es importante edificar el reino de Dios en nuestro propio país?

Lea la siguiente declaración del élder Bruce R. McConkie, antiguo miembro del Quórum de los Doce Apóstoles:

“Las estacas de Sión… se están organizando en muchas partes de la tierra. Con respecto a esto, meditemos estas verdades: Una estaca de Sión es parte de Sión. No es posible organizar una estaca que no lo sea. Sión son los puros de corazón y obtenemos pureza de corazón por medio del bautismo y la obediencia. Las estacas tienen límites geográficos y crearlas es como fundar una Ciudad de Santidad. Cada estaca en la tierra es el lugar obligado de reunión para las ovejas perdidas de Israel que vivan en esa zona.

“El lugar de congregación de los peruanos está en las estacas de Sión que hay en Perú, y en las que se formarán en el futuro. El lugar de congregación para los chilenos está en Chile; para los bolivianos en Bolivia; para los coreanos en Corea; y así sucede a lo largo y ancho de la tierra. El pueblo de Israel, dispersado entre todas las naciones de la tierra, es llamado a congregarse con el rebaño de Cristo en las estacas de Sión que estén establecidas en esas naciones…

“Éste es el consejo de los líderes de la Iglesia: edifiquemos Sión, pero hagámoslo en el lugar donde Dios nos ha hecho nacer, donde nos ha dado patria, familia y amigos. Sión está en Sudamérica y los santos que la componen son y deben ser una influencia positiva en todas estas naciones.

“Y esto sé: Dios bendecirá a toda nación que enderece sus vías y haga un esfuerzo por avanzar Su obra” (“Para que el testimonio salga de Sión”, Liahona, septiembre de 1977, págs. 14–15).

Pregunte:

  • ¿Qué enseñó el élder McConkie sobre Sión?

  • ¿Que significa ser “una influencia positiva”?

  • ¿Cómo puede la Iglesia ser una influencia positiva para un país?

Invite a los alumnos a compartir experiencias sobre los miembros de la Iglesia que saben que son una influencia positiva en la rama, el barrio, la estaca o la comunidad y cómo bendicen a los demás.

A medida que prestemos servicio en el reino de Dios, recibiremos bendiciones.

Pida a los alumnos que lean la cita del élder Derek A. Cuthbert en la página 55 de sus manuales y que señalen las bendiciones del servicio. Invíteles a compartir ejemplos de sus propias experiencias.

SUGERENCIAS DE ASIGNACIONES PARA LOS ALUMNOS

  • Pida que los alumnos seleccionen facetas concretas de sus vidas que cambiarían a fin de vivir con mayor rectitud.

  • Pídales que indiquen tres maneras de edificar el reino del Señor allí donde viven y que las anoten en la sección “Notas e impresiones” de sus manuales. Pídales también que fijen metas específicas que les ayuden a tener éxito.