2008
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Agosto de 2008


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Llamada a la obra del Señor

Estoy sumamente agradecida por el número de marzo de 2007 de la revista Liahona, que trata de la manera de prepararse para servir en una misión de tiempo completo. Gracias a ese mensaje, tomé la firme decisión de servir en una misión. Unos meses más tarde recibí mi llamamiento. Los artículos de la Liahona me ayudaron a darme cuenta de que ahora es el momento en que el Señor me ha llamado a ayudarle en Su obra. La revista Liahona nos guía para que tomemos las decisiones correctas.

Hermana Juvy Sevilla, Filipinas

Me conmovió

La revista Liahona es muy especial para mí; no sé qué haría sin ella. De hecho, influyó mucho en mi conversión hace veintiún años. En aquella época, la manera en que se presentaba la familia en los artículos me impresionó enormemente: familias orando juntas, asistiendo a la iglesia juntas, expresando su amor. Todo aquello me conmovió y me ayudó a comprender el Evangelio. Gracias a todos por la maravillosa obra que están llevando a cabo.

Beatrice Sunke, Suiza

Cómo fortalecer el matrimonio

Tengo una amiga que se casó hace poco tiempo, y le di un ejemplar de la Liahona que hablaba acerca del matrimonio y de la sagrada responsabilidad de amarse y de preocuparse el uno por el otro. Aunque mi amiga no es miembro, leyó la revista con su esposo y me dio las gracias sinceramente porque le ayudó a fortalecer su matrimonio. La revista Liahona trae bendiciones tanto a los que son miembros como a los que no lo son.

Beatriz de Guaigua, Venezuela

Gracias de todo corazón

Sólo quiero expresar mi gratitud más profunda al Padre Celestial y a los editores por hacernos llegar la revista Liahona y así recibir Su mensaje en esta región del mundo. La revista me ha dado la confianza suficiente para permanecer firme en todo momento, incluso entre mis amigos, y para esforzarme por eliminar los pensamientos negativos que tal vez ellos tengan en cuanto a la Iglesia. Les ruego que sigan adelante con esta buena obra. Sé que el Evangelio se extenderá en esta parte del mundo.

Asuquo Dominic Ekpenyong, Nigeria

La mejor revista

Soy un nuevo miembro de la Iglesia y he aprendido muchas cosas del Evangelio gracias a la revista Liahona. Mis compañeros de cuarto están muy interesados en esta revista. Cada mes esperan ansiosos que llegue, aun cuando pertenecen a una religión diferente. Uno de mis amigos dice que ésta es la mejor revista que jamás ha visto en su vida. A todos nos interesó mucho el plan financiero (véase la hoja de presupuesto [“Budget Worksheet”] de All Is Safely Gathered In, añadido, septiembre de 2007), y todos prometieron seguirlo, con la excepción de que en vez de pagar el diezmo, tienen la intención de ahorrar.

Raja Salamon, India

Emocionado por un himno

Mientras leía el número de mayo de 2007 de la revista Liahona, me conmovió profundamente el discurso del élder Jay E. Jensen, “El poder de los himnos para nutrir el alma”. Yo también tengo un firme testimonio del poder de los himnos. En febrero de 2000, mientras escuchaba un programa de radio local, escuché una canción que nunca antes había oído. No sólo me gustó la manera en que fluía la música, sino que aprecié la forma en que cantaba el grupo y el mensaje que transmitía la canción. Tiempo después supe que quien cantó esa canción era un grupo llamado Santos de los Últimos Días. Me propuse conseguir el texto completo de la canción y tomé la decisión de visitar esa Iglesia. El primer domingo en que asistí, mi prioridad era conseguir un himnario. Allí estaba, el himno número 17, “¡Oh, está todo bien!”. Unos meses más tarde me bauticé.

Richard S. Scotland, Liberia