Seminario
Unidad 5: Día 4, Génesis 17–18


Unidad 5: Día 4

Génesis 17–18

Introducción

El Señor le había explicado previamente a Abram el convenio que establecería con él (véase Génesis 12; Abraham 2), y le aseguró que las bendiciones prometidas serían suyas (véase Génesis 15). En Génesis 17 aprendemos acerca de otras promesas y responsabilidades que el Señor reveló relacionadas con el convenio de Abraham. En relación con este convenio, el Señor cambió el nombre de Abram a Abraham y el de Sarai a Sara. La circuncisión se convirtió en una señal o símbolo del convenio. El Señor también les prometió a Abraham y a Sara que tendrían un hijo en su vejez, y se les dijo que habrían de llamarlo Isaac.

Génesis 17:1–8

El Señor hace convenio con Abraham

  1. Contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. ¿Qué quieres hacer cuando seas mayor?

    2. ¿Qué quieres ser cuando seas mayor?

    3. ¿Cuál es la diferencia entre esas dos preguntas?

Lee Génesis 17:1 para averiguar lo que el Señor quería que Abram hiciese y fuese.

¿Qué crees que significa “andar delante” del Señor?

El mandato de ser perfecto se refiere a llegar a ser como el Padre Celestial. Ése es un proceso continuo que se prolongará más allá de esta vida y que sólo se puede lograr recurriendo al poder de la expiación de Jesucristo mediante los esfuerzos diligentes por vivir Su evangelio.

Lee Génesis 17:2 para saber lo que el Señor planeaba hacer con Abram. Si lo deseas, marca la frase “Y pondré mi convenio entre yo y tú”.

Como parte del convenio que hizo con Abram, el Señor le dio un nombre nuevo. Lee Génesis 17:5–6 para averiguar cuál sería el nombre nuevo de Abram. Si lo deseas, marca lo que encuentres.

En hebreo, el nombre Abram significa padre exaltado y Abraham significa padre de una multitud. Ambos nombres simbolizan lo que Abraham podía llegar a ser por causa del convenio. Piensa en el significado del nombre nuevo. ¿Para qué cometido crees que el Señor estaba preparando a Abraham?

Lee Génesis 17:7 para determinar con quién más dijo el Señor que establecería el convenio de Abraham. Podrías marcar lo que encuentres. ¿De qué manera se relaciona contigo la promesa que hace el Señor en el versículo 7?

Lee lo siguiente acerca de quiénes son la posteridad de Abraham: “Para ser contada entre la posteridad de Abraham, la persona debe obedecer las leyes y ordenanzas del Evangelio; entonces, esa persona puede recibir todas las bendiciones del convenio de Abraham aunque él o ella no sean descendientes literales de Abraham” (véase Leales a la fe [2004], pág. 50).

Eso significa que, como miembros de la Iglesia, nosotros somos la posteridad de Abraham y podemos recibir las mismas bendiciones espirituales que el Señor le prometió a Abraham. Al igual que Abraham, nosotros podemos llegar a ser como Dios, un padre exaltado con posteridad incontable. Piensa en lo que Abraham tenía que hacer a fin de recibir esas bendiciones.

¿Qué tendríamos que hacer nosotros a fin de recibir las mismas bendiciones?

Según Génesis 17:7, el Señor desea establecer Su convenio con la posteridad de Abraham, es decir, aquellos que aceptan Su evangelio. De esto aprendemos que, al hacer y guardar convenios con el Señor, nos convertimos en herederos de las responsabilidades y de las bendiciones que se dieron a Abraham.

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Elder Russell M. Nelson

El élder Russell M. Nelson, del Quórum de los Doce Apóstoles, testificó: “Las bendiciones más grandes del convenio de Abraham se confieren en los santos templos. Estas bendiciones nos permiten salir en la primera resurrección y heredar tronos, reinos, principados, potestades y dominios, para nuestra ‘exaltación y gloria en todas las cosas’ (D. y C. 132:19)” (en “Testigos especiales de Cristo”, Liahona, abril de 2001, pág. 7).

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Elder Bruce R. McConkie

El élder Bruce R. McConkie, del Quórum de los Doce Apóstoles, enseñó: “Cuando él [o ella] se casan en el templo por el tiempo y por toda la eternidad, cada miembro digno de la Iglesia entra personalmente en el mismo convenio que el Señor hizo con Abraham. Ésa es la ocasión en la que se hacen las promesas de una posteridad eterna y es entonces cuando se especifica que aquellos que guarden los convenios allí concertados serán herederos de todas las bendiciones de Abraham, Isaac y Jacob” (A New Witness for the Articles of Faith 1985, pág. 508).

  1. Contesta la siguiente pregunta en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿Qué bendiciones heredarás si haces y guardas estos sagrados convenios del templo?

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couple with temple in background

El hecho de que tú hagas y guardes el convenio del matrimonio celestial bendecirá también a tu posteridad. Lee Génesis 17:7–8 para saber lo que el Señor prometió hacer por Abraham y su posteridad.

Medita la siguiente pregunta: ¿Qué crees que significa que el Señor será el Dios de la posteridad de Abraham?

A lo largo de la historia del Antiguo Testamento, es evidente que el Señor extendió Su brazo de misericordia a la posteridad de Abraham. Aun cuando se apartaron de la verdad, el Señor hizo todo lo posible para traerlos de vuelta, honrando el convenio que hizo con Abraham.

  1. Contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. ¿Cómo puede tu decisión de hacer convenios con el Señor bendecir a tus futuros hijos?

    2. ¿Qué bendiciones has visto que reciben las personas a causa de que sus padres hicieron y guardaron convenios sagrados?

  2. Utiliza lo que has aprendido sobre el convenio de Abraham para responder las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. ¿Que desea el Señor que tú hagas como parte de la simiente de Abraham?

    2. ¿Qué desea Él que tú seas?

Los convenios que hiciste al bautizarte son parte del convenio que el Señor hizo con Abraham. A medida que continúes viviendo dignamente para que puedas hacer y guardar esos otros convenios que sólo están disponibles en el templo y perseveres hasta el fin, cumplirás con las responsabilidades y recibirás las bendiciones de llegar a ser como Dios, quien es nuestro Padre exaltado con una posteridad innumerable.

Génesis 17:9–14

La circuncisión era una señal del convenio de Abraham

Como señal o recordatorio del convenio que Dios hizo con Abraham, Él mandó a Abraham y a todos los varones de su casa que fueran circuncidados. Esa señal les serviría como recordatorio de las responsabilidades y las bendiciones de los convenios de Abraham, que incluyen la promesa de posteridad eterna, consagración a Dios y separación del pecado y del mundo. (Véase Guía para el Estudio de las Escrituras, “Circuncisión”). La Traducción de José Smith nos ayuda a entender que el pueblo de los días de Abraham se había desviado de las ordenanzas de Dios y se había apartado de la manera correcta de bautizar. La circuncisión de un niño varón a los ocho días de vida había de ser un recordatorio a los padres de que los niños debían ser bautizados cuando fueran responsables a los ocho años de edad. (Véase Traducción de José Smith, Génesis 17:3–7, 11–12 [en la Guía para el Estudio de las Escrituras]; véase también Génesis 17:12). La circuncisión como señal del convenio de Abraham dejó de ser necesaria después del ministerio terrenal de Jesucristo (véase Moroni 8:8).

Génesis 17:15–27

El Señor le prometió a Abraham que Sara tendría un hijo llamado Isaac

¿Alguna vez se te ha contestado una oración de una manera diferente a la que esperabas?

Recuerda que Abraham había deseado tener hijos y había orado por ellos, y sin embargo su esposa, Sarai, no podía tenerlos. El Señor les mandó a Abraham y a Sara que practicasen el matrimonio plural (véase D. y C. 132:34, 65). Por consiguiente, Sara accedió a dar a su sierva, Agar, a Abraham para que también fuera su esposa y le diera hijos. Agar tuvo un hijo llamado Ismael. (Véase Génesis 16).

Lee Génesis 17:15–22 para ver de qué manera cumplió el Señor más adelante Su promesa de dar posteridad a Abraham. Podrías marcar lo que encuentres.

Observa que el Señor cambió el nombre de Sarai por el de Sara como parte del convenio. Del mismo modo que Abraham habría de ser padre de muchas naciones, Sara habría de ser madre de muchas naciones. ¿Cuál fue la reacción de Abraham cuando supo que Sara tendría un hijo? (En Génesis 17:17, rió significa que se regocijó [véase Génesis 17:17, nota a al pie de página]).

Reflexiona en las preguntas que figuran a continuación:

  • ¿De qué modo pudo haber sorprendido a Abraham esta revelación?

  • Según Génesis 17:19, ¿a través de qué linaje reveló el Señor que continuaría el convenio?

Por medio del convenio que el Señor hizo con él, Abraham recibió el Evangelio, se le confirió el sacerdocio mayor y obtuvo la promesa de posteridad eterna. También recibió la promesa de que todas estas bendiciones se ofrecerían a su posteridad. “Entre las promesas divinas que se hicieron a Abraham estaban la seguridad de que (1) Cristo vendría por medio de su linaje, y que (2) la posteridad de Abraham recibiría ciertas tierras como herencia eterna (Gén. 17; 22:15–18; Gál. 3; Abr. 2). A todas esas promesas en conjunto se les da el nombre de ‘convenio de Abraham’” (véase Guía para el Estudio de las Escrituras “Abraham, convenio de”).

Un principio que podemos aprender del modo en que se dio respuesta a las oraciones de Abraham es que Dios cumplirá Sus promesas, aunque quizás no sea de la manera o en el tiempo que nosotros habríamos esperado.

Génesis 18

Tres mensajeros santos de Dios visitan a Abraham y a Sara

En Génesis 18 aprendemos que tres mensajeros santos de Dios visitaron a Abraham y a Sara. Durante su visita, los mensajeros reiteraron la promesa de que Sara tendría un hijo. Lee Génesis 18:11–12 para saber cómo reaccionó Sara ante esa noticia.

La reacción de Sara debe haber sido una expresión de asombro más que de falta de fe. Lee Génesis 18:13–15 para averiguar lo que Abraham y Sara aprendieron acerca del Señor. Podrías marcar lo que encuentres.

  1. Escribe en tu diario de estudio de las Escrituras un ejemplo de las Escrituras o de tu propia vida que demuestre que para el Señor no hay nada que sea demasiado difícil.

Mientras el profeta José Smith estaba trabajando en la traducción inspirada de la Biblia, hizo las siguientes correcciones y aclaraciones en Génesis 18:20–22. (El texto en cursiva y negrita corresponde al material que el Profeta añadió; el texto tachado corresponde a material que él suprimió).

“Y el ángel de Jehová le dijo a Abraham: El Señor nos dijo: Por cuanto el clamor de Sodoma y Gomorra aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo, los destruiré.

Y yo os enviaré y [descenderéis] ahora y [veréis] que reciban su recompensa por sus iniquidades.

Y veréis en todas las cosas si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí;

“y si no lo hacéis, lo sabré recaerá sobre vuestras cabezas; porque los destruiré, y sabréis que yo lo haré, porque estará delante de vuestros ojos.

“Y los ángeles que eranvarones santos, que fueron enviados según el orden de Dios, se apartaron de allí y fueron hacia Sodoma,

“mas Abraham estaba aún delante de Jehová, recordando las cosas que le habían sido declaradas” (Traducción de José Smith, Génesis 18:19–24; segmentos tachados y cursiva agregados).

Al prepararse para partir, los mensajeros le dijeron a Abraham que el Señor planeaba destruir las ciudades de Sodoma y Gomorra por causa de la gran iniquidad del pueblo que vivía allí (véase Génesis 18:20–21). (Leerás acerca de la destrucción de Sodoma y Gomorra en Génesis 19). En la Biblia, la nota a al pie de página de Génesis 18:20 señala la conducta homosexual como uno de los graves pecados que cometió el pueblo de Sodoma. Esa conducta se aceptaba y practicaba extensamente entre los habitantes de Sodoma, Gomorra y las ciudades circunvecinas (véase Judas 1:7; Judas 1:7, nota c al pie de página). El profeta Ezequiel habló de otros pecados que acosaban a los habitantes de Sodoma. Él declaró que estaban llenos de orgullo y ociosidad y que a pesar de tener “saciedad de pan”, rechazaban al afligido y al menesteroso (véase Ezequiel 16:49–50).

La atracción hacia personas del mismo sexo, u homosexualidad, es un tema delicado que requiere bondad, compasión y comprensión. Sin embargo, toda violación de la ley de castidad, incluso la conducta homosexual, es un pecado grave. A fin de entender por qué la homosexualidad es un pecado grave, debemos comprender las doctrinas de los propósitos del matrimonio y de la familia en el plan del Padre Celestial. La Primera Presidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles han declarado:

“Alentamos a todos a tener presentes los propósitos de nuestro Padre Celestial al crear la tierra y al disponer nuestro nacimiento terrenal y experiencia aquí, como Sus hijos. ‘Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios y les dijo Dios: Fructificad y multiplicaos; y henchid la tierra y sojuzgadla’ (Génesis 1:27–28). ‘Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se allegará a su mujer, y serán una sola carne’ (Génesis 2:24). El matrimonio entre un hombre y una mujer fue instituido por Dios y es fundamental en el plan que Él tiene para Sus hijos y para el bienestar de la sociedad. Las familias fuertes, guiadas por una madre y un padre amorosos, sirven como la institución fundamental para el cuidado de los hijos, para inculcar la fe y para transmitir a las futuras generaciones las fortalezas y los valores morales que son importantes para la civilización y cruciales para la salvación eterna.

“Los cambios en la ley civil no modifican, ni pueden cambiar, la ley moral que Dios ha establecido. Dios espera que defendamos y guardemos Sus mandamientos pese a las opiniones o tendencias divergentes de la sociedad. Su ley de castidad es clara: las relaciones sexuales son correctas únicamente entre un hombre y una mujer que estén legal y lícitamente casados como esposo y esposa. Los exhortamos a que analicen y enseñen a los miembros de la Iglesia la doctrina que se encuentra en ‘La Familia: Una Proclamación para el Mundo’.

Así como quienes fomentan el matrimonio entre personas del mismo sexo tienen derecho a que se les trate con cortesía, lo mismo es válido para aquellos que se oponen a dicho matrimonio” (“Matrimonio entre personas del mismo sexo”, 10 de enero de 2014, mormonnewsroom.org).

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family reading scriptures
  1. Contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. ¿Cuáles son algunas de las doctrinas que nos ayudan a comprender por qué la conducta homosexual es un pecado grave?

    2. ¿De qué maneras la conducta homosexual va en contra del plan del Padre Celestial?

Aquellos que sienten atracción hacia las personas del mismo sexo pueden disfrutar de todas las bendiciones del Evangelio a medida que guarden los convenios que han hecho con Dios. Al decidir vivir la ley de castidad, ellos pueden tener pensamientos puros y virtuosos y evitar la lujuria. Pueden buscar consejo de familiares en quienes confíen y de sus obispos o presidentes de rama acerca de cómo permanecer sexualmente puros. Sin embargo, todo miembro de la Iglesia que quebrante la ley de castidad, de cualquier modo, debe arrepentirse, lo cual incluye la confesión al obispo o presidente de rama, quien con amor le ayudará a obtener el perdón del Señor. El Señor ama a todos Sus hijos y desea que se arrepientan y sean limpios de pecado.

  1. Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras, al final de las asignaciones de hoy:

    He estudiado Génesis 17–18 y he terminado esta lección el (fecha).

    Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: