Historia de la Iglesia
“Sentíamos ese gozo en nuestro corazón”


“Sentíamos ese gozo en nuestro corazón”, Historias mundiales: República Democrática del Congo, 2020

“Sentíamos ese gozo en nuestro corazón”, Historias mundiales: República Democrática del Congo

“Sentíamos ese gozo en nuestro corazón”

En 1989, cuando Daniel y Thérèse Kola escucharon hablar del Evangelio restaurado, la mayor parte de sus ingresos provenían de la venta de café, tabaco y alcohol en su cafetería. Sin embargo, después de aceptar la Palabra de Sabiduría, se preguntaban si era correcto comerciar con productos que querían evitar y hasta el día de su bautismo estuvieron deliberando qué debían hacer. Tomaron la decisión de dejar su anterior medio de vida, tal como lo habían hecho los antiguos discípulos de Cristo. “Esa mañana, la decisión estaba tomada”, recordó Daniel Kola. Vendieron su tienda y fueron bautizados, confiando en que habían hecho lo que el Señor quería que hicieran: “Sentíamos ese gozo en nuestro corazón porque algo nos conmovió”.

Durante los siguientes siete años, Daniel y Thérèse sirvieron fielmente en la Iglesia a medida de que esta iba creciendo en su país. Al igual que otros congoleños de la primera generación de Santos de los Últimos Días del país, fueron aprendiendo paso a paso. En 1996, se invitó a los líderes de la Iglesia en el Congo a avanzar a la siguiente fase en su progreso. Aunque Kinshasa estaba a casi 4000 kilómetros (2485 millas) del templo más cercano, el Templo de Johannesburgo, Sudáfrica, un grupo de más de veinte líderes locales fueron invitados a viajar juntos al templo para ser investidos con poder del cielo y ser sellados a su cónyuge por la eternidad. Fue el primer viaje al templo en grupo en la historia del Congo.

Los años posteriores al viaje al templo fueron fundamentales para la Iglesia en el Congo. A finales de la década de 1990, se organizaron muchas estacas en el país. La mayoría de los hombres que fueron llamados como primeros presidentes de estaca habían participado en ese viaje al templo, incluido Daniel Kola.

En el año 2007, Daniel Kola fue llamado a servir como Setenta de Área. Un año después, viajó a Utah para asistir a la conferencia general y fue bendecido con la oportunidad de asistir al templo cinco veces más para llevar a cabo las ordenanzas de iniciatoria, investidura y sellamiento por sus antepasados, e incluso ser sellado a sus padres. “Cuando recibí mi investidura, no entendía muchas cosas”, reflexionó Kola, “pero ahora ya lo comprendo y mi conocimiento es mucho más profundo”.

A medida que desarrollaba un mayor aprecio por el templo, Kola también empezó a sentir más interés por la historia familiar. Como muchos otros, llegó a darse cuenta de que vivía en una época crucial, cuando los nombres y los relatos de muchos antepasados todavía estaban en la memoria de personas vivas, pero que corrían el riesgo de perderse si no se registraban. En 2018, la organización sin fines de lucro de Daniel Kola llegó a un acuerdo con FamilySearch para viajar por la República Democrática del Congo y grabar relatos orales con el objetivo de reunir 400 000 nombres en doce meses.