Historia de la Iglesia
Inmigrantes daneses en Utah


Inmigrantes daneses en Utah

En agosto de 1876, un periódico de Salt Lake City en danés, el Bikuben, informó sobre la llegada de otra compañía de inmigrantes daneses. “Muchos cientos de personas se habían reunido en la estación […]. Hubo alegría cuando el tren llegó”, señaló el periódico. Los inmigrantes que habían llegado anteriormente habían preparado un banquete para que se sirviera a los recién llegados en el patio de diezmos de la ciudad. “Las mesas, de unos veinte metros de largo, gimieron bajo el peso [de la comida]”.

Antes de 1890, casi el ochenta por ciento de los conversos daneses emigraron para ayudar a edificar Sion en los Estados Unidos. En las décadas de 1850 y 1860, los Santos de los Últimos Días representaban casi la mitad del total de emigrantes de Dinamarca. Algunos, como el artista C. C. A. Christensen, tuvieron un impacto duradero en la cultura de la fe. Otros, como Hannah Sorensen, una partera con experiencia, compartieron sus habilidades para mejorar sus comunidades.

Más tarde, se llamó a muchos hombres a Dinamarca como misioneros, mientras que las mujeres permanecieron en Utah. Durante la misión del esposo de Mine Jørgensen, ella le escribió sobre los desafíos de cuidar de la granja y de sus cinco hijos ella sola. “Ahora debo ser tanto padre como madre para estos pequeños”, escribió. “Como ya sabes, no estoy acostumbrada a trabajar afuera desde que soy tu esposa”. Aun así, se comprometió a seguir adelante hasta su reencuentro. “Siempre me sentía tan segura cuando estabas conmigo”, escribió Mine, “y espero que Dios, que está en el cielo, me conceda ese día nuevamente”. Para el siglo XX, el recogimiento en Utah se había vuelto menos común, pero la influencia de los conversos daneses y su cultura en Utah y la Iglesia aún continúa.