Historia de la Iglesia
Recordando el Libro de Mormón


Recordando el Libro de Mormón

“Amado México, despierta al glorioso destino que te aguarda y recibe los escritos de tus profetas”, escribieron los primeros conversos del centro de México en 1879, luego de leer el Libro de Mormón. Ellos hicieron la promesa de que si las personas de México hacían eso, “el Dios de sus padres cumplirá todas las predicciones relativas a sus hijos”. Muchos santos mexicanos, al igual que estos primeros conversos, se han sentido ligados a la historia y las profecías del Libro de Mormón.

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Templo de la Ciudad de México

Templo de la Ciudad de México, México

En la dedicación del Templo de la Ciudad de México, los apóstoles y profetas sintieron que se estaban cumpliendo las profecías del Libro de Mormón. “Los que trabajaron para preparar el Libro de Mormón“, dijo el élder Richard G. Scott, “les dirían hoy en día que ellos están terminando cientos de años de preparación… Ellos han preparado a un pueblo. Ustedes representan ese pueblo”. Y entonces hizo un llamado a los santos de México a estudiar con más detenimiento el Libro de Mormón para continuar con ese legado.

El presidente Ezra Taft Benson, de la Primera Presidencia, sintió también una fuerte impresión en ese tiempo. “Al tomar parte en la dedicación del Templo de la Ciudad de México”, comentaría él posteriormente, “recibí la inequívoca impresión de que Dios no está complacido con nuestra negligencia del Libro de Mormón”. Más tarde, siendo presidente de la Iglesia, él instó a los Santos de los Últimos Días en todo el mundo a “inundar la tierra con el Libro de Mormón”. La inspiración que él recibió en Ciudad de México llegó a ejercer una importante influencia en la vida de incontables Santos de los Últimos Días que han hecho del estudio del Libro de Mormón una prioridad en sus vidas.