Historia de la Iglesia
“Con nuestros humildes medios”


“‘Con nuestros humildes medios’”, Historias mundiales: Escocia, 2020

“‘Con nuestros humildes medios’”, Historias mundiales: Escocia

“Con nuestros humildes medios”

En 1839, Alexander Wright y Samuel Mulliner, conversos escoceses que se unieron a la Iglesia en Canadá, fueron los primeros misioneros llamados a predicar en Escocia. Primero predicaron a sus familiares: Mulliner en Edimburgo y Wright en Banffshire. Al no tener éxito con su familia, Mulliner comenzó a predicar en Bishopton, una ciudad a unos 20 kilómetros al oeste de Glasgow donde vivía James Lea, un converso inglés. Lea presentó a Mulliner a Alexander y Jessie Hay, quienes aceptaron el Evangelio de inmediato y se bautizaron en las gélidas aguas del río Clyde el 14 de enero de 1840. Cinco días después, durante la primera reunión sacramental que se llevó a cabo en Escocia, los Hay fueron confirmados como miembros, sus hijos fueron bendecidos y Mulliner habló en lenguas, una bendición que había deseado recibir por algún tiempo.

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Samuel Mulliner y Alexander Wright

Samuel Mulliner y Alexander Wright

En febrero, Wright se reunió con Mulliner en Bishopton y ambos comenzaron a predicar juntos, viajando de ciudad en ciudad y confiando en la bondad de las personas del lugar para recibir alojamiento y comida. No obstante, no siempre fueron bien recibidos. Los misioneros fueron expulsados de Kilpatrick por un populacho que les lanzó piedras y desperdicios. Hacia finales de marzo, habiendo bautizado solamente a diez personas, comenzaron a sentirse desanimados. “Nos sentimos tan pequeños”, escribió Wright, “pero no tenemos motivos para quejarnos ya que nuestro Padre Celestial está con nosotros y, con nuestros humildes medios, la obra avanza en este lugar”. En Paisley alquilaron un local para llevar a cabo reuniones públicas. Grace Henderson McMaster, una madre soltera con cuatro hijos que asistió a una reunión, ofreció su hogar para las reuniones de los misioneros y llegó a ser la primera conversa en Paisley. Para cuando el élder Orson Pratt, del Cuórum de los Doce Apóstoles, se reunió con ellos en el mes de mayo, se habían bautizado ochenta conversos. Ese mismo mes, Pratt organizó la primera rama en Paisley.

Luego, Pratt y Mulliner se dirigieron al este hasta Edimburgo, donde primeramente se alojaron en la casa de los padres de Mulliner. Pratt ascendió a lo alto de una colina conocida como Arthur’s Seat [El asiento de Arturo], sobre el castillo de Edimburgo, y oró para poder encontrar a doscientos conversos. A continuación se puso a trabajar, haciéndose con un lugar en el que ofrecer sermones públicos varias veces a la semana e imprimiendo cientos de volantes y folletos que repartir por toda la ciudad. A pesar de sus esfuerzos, las reuniones no solían superar los veinte asistentes. “Prácticamente le predicaba a las paredes”, escribió. Buscando alternativas para llegar a las personas, Pratt decidió publicar un panfleto de 31 páginas en el que se describían algunos principios del Evangelio restaurado. Ese panfleto incluía el primer relato publicado de la Primera Visión de José Smith.

En octubre, Mulliner regresó a los Estados Unidos con una pequeña compañía de santos escoceses, los primeros de un flujo constante de conversos que respondieron al llamado de congregarse con el grupo principal de santos en Sion. Cinco meses después de que Pratt se fuera de Edimburgo, su oración por encontrar doscientos conversos había sido contestada. Entre los primeros conversos de Edimburgo se encontraban los padres de Mulliner. Muchos conversos escoceses se unieron a la labor misional durante la siguiente década, incluso William, el hijo mayor de Grace McMaster. Difundieron el Evangelio con éxito en las Tierras Bajas de Escocia, y para 1855 ya se habían organizado setenta ramas.