Historia de la Iglesia
Un espíritu hermoso


“Un espíritu hermoso”, Historias mundiales: Serbia, 2018

“Un espíritu hermoso”, Historias mundiales: Serbia

Un espíritu hermoso

Mischa Markow, un converso de Voivodina en la actual Serbia, predicó brevemente en Belgrado y Zrenjanin en el verano de 1899, pero fue expulsado de ambas ciudades. No hubo miembros de la Iglesia en Serbia hasta que Eviza Arbić Vujičić, que había sido bautizada en Budapest, Hungría, se trasladó a Belgrado, Serbia, tras la Primera Guerra Mundial. Durante catorce años no vio a ningún otro Santo de los Últimos Días.

En el otoño de 1932, Arthur Gaeth, presidente de la Misión Checoslovaca, visitó a Vujičić. En cuanto llegó Gaeth, Vujičić le dio el diezmo que había ahorrado durante sus años de aislamiento y habló durante horas sobre “las experiencias y pruebas que había vivido desde la guerra”. Con la ayuda de Vujičić, Gaeth comenzó a enseñar a Matej Spaček, quien se había enterado de la existencia de la Iglesia por un periódico local. Tras la marcha de Gaeth, Vujičić enseñó a Spaček, y los dos mantuvieron correspondencia con Gaeth. Durante la siguiente visita de Gaeth, Spaček se convirtió en la primera persona bautizada en Serbia. En 1937, Vujičić escribió a Gaeth, pidiéndole que orase por ella, pues afrontaba el invierno que en una situación de pobreza y mala salud. Gaeth hizo más que orar: trabajó con la Iglesia para mandarle ayuda económica, pero Vujičić murió antes de que le llegara el dinero.

Aunque, más adelante, en la región vivieron otros miembros aislados, no se estableció una presencia regular de la Iglesia hasta la década de 1970. En 1971, Krešimir Ćosić se unió a la Iglesia mientras estudiaba en la Universidad Brigham Young. Luego, durante su carrera profesional en el baloncesto, fue apartado como misionero especial para compartir el Evangelio y guiar a los santos dispersos por Yugoslavia. Una noche de 1978, cuando el equipo de Ćosić estaba jugando en Belgrado, se le presentó Radmila Ranović, que se había unido a la Iglesia en Suiza. Ranović había tenido la esperanza de hacer el bien por la Iglesia en su país natal. Dos años después, cuando la Iglesia solicitó por primera vez el reconocimiento oficial en Serbia, Ranović hizo de representante especial de la Iglesia en Serbia, firmando documentación y respondiendo ante la policía.

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miembros de la Rama Belgrado

Miembros de la Rama Belgrado, 1983.

Poco después, Ranović decidió servir en una misión, con la esperanza de desarrollar habilidades que la ayudasen a edificar la Iglesia. Tras regresar, comenzó a enseñar a una familia local, que fue bautizada en mayo de 1983. Seis meses después, se organizó la primera rama. “Fue muy difícil”, dijo Ranović, reflexionando sobre aquellos días, “pero el espíritu era muy hermoso”. En 1985, Ranović y otros santos de Belgrado viajaron a Zagreb para presenciar cómo el élder Thomas S. Monson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dedicaba Yugoslavia para la predicación del Evangelio.