2015
Debes orar
Marzo de 2015


Debes orar

Jimy Saint Louis, Haití

Imagen
illustration of boy in rubble

Ilustraciones por Bradley H. Clark.

El 12 de enero de 2010, el Padre Celestial me demostró Su poder después de que un edificio de concreto de cuatro pisos se desplomó sobre mí tras un terrible terremoto que devastó Haití.

Hallándome bajo el peso de los escombros, comencé a gritar y una voz apacible me habló: “Jimy, ¿por qué no oras en lugar de gritar?”.

Sin embargo, yo no dejaba de gritar porque temía que iba a morirme en unos minutos. La voz, que sonaba como la de un buen amigo que desea ayudar, volvió a hablarme: “Jimy, debes orar”.

El dolor que sentía en las piernas se me hacía insoportable, y me estaba quedando sin oxígeno en la oscuridad que me rodeaba. La voz vino una vez más: “Jimy, debes orar”.

En ese momento, dejé de resistirme. Con voz débil, dije: “Padre Celestial, Tú conoces mis fuerzas y sabes cuánto tiempo podré soportar este dolor. Te lo suplico: por favor quítame este dolor. En el nombre de Jesucristo. Amén”.

Apenas hube dicho esa sencilla oración, me quedé dormido. No recuerdo lo que sucedió después, pero cuando desperté de un profundo sueño, ya no sentía dolor. Poco después, me encontraron los rescatistas que buscaban víctimas entre las ruinas del edificio de mi oficina.

Posteriormente, me enteré que de los cinco empleados del segundo piso del edificio donde trabajaba en Puerto Príncipe, yo fui el único que salió vivo de entre los escombros. Debido a mis lesiones, perdí una pierna y pasé varios meses en el hospital. Pero sé que el Espíritu Santo me inspiró a orar y que el Padre Celestial contestó esa oración.

Puedo testificar que el Padre Celestial contesta nuestras oraciones a Su manera y de acuerdo con Sus deseos, en donde sea que nos encontremos y en todo momento que oremos.