2018
“Para que la prueba de vuestra fe” (1 Pedro 1:7)
April 2018


“Para que la prueba de vuestra fe” (1 Pedro 1:7)

El pasado 27 de noviembre de 2017 tuvimos las elecciones generales en nuestro país, Honduras, donde dos candidatos presidenciales se declaraban ganadores. A raíz de la inconformidad de la mayoría del pueblo con el Tribunal Supremo Electoral, ente autorizado para declarar un ganador, y ante la lentitud del proceso, los partidos de oposición salieron a las calles a manifestarse de forma pacífica.

Lastimosamente poco a poco esto fue aprovechado por antisociales que sacaron provecho de la situación que se estaba viviendo en el país para realizar saqueos y actos vandálicos principalmente en el comercio mayorista de abarrotes, línea blanca y electrónica. Por consecuencia de estos actos, el gobierno suspendió algunas garantías constitucionales como la libre circulación de los ciudadanos conocido popularmente como estado de sitio o toque de queda. Durante 10 días las personas no debían circular por las calles desde las 6:00 pm hasta las 6:00 am. Quienes no acataran esta medida, serían detenidos de forma parcial en las diferentes postas policiales del país.

A causa de esta situación, la Presidencia de Área y líderes locales se vieron en la necesidad de suspender las actividades programadas y servicios dominicales de la Iglesia. Particularmente en nuestro barrio teníamos nuestra presentación de la Primaria y mi hija Alice con lágrimas en sus ojos me preguntó si este año no habría presentación de Primaria a lo que le contesté que no sabía, que oráramos al Señor para que sí hubiera.

Como obispo recibí la instrucción de mi presidente de estaca de llamar a los poseedores del sacerdocio y asignarles que presidieran en sus hogares una reunión con sus familias y amigos y administraran y participaran de la Santa Cena, así como disfrutar de la bendición de compartir sus testimonios y principalmente de ayunar para que la situación de nuestro país mejore.

Comencé a recibir fotografías de los diferentes hermanos de las reuniones que realizaron en sus hogares, y pude sentir y dar gracias al Señor por la oportunidad que tiene cada varón digno de poseer el sacerdocio y administrar una ordenanza tan sagrada como la Santa Cena, así como la oportunidad de bendecir a sus familias a través de bendiciones de salud y de consuelo. Estos son los momentos de prueba donde debemos estar preparados y permanecer dignos para poder ejercer el sacerdocio en cualquier momento y circunstancia.

Estoy muy agradecido por los consejos de los profetas y líderes locales que desde hace décadas nos vienen pidiendo que estemos preparados tanto temporal como espiritualmente porque no sabemos cuándo será el día en que necesitaremos de nuestro abastecimiento temporal y espiritual. Estoy muy agradecido con el sacerdocio de nuestro barrio Las Minas que dio cumplimiento a la instrucción de nuestros líderes. Estoy seguro que sus familias fueron y serán bendecidas al prepararse y permanecer dignos para ejercer el poder de Dios a través de su sacerdocio.