2020
Testimonio y conversión
Julio de 2020


La última palabra

Testimonio y conversión

Tomado de un discurso de la Conferencia General de octubre de 2012.

Una lección importante sobre el vínculo que existe entre el testimonio y la conversión es evidente en la obra misional de los hijos de Mosíah.

“… cuantos llegaron al conocimiento de la verdad por la predicación de Ammón y sus hermanos, según el espíritu de revelación y de profecía, y el poder de Dios que obraba milagros en ellos, sí […] como vive el Señor, cuantos lamanitas creyeron en su predicación y fueron convertidos al Señor, nunca más se desviaron.

“Porque se convirtieron en un pueblo justo; abandonaron las armas de su rebelión de modo que no pugnaron más en contra de Dios […].

“Y estos son los que fueron convertidos al Señor” (Alma 23:6–8).

En estos versículos se describen dos elementos importantes: (1) el conocimiento de la verdad, que se puede interpretar como un testimonio, y (2) convertidos al Señor, lo que a mi parecer es la conversión al Salvador y a Su evangelio. Por consiguiente, la potente combinación del testimonio y de la conversión al Señor resultó en firmeza y constancia, y proporcionó protección espiritual.

Un testimonio es el conocimiento espiritual de la verdad adquirido por el poder del Espíritu Santo. La conversión continua es una devoción constante a la verdad revelada que hemos recibido, con un corazón dispuesto y por las razones justas. El saber que el Evangelio es verdadero es la esencia de un testimonio. El ser constantemente fieles al Evangelio es la esencia de la conversión. Debemos saber que el Evangelio es verdadero, y ser fieles al Evangelio.

Para abandonar las preciadas “armas de rebelión” tales como el egoísmo, el orgullo y la desobediencia, se necesita más que tan solo creer y saber. La convicción, la humildad, el arrepentimiento y la docilidad preceden al abandono de las armas de nuestra rebelión. ¿Poseemos todavía, ustedes y yo, armas de rebelión que nos impiden convertirnos al Señor? Si es así, entonces tenemos que arrepentirnos ahora mismo.

Prometo que al llegar a un conocimiento de la verdad y convertirnos al Señor, permaneceremos firmes e inmutables y nunca nos desviaremos.