2021
¡Oh, recordad, recordad!
Septiembre de 2021


Páginas Locales

¡Oh, recordad, recordad!

El presidente Henry B. Eyring, Segundo Consejero de la Primera Presidencia, en su discurso durante la Conferencia General de Octubre de 2007 señaló:

“‘¡Oh recordad, recordad!’ suplicaban a menudo los profetas del Libro de Mormón. Mi punto es instarles a buscar formas de reconocer y recordar la bondad de Dios”1.

Si nos esforzamos en la realización y preservación de las historias personales, el presidente Eyring nos promete grandes y maravillosas bendiciones, tales como:

  • Veremos la mano de Dios en nuestra vida y reconoceremos Su bondad.

  • Recordaremos al Señor.

  • Crecerá nuestro testimonio.

  • Aumentará nuestra gratitud.

  • Aumentará nuestra confianza en que el Espíritu Santo puede ayudarnos a recordar.

  • Podemos evitar la tentación asociada a la prosperidad de olvidarnos de Dios.

Escribe tu propia historia

Puedes registrar historias relevantes y significativas no solo para ti y tu familia sino para los lectores de las mismas, ya que podrían inspirarlos a progresar y alentarlos a ser fieles a los mandamientos del Señor.

Algunas historias podrían incluir experiencias acerca del desarrollo de tu fe en Jesucristo o la influencia del Espíritu Santo en tu diario vivir. Podrían contener comentarios de los logros y desafíos a los que te enfrentaste y especialmente tus sentimientos y testimonio del Evangelio al ponerlo en acción. Las enseñanzas impartidas por las Escrituras, las palabras de los profetas o los líderes locales podrían ser tu fuente de inspiración al seleccionar y elaborar tus historias.

A medida que te esfuerces por seleccionar, meditar, sintetizar y escribir historias, el Espíritu Santo te guiará y podrás descubrir tus potencialidades y superar obstáculos. Registrar tu propia historia te conectará con ti mismo, con tu familia y tus amigos, siendo una constante fuente de gozo y unión tanto en esta vida como en la venidera.

Presta servicio escribiendo historias

Las distintas organizaciones de la Iglesia a menudo comprenden proyectos grupales y actividades que podrías registrar. Este proceso desarrollará en ti el don de la observación, el don de recolectar datos (puedes realizar entrevistas, grabaciones y tomar fotografías), el don de comunicar, el don de conservar historias, el don de compartir historias y el don de estrechar lazos de amistad y fraternidad.

Podrás acrecentar tu bondad siendo amable, valorando la influencia y ejemplo de los demás al resaltar los dones y talentos de tus hermanos. Si tal fuera el caso, también podrías registrar historias que pertenezcan a otros, ya sean familiares, amigos u otros miembros. Pregúntales si están dispuestos a que la historia que detalles podría ser publicada en la sección Páginas Locales de la Liahona.

Sugerencias para escribir tu historia:

  • Las historias que registres deben ser fidedignas, es decir, basadas en hechos reales.

  • En general las historias no deben ser muy extensas.

  • Intenta usar un lenguaje preciso, claro y sencillo. Ten en cuenta que es más sencillo redactar oraciones cortas.

  • Es deseable contribuir con fotografías que cuenten y complementen tus historias. En tal caso coloca el nombre de las personas que se observan, aclarando lugar, fecha y tipo de actividad que se registra.

  • Incluye el nombre de la unidad a la que perteneces y fecha correspondiente.

  • No olvides aclarar nombre completo de quién escribió la historia, aunque puede ser anónima o ser firmada por un seudónimo.

  • Invitamos a todos y especialmente a los jóvenes y a los niños a enviar historias en las que han sentido la influencia del Espíritu Santo al vivir el Evangelio.

Considera que las historias que escribes serán guardadas y preservadas por siempre en los registros de la Historia de la Iglesia. Ten confianza en ti mismo, ejercita tu capacidad de registrar historias, persevera y el Señor te bendecirá.

Nota

  1. Henry B. Eyring, “¡Oh recorded, recordad!”, Liahona, noviembre de 2007, pág. 66.