2021
Ángeles en el templo
Octubre de 2021


Ángeles en el templo

Me preocupaba que mi condición neurológica distrajera a otras personas en el templo, hasta que oí las consoladoras palabras de un matrimonio.

Imagen
Washington D.C. Temple

Fotografía del Templo de Washington D.C. por Candace Read

El templo es el lugar más tranquilo y apacible de la tierra, ¿no es así? Bien, quizás no para alguien como yo, que tiene el síndrome de Tourette. Esa condición neurológica me hace realizar movimientos constantes y emitir ruidos contra mi voluntad. El síndrome de Tourette puede hacer que las personas se sientan incómodas cuando estoy cerca de ellas en un lugar tranquilo.

Un día, durante una sesión de investidura en el Templo de Washington D.C., me preocupaba que pudiese molestar o distraer a los demás. Se requiere toda mi atención para controlar mis tics, lo que me impide concentrarme en cualquier otra cosa. De modo que, al tratar de concentrarme en la investidura, me era imposible controlarlos por completo, aunque hiciera mi mejor esfuerzo. Tuve dificultades más de lo habitual durante la sesión.

Luego, cuando iba saliendo del salón celestial, oí una voz consoladora detrás de mí que dijo: “Por favor regrese; siga viniendo al templo”.

La voz era la de un matrimonio que había visto las dificultades que tuve. Deseaban darme la seguridad de que siempre sería bienvenido al templo sin importar los ruidos o movimientos que hiciera. Sus palabras me hicieron sentir que era tan bienvenido y que se me necesitaba tanto como a cualquier otra persona.

Cuando me abrazaron, el Espíritu Santo me bendijo con paz y gozo. Dios me había enviado una tierna misericordia en la forma de esos dos ángeles que me consolaron y me mostraron que soy importante para Él. Gracias a ellos, tuve el sentimiento de paz, tranquilidad y quietud que había esperado sentir en el templo ese día.

“No todos los ángeles provienen del otro lado del velo”, ha dicho el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles. “Con algunos de ellos caminamos y hablamos… aquí, ahora y todos los días”1.

Todos podemos ser ángeles para aquellos que nos rodean conforme transmitimos “amor y preocupación por [los] hijos [de Dios]”2.

Notas

  1. Jeffrey R. Holland, “El ministerio de ángeles”, Liahona, noviembre de 2008, pág. 30.

  2. Jeffrey R. Holland, “El ministerio de ángeles”, pág. 29.