Compartir el Evangelio: Mensajes recientes de profetas, Apóstoles y otros líderes de la Iglesia

“A medida que su testimonio crezca, sentirán esa luz crecer en su vida; no vendrá sin esfuerzo; pero vendrá al crecer el testimonio de ustedes y al decidir nutrirlo.

“Ustedes serán una luz al mundo si comparten su testimonio con otras personas. Irradiarán a los demás la luz de Cristo que hay en sus vidas. El Señor hallará la manera de que esa luz conmueva a los que ustedes amen; y por medio de la combinación de la fe y del testimonio de Sus hijas e hijos, Dios tocará con Su luz la vida de millones de personas que están en Su reino y en todo el mundo”.

“El Señor cambia vidas una a la vez. El nacimiento del Salvador fue el comienzo de un inspirador ministerio terrenal. A lo largo de Su vida, trajo innumerables almas a la luz del Evangelio. Él nos ha pedido que hagamos lo mismo. Busquen maneras de acercarse más a Cristo y de acercar más a Cristo a otras personas […]. Ese es el mejor presente que pueden dar”.

“Hago un llamado a los hombres jóvenes, y a aquellas mujeres jóvenes que deseen servir en una misión, a comenzar ahora mismo a hablar con sus padres sobre el servicio en la misión. También los invito a hablar con sus amigos en cuanto a servir en una misión y, si alguno de ellos no está seguro de hacerlo, anímenlo a que hable con su obispo.

“Mi servicio misional me preparó para ser un mejor esposo y padre, y para tener éxito en los negocios. También me preparó para toda una vida dedicada al servicio del Señor en Su Iglesia.

“A los misioneros que hayan regresado a casa después de su servicio, recuerden que no son relevados de la actividad en la Iglesia. Aprovechen los buenos hábitos que han adquirido en la misión, sigan fortaleciendo sus testimonios, trabajen mucho, oren y sean obedientes al Señor. Honren los convenios que han hecho, sigan sirviendo y bendiciendo a los demás”.

“Creo que hay tres palabras que tienen el poder de transformar nuestro servicio a Dios y a nuestro prójimo. Incorporarlas a nuestro diario vivir cambiará la forma en que interactuamos con los demás en nuestras congregaciones, con nuestros amigos y con todos los hijos de Dios: amar, compartir e invitar.

1) El amor debe ser la base y la motivación de todo lo que hacemos; hace que nuestros esfuerzos sean más significativos y nos den más gozo.

2) Compartan lo que les encanta del evangelio de Jesucristo. Compartan por qué les gusta ser miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

3) Inviten a las personas a venir y ver, venir y ayudar, y venir y pertenecer.

“A medida que se esfuercen por recorrer el sendero del discipulado, aun cuando tropiecen a veces, la luz y el gozo del evangelio de Jesucristo irradiarán en su vida. Otros notarán que ustedes tienen algo valioso en su vida, y eso conducirá a oportunidades de compartirlo.

“He aprendido en mi vida que el evangelio de Jesucristo brinda esperanza, felicidad y sanación. Es nuestro gran privilegio y bendición compartir ese Evangelio con todos los hijos de Dios”.

“Harriet y yo compartimos este video recientemente en un devocional. En él se representa la creación de una hermosa pintura por Jay Ward. De una manera especial, este proceso ilustra lo que es tratar de vivir nuestra vida de una manera más semejante a la de Cristo, y nuestra diaria labor de invitar a los demás a acercarse más a Cristo. Alentamos a las personas de una manera normal y natural a aceptar el evangelio y la Iglesia de Jesucristo. Amamos, compartimos e invitamos a las personas a que prueben y se acerquen más al Salvador. Les pedimos que vengan y vean, vengan y ayuden, y vengan y pertenezcan a esta gran comunidad de Santos de los Últimos Días.

“Queridos amigos, nunca desistan de hacer la obra sagrada del Salvador. Mediante sus dedicados esfuerzos, ayudarán a crear la imagen más completa al ayudar a las personas a acercarse a Jesucristo y a Su Iglesia. La aplicación de estos principios traerá más felicidad al mundo.

“Se requiere mucho trabajo: pequeñas y casi imperceptibles pinceladas de pintura que ayudarán a que la imagen sea perfecta y completa. El pintor sabe exactamente lo que quiere lograr. Las pinceladas de pintura pueden parecer aleatorias o caóticas para alguna persona ajena, pero están colocadas a propósito para que se complete la obra maestra. El orar, velar y tender la mano pacientemente a las personas a nuestro alrededor nos ayudará a todos a acercarnos más a Cristo. Los pequeños actos diarios de bondad, compasión y amor por Dios y Sus hijos llevarán a las personas a estar al alcance del amor de Dios.

“Cada pincelada es importante. Ustedes son importantes. Se les necesita, se necesita su labor, nada es demasiado pequeño ni insignificante”.

“Es impresionante cómo nuestros queridos misioneros están aprendiendo a utilizar las poderosas herramientas de la tecnología de manera sabia y eficaz: a la manera del Señor. Así como los misioneros se están perfeccionando en el uso de la tecnología y las redes sociales, deberíamos hacer lo mismo desde nuestros hogares y en nuestros barrios y ramas. Si no están seguros de cómo empezar, pidan a los misioneros que les enseñen. ¡Les encantará ayudar!

“Queridos amigos, Dios vive y los ama; Jesucristo dirige Su Iglesia […]. Recuerden que sus esfuerzos en las redes sociales y la tecnología no necesitan ser perfectos ni profesionales; deben ser auténticos y con intención.

“Inviten a sus amigos y seres queridos a venir y ver, venir y ayudar, y venir y pertenecer. Apliquen los principios de ‘amar’, ‘compartir’ e ‘invitar’ […].

“En todo ello, Cristo es lo principal. Por Él y mediante Él podemos traer felicidad al mundo”.

“Cuando se trata de compartir el Evangelio, el modelo sencillo de ‘amar, compartir e invitar’ nos centra más en todos los aspectos de la obra del Señor. El vivir con naturalidad estos principios fundamentales del Evangelio nos permitirá ayudar a otras personas a venir a Cristo al hacer y guardar convenios. Es posible que incluso no nos demos cuenta de que estamos compartiendo el Evangelio, porque las acciones de compartir e invitar son expresiones naturales de nuestro amor sincero hacia los demás. ¡Sencillamente es parte de quiénes somos!

En las Escrituras, leemos que ‘la caridad es sufrida’ y ‘todo lo soporta’ (1 Corintios 13:4, 7). El amor no tiene calendarios ni fecha de vencimiento. Cuando nuestros actos de compartir e invitar están motivados por el amor, no nos impacientamos. Seguimos intentándolo y confiamos en el Señor mientras tendemos la mano a los demás”.

“Al congregarnos en Jesucristo conforme seguimos Sus enseñanzas, experimentamos la libertad que solo Su evangelio puede proporcionar: la libertad de recibir revelación personal y la libertad de llegar a ser lo que el Padre Celestial quiere que seamos.

“Vivir de manera inicua puede conducir al cautiverio y a limitaciones, tanto en lo físico como en lo espiritual. Cuando ayudamos a congregar a nuestros amigos y seres queridos en el Evangelio, incluso al ayudarlos a hacer y guardar convenios sagrados con Dios, los estamos ayudando a liberarse de muchos tipos de esclavitud.

“A medida que vivas en rectitud, no solo escaparás del cautiverio del adversario, sino que también llegarás a ser un ejemplo de esperanza y luz para los demás”.

“Expreso mi gratitud por nuestros maravillosos misioneros de todo el mundo que desean llevar el mensaje de la Restauración y edificar la fe en el Señor Jesucristo.

“Al igual que estos misioneros, cada uno de nosotros tiene la oportunidad de amar, compartir e invitar a otras personas a unirse a nosotros y disfrutar de las bendiciones del evangelio del Salvador”.

“Antes de hablar recientemente en un devocional de la Primaria en Anchorage, Alaska, pregunté a algunos de mis nietos qué debía compartir con otros niños de su edad.

“‘Abuelo, diles que conoces a Jesús y que Él los ama’, respondieron.

“Tomé en serio su sugerencia y me aseguré de prometer a cada uno de esos niños que el Padre Celestial, Jesucristo y el Espíritu Santo los conocen por su nombre. También les dije que Dios los ama.

“Las verdades que compartí con esos preciados niños son las mismas verdades que comparto con cada uno de ustedes.

“El Padre Celestial y Jesucristo nos aman mucho. Somos hijos de Dios. Debemos compartir esta importante verdad con todos nuestros conocidos. En realidad, nunca estamos solos. En el Padre Celestial y en Jesucristo, tenemos amistad y apoyo constantes”.

“Pueden ser una luz en este mundo de creciente oscuridad, para ser testigos de Dios y Su justicia en todo momento, sin excepciones, y encontrar gozo en servir. Ruego que reconozcan su profunda influencia y sirvan con devoción a su Padre Celestial”.

“En un reciente devocional de BYU, hablé sobre el vínculo que existe entre las bendiciones y las responsabilidades de los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

“Tenemos la responsabilidad de invitar a todos a recibir el Evangelio. Los misioneros son bendecidos en su servicio a través del apoyo de sus familias y de los miembros.

“Tenemos la responsabilidad de unir a las familias por la eternidad. Hemos sido bendecidos con templos en todo el mundo.

“Tenemos la responsabilidad de vivir el evangelio de Jesucristo. Recibimos bendiciones a través de diversas fuentes de ayuda de la Iglesia, entre ellas, el Libro de Mormón, ahora en 112 idiomas.

“Tenemos la responsabilidad de cuidar de los necesitados. Gracias a la generosidad y la fidelidad de nuestros miembros, hemos compartido nuestras bendiciones con el mundo a través de muchas labores humanitarias.

“Mi invitación es que consideremos nuestra función en el cumplimiento de esas responsabilidades divinas y nos consagremos anhelosamente. Al hacerlo, reconoceremos y disfrutaremos las bendiciones enviadas del cielo”.

“¡Sería difícil que no nos encantara la canción ‘Cristo me manda que brille’! Cada vez que la escucho, puedo imaginar los rostros felices de los niños cantándola. La segunda estrofa dice: ‘Cristo me manda que ame a todos con fervor, siempre estando contento, con Él y Su amor’.

“¡Cada uno de nosotros tiene una luz en su interior, y Cristo quiere que la hagamos brillar! Amigos, espero que acepten esta invitación de hacer brillar su luz hoy, dondequiera que estén”.