La vida preterrenal

Nuestra vida con Dios antes de nacer

En algún momento, la mayoría de las personas se preguntan qué sucederá cuando mueran. Sin embargo, ¿se ha preguntado alguna vez si existió antes de nacer y, si así fuera, quién era usted entonces?

Sabemos por las Escrituras que, antes de venir a la tierra, vivimos con Dios y lo adoramos como nuestro Padre Eterno. También recibimos instrucción y preparación para nuestra vida terrenal y decidimos seguir el plan de nuestro Padre para nuestra salvación.

El Plan de Salvación incluía nuestra venida a la tierra. Como parte de la experiencia terrenal, recibiríamos cuerpos mortales y un velo cubriría los recuerdos de nuestra vida preterrenal. Aquí en la tierra debemos ejercer nuestro albedrío moral, o nuestra capacidad de escoger. En un gran concilio que se llevó a cabo durante nuestra vida preterrenal, el Padre Celestial escogió a Jesucristo para que pagara el precio de nuestros pecados y venciera la muerte, y Jesús aceptó voluntariamente esa función. Aprendimos que nuestro progreso para llegar a ser semejantes a nuestro Padre Celestial requeriría poner nuestra fe en Jesucristo y obedecer los mandamientos de Dios.

¿Qué es la vida preterrenal?

La “vida preterrenal” se refiere a la vida que vivimos antes de venir a la tierra como seres mortales. En la vida preterrenal, todas las personas vivieron con Dios como Sus hijos procreados como espíritus.

Reseña del tema: Vida preterrenal

Guías para el estudio del Evangelio relacionadas: Plan de Salvación, Vida terrenal, Mundo de los espíritus, Jesucristo, Hijos de Dios

Sección 1

Usted vivió con Dios antes de nacer

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mujer meditando sobre la vida preterrenal

Antes de nacer teníamos cuerpos espirituales y vivíamos con Dios como hijas e hijos espirituales de padres celestiales (véase Moisés 3:4–5). Allí “conoci[mos] a Dios y lo adora[mos] como [nuestro] Padre Eterno” ¹. Fue una época de aprendizaje y preparación, y Dios nos conocía (véase Jeremías 1:5) y nos ayudó a prepararnos para nuestra vida en la tierra (véase Doctrina y Convenios 138:56).

Algo en qué pensar

Las verdades que se enseñan en “La Familia: Una Proclamación para el Mundo” nos ayudan a entender cómo nuestra vida preterrenal encaja en el plan de nuestro Padre Celestial para nuestra felicidad. Lea los primeros tres párrafos de la proclamación, prestando especial atención a las referencias acerca de nuestra vida preterrenal. ¿Cómo le ayuda su comprensión de nuestra vida preterrenal cuando afronta dificultades? ¿Por qué cree que Dios ha revelado estas verdades acerca de la vida preterrenal?
No sabemos mucho acerca de nuestra vida preterrenal. Sin embargo, sí sabemos que “muchos […] recibieron sus primeras lecciones en el mundo de los espíritus, y fueron preparados para venir en el debido tiempo del Señor” (Doctrina y Convenios 138:56). Teniendo en cuenta lo que sabe acerca del plan de Dios de salvación y exaltación y del Evangelio de Jesucristo, ¿qué lecciones podríamos haber aprendido durante ese tiempo? Estudie Doctrina y Convenios 138:53–57, prestando especial atención al (versículo 56). Si tiene su bendición patriarcal, leerla también podría serle útil. ¿De qué manera el saber que fue preparado para su vida terrenal puede darle confianza en los momentos difíciles?

Actividades para aprender con otras personas

El presidente Russell M. Nelson recordó a los miembros de la Iglesia: “¿Quiénes son ustedes? Primero y más importante, son hijos de Dios”². Invite a todos a expresar por qué su identidad como hijos de Dios es importante para ellos. Luego lean juntos Hebreos 12:9; Doctrina y Convenios 76:24; Hechos 17:29 y Romanos 8:16. ¿Qué perspectivas obtienen de estos pasajes de las Escrituras? ¿Qué aprenden en estos pasajes sobre lo que significa ser hijos de Dios? Compartan sus ideas con el grupo.
Piensen en relatos que otras personas les hayan contado acerca de cuando ustedes eran niños. Aunque no recuerden haber sido bebés o niños pequeños, lo que les sucedió entonces puede afectarles a lo largo de la vida. Invite al grupo a compartir algunos ejemplos. Así como no podemos recordar los primeros años de nuestra niñez, tampoco podemos recordar nuestra vida preterrenal. ¿Cómo influye esto en lo que pensamos acerca de nuestra vida preterrenal?

Más información

Dieter F. Uchtdorf, “Su maravillosa travesía a casa”, Liahona, mayo de 2013, págs. 125–129
Neal A. Maxwell, “La vida premortal, una gloriosa verdad”, Liahona, enero de 1986, págs. 11–13
“Capítulo 6: Nuestra vida premortal”, Doctrina del Evangelio: Manual del alumno, 2001, págs. 17–19

Sección 2

Jesucristo fue elegido en la vida preterrenal para ser nuestro Salvador

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Jesucristo es elegido como nuestro Salvador

En la vida preterrenal, el Padre Celestial convocó un gran concilio para presentar Su plan para nuestro progreso eterno. Supimos que vendríamos a la tierra, donde podríamos ejercer nuestro albedrío moral y llegar a ser más semejantes a Dios (véase Abraham 3:23–26). El Padre Celestial escogió a Jesucristo para que fuera el Salvador y Redentor del mundo, y Él aceptó voluntariamente esa función (véase 1 Pedro 1:19–20). Como nuestro Redentor, Él haría posible que regresáramos a la presencia de Dios al vencer la muerte y el pecado.

Sin embargo, Lucifer (Satanás) procuró destruir el albedrío que Dios dio a Sus hijos (véase Moisés 4:1–3). También deseaba recibir la gloria de Dios (véanse Isaías 14:12–15; Doctrina y Convenios 76:25–29). Eso causó una gran división entre los hijos de Dios (véanse Abraham 3:27–28; Apocalipsis 12:7). Los que siguieron a Lucifer fueron expulsados del cielo con él (véanse Apocalipsis 12:8–9; Doctrina y Convenios 29:36–37). Todos los que aceptaron a Jesucristo como el Salvador pudieron progresar y recibir un cuerpo físico en la tierra.

Dios nos dio el don del albedrío moral. Lea 2 Nefi 2:27–29 y preste atención a la función que desempeña el albedrío en nuestra vida. ¿Por qué el don del albedrío es una parte crucial del plan del Padre Celestial y de nuestra experiencia terrenal? ¿Qué le enseña acerca de la importancia del albedrío el hecho de que Lucifer y sus seguidores fueran expulsados?

Jesucristo fue preordenado para ser nuestro Salvador. ¿Qué significa el título “Salvador”? Lea Juan 3:17; Hechos 2:21; Helamán 14:15 y Moisés 1:6. ¿Qué aprende de estos versículos acerca de la función de Jesucristo?

Actividad para aprender con otras personas

Durante nuestra vida preterrenal, conocimos a Dios y a Jesucristo. En la vida terrenal no tenemos recuerdos de esa época y “por fe andamos, no por vista” (2 Corintios 5:7). Si está enseñando a niños pequeños, podría invitarlos a cruzar el salón con los ojos vendados para ayudarles a entender lo que eso significa. Como grupo, estudien algunos de los pasajes de las Escrituras que aparecen bajo “Fe” en la Guía para el Estudio de las Escrituras. Luego analicen la función que desempeña la fe en Jesucristo en nuestro viaje de regreso a nuestro hogar celestial.

Más información

Dallin H. Oaks, “El gran plan”, Liahona, mayo de 2020, págs. 93–96
Guía para el Estudio de las Escrituras, “Concilio de los cielos”, Biblioteca del Evangelio
Guía para el Estudio de las Escrituras, “Salvador”, Biblioteca del Evangelio

Otros recursos acerca de la vida preterrenal