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Isaías 55–66: Los últimos días y el Milenio


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Los últimos días y el Milenio

Isaías 55–66

(18-1) Introducción

Jesús dijo: "Grandes son las palabras de Isaías" (3 Nefi 23:1). Esa declaración es verdadera no sólo con respecto a la elocuencia de Isaías, o sea, a su don de expresión, sino también a su capacidad de ver el futuro, de revelar cosas de generaciones futuras. De interés particular son sus revelaciones pertinentes a nuestro tiempo -los últimos días- y al gran Milenio que vendrá después de esta época. Verdaderamente, como dijo Jesús, "grandes son las palabras de Isaías. Pues él ciertamente habló en lo que respecta a todas las cosas concernientes a mi pueblo que es de la casa de Israel" (3 Nefi 23:1-2).

COMENTARIOS SOBRE ISAIAS 55-66

(18-2) Isaías 55:1-2. "Venid a las aguas… comprad y comed"

Este pasaje en cuanto a venir a las aguas y comer fue repetido por Jacob en su sermón acerca de la Expiación, y constituyó la base de su petición de que todos vinieran y participaran de las bendiciones de la redención. El Libro de Mormón tiene, en comparación con las versiones bíblicas actuales, algunos agregados muy significativos. Compare con atención Isaías 55:1 con 2 Nefi 9:50-5l.

El significado de las Escrituras es claro. Jesús es el agua "viva" y el "pan de vida" (véase Juan 4:13; 6:47-51), y sus dones de gracia son gratuitos para el hombre. La invitación de venir a Cristo y obtener estos dones sin dinero y sin precio no quiere decir que puedan ser alcanzados sin esfuerzo, sino que quien los quiere no necesita los bienes de este mundo para obtenerlos.

El élder Marion G. Romney explicó el precio requerido:

"Cuando la vida en la tierra se termine, veremos más claramente y comprenderemos lo que el Señor y sus profetas nos han dicho repetidamente: que los frutos del evangelio son los únicos objetivos por los que vale la pena esforzarse en la vida. El que los posee obtiene riqueza —riqueza desde el punto de vista que el Señor tiene de los valores…

"Pienso que las bendiciones del evangelio son de tan inestimable valor que el precio que debemos pagar por ellas deberá ser muy alto, y si entiendo correctamente lo que el Señor ha dicho sobre el tema, así es. Este precio, sin embargo, está dentro de las posibilidades de todos nosotros, porque no se paga con dinero ni con ninguno de los bienes de este mundo, sino con una vida recta. Lo que se requiere de nosotros es una devoción total al evangelio y una dedicación sin límite a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días…

"No es suficiente un esfuerzo a medias. No podemos alcanzar estas bendiciones y ser como el joven rico que dijo que había guardado los mandamientos desde su juventud hasta aquel momento pero que se retiró tristemente cuando, en respuesta a la pregunta: '¿Qué más me falta?', Jesús le dijo:

" 'Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dala a los pobres… y ven y sígueme' (Mateo 19:21). Evidentemente podía cumplir con todo menos con el programa de bienestar.

"No puede haber tal reserva. Debemos estar deseosos de sacrificarlo todo. Mediante la autodisciplina y la devoción debemos demostrar al Señor que estamos deseosos de servirlo en toda circunstancia. Una vez que hayamos hecho esto, recibiremos la seguridad interior de que tendremos la vida eterna en el mundo venidero. Entonces tendremos paz en este mundo." (En Conference Report, octubre de 1949, págs. 39, 43-44.)

(18-3) Isaías 55:3. "Las misericordias firmes de David"

Para obtener una explicación en cuanto a quién es David, consulte Comentarios sobre Isaías 11:l.

(18-4) Isaías 55:8-13. ¿En qué forma pueden los hijos de Dios participar de sus bondades?

Los caminos de Dios, sus palabras y pensamientos no son como los de los hombres: son superiores y grandiosos. De la misma manera que la nieve y la lluvia bajan del cielo para nutrir y hacer prosperar las plantaciones con el fin de proporcionar alimento al hombre, así las palabras de Dios nutren y hacen prosperar el alma del hombre si inclina su oído para escucharlas. Pero muy a menudo los hombres se olvidan de Dios y confían en su propia sabiduría, o rechazan la forma que Dios tiene de hacer las cosas porque no se efectúan tal como los hombres piensan que deberían hacerse.

El élder John Taylor comentó sobre este pasaje de Isaías: "Conocemos en parte, vemos en parte, y comprendemos en parte; y muchas de las cosas de Dios son escondidas de nuestra vista, tanto cosas del pasado como cosas presentes y cosas que vendrán. De ahí que el mundo critica los hechos de Dios que están aconteciendo entre los hombres; hace uso del débil juicio que Dios le ha dado para escudriñar los designios de El y desembrollar los misterios del pasado y las cosas que todavía permanecen escondidas, olvidando que ningún hombre conoce las cosas de Dios sino mediante el Espíritu Santo; olvidando que la sabiduría de este mundo no es nada comparada con la de Dios; olvidando que ningún hombre por sí mismo es competente para interpretar los designios y conocer los propósitos de Jehová, sean éstos relacionados con el pasado, el presente o el futuro. Y de ahí que al olvidarse de este principio caen en toda clase de desatinos; yerran con relación a cosas que están en las Escrituras, algunas de las cuales son representación de las insensateces y debilidades de los hombres; y otras, de la sabiduría e inteligencia de Dios, que están tan por encima de la sabiduría e inteligencia de ellos así como el cielo está por encima de la tierra." (En Journal of Discourses, 1:368.)

(18-5) Isaías 56:1-8. ¿Quiénes eran el "extranjero" y el "eunuco"?

Para entender el significado de las palabras de Isaías en el capítulo 56, versículos 1 al 8, debemos entender la importancia de tres palabras y su significado en el antiguo Israel. Las palabras son sabbat (que en algunas versiones de la Biblia aparece como "día de reposo" y en la versión de la Biblia de Jerusalén como "sábado"), extranjero y eunuco.

Sabbat (sábado, día de reposo). Para los lectores modernos sabbat se refiere al domingo, o día del Señor, pero para el antiguo Israel este vocablo tenía un significado más amplio. El sabbat semanal era sólo uno de los días llamados sabbat. Todos los días de festividades, incluyendo los de la Pascua, Pentecostés, los Tabernáculos y el Día de la Expiación también eran llamados así (véase Samuel Fallows, ed., The Popular and Critical Bible Encyclopedia and Scriptural Dictionary, s.v. "Sabbat".) Así, "días de reposo" (vers. 4) se refiere a la obediencia a toda la ley de Moisés, siendo que las distintas festividades cubrían muchos aspectos de los convenios de los israelitas con Dios. También, mediante revelación, el Señor le dijo a Moisés que guardar el día de reposo era señal del convenio entre Israel y Dios (véase Exodo 31:13, 16-17). Cuando Isaías habló acerca de contaminar el sábado, quiso decir mucho más que simplemente trabajar o jugar en el día de reposo.

Extranjero. "Un extranjero en la ley de Moisés, y en el Antiguo Testamento en general, significa alguien que no era de Israel y que vivía entre los hebreos, diferenciándose así del forastero que temporariamente visitaba la región (Exodo 20:10; Levítico 16:29; 17:8; 2 Samuel 1:13; Ezequiel 14:7). El extranjero no era un ciudadano pleno; sin embargo, tenía derechos y deberes. Estaba bajo la protección de Dios y los israelitas tenían el mandamiento de tratarlo con bondad (Levítico 19:33-34; Deuteronomio 10:18-19)." (Fallows, ed. Bible Encyclopedia, s.v. "strangers".)

Eunucos. Bajo la ley de Moisés, todo individuo que hubiera sido mutilado sexualmente no tenía plena participación en la casa de Israel (véase Deuteronomio 23:1-2). Probablemente la ley fue dictada porque un cuerpo entero simbolizaba integridad de espíritu. (Véase Antiguo Testamento: Génesis—2 Samuel (Religión 301), Manual del alumno, encabezamientos 20-14 y 2-16.) El sacerdote o levita que fuera eunuco no podía actuar en los oficios sacerdotales (véase Levítico 21:17-23).

Al entender estas tres palabras, podemos ver la belleza de la promesa de Isaías dada en el capítulo 56. Los extranjeros (gentiles) y los eunucos (los que previamente fueron excluidos de la hermandad del pueblo del convenio y que sentían que no podían producir fruto en el pacto, siendo como "árbol seco" [vers. 3]) ahora tendrían todas las bendiciones de Dios extendidas a ellos si es que guardaban el sabbat (que representa la ley de Dios). No solamente "los dispersos de Israel" serán recogidos en los últimos días, sino también "otros" (vers. 8). Que uno sea descendiente literal de Israel o no, no importará tanto como si hace convenio con Dios y lo cumple. Así tenemos que en la época de la restauración, la casa de Israel será una "casa de oración para todos los pueblos" (vers. 7; cursiva agregada).

(18-6) Isaías 56:9-12. ¿A quiénes se refieren estos versículos?

No hay acuerdo general entre los estudiosos respecto al significado de las "bestias", "atalayas", "perros" y "pastores" mencionados en estos versículos. Las bestias devoran, los atalayas son ciegos, los perros son mudos y codiciosos y los pastores no tienen entendimiento. En el contexto de los últimos días, al que este pasaje parece referirse, estas metáforas pueden señalar a los gentiles que rechazan el evangelio cuando les es presentado y procuran que otros hagan lo mismo. Este pasaje puede referirse también a los que tienen el evangelio (cuidan el rebaño) pero no lo comparten con los demás.

"Kimchi comenta: 'Se entrega el rebaño al cuidado de estos pastores. Luego vienen las bestias salvajes; los perros no ladran y las bestias salvajes devoran al rebaño. De modo que no benefician al rebaño. Sí, en verdad lo lastiman, pues el amo confía en ellos, en que lo vigilarán y serán fieles; pero no lo son. Estos son los falsos maestros y los pastores descuidados.' " (Adam Clarke, The Holy Bible… with a Commentary and Critical Notes, 4:212.)

Estas palabras son una descripción apropiada del mundo cristiano de los últimos días. Lea los comentarios de Nefi en cuanto a las iglesias de esta época (véase 2 Nefi 28:3-9) y compárelos con los comentarios hechos por Moroni (véase Moroni 8:31-33, 37-39).

(18-7) Isaías 57. "No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos"

Cuando los hombres rectos mueren, van al paraíso, a un estado de paz y descanso. Los malvados, por otra parte, no conocen la paz. Isaías 57:3-12 se refiere a la maldad general y emplea como ejemplo la falta de fidelidad de Israel con Dios, que se describe aquí y en otros lugares como adulterio (véase verso 7-8). "Yo publicaré tu justicia y tus obras, que no te aprovecharán" (vers. 12), dice el Señor. El libro de los Proverbios tal vez lo expresa mejor: "Los tesoros de maldad no serán de provecho; mas la justicia libra de muerte" (Proverbios 10:2).

(18-8) Isaías 58:1-7. ¿Hay una forma correcta de ayunar?

Los hombres que verdaderamente aman al Señor intentan vencer sus pecados y acercarse al Señor en ayuno y oración. No está bien claro si Isaías 58:1-7 se refiere al Israel antiguo o moderno, o a ambos. Es cierto que hay una forma adecuada de ayunar y de comulgar con Dios. Los israelitas indignos que se describen en estos versículos parecen haber estado molestos porque ayunaban y Dios no parecía hacerles caso; afligían sus almas, y Dios no atendía a sus sufrimientos (véase vers. 3). Pero el Señor indicó que estaban ayunando por razones erróneas. En lugar de abstenerse de comida y de las actividades del mundo, continuaban en sus trabajos y placeres (véase vers. 3). "He aquí que para contiendas y debates ayunáis, y para herir con el puño inicuamente" (vers. 4). Esa no es la clase de ayuno que el Señor espera. El los instó a contestar si la forma en que ellos ayunaban era el ayuno que El (el Señor) había escogido (véase vers. 5). En otras palabras, ¿es un ayuno apropiado y agradable a Dios? ¿Muestra la verdadera humildad y confianza en Dios? El ayuno tiene un propósito espiritual genuino: Rompe los lazos de la maldad, libera a los oprimidos espiritualmente, y proporciona pan para el que tiene hambre y abrigo para el que está desnudo (véase vers. 6-7). El obispo John H. Vandenberg explicó:

"Supongo que al hablar de 'desatar las ligaduras de la impiedad', de 'soltar las cargas' y de romper 'todo yugo' se está refiriendo a la iniquidad de la gente que piensa solamente en sí misma, con egoísmo, vanidad y orgullo y con el corazón tan fijo en las cosas de este mundo que olvida los dos grandes mandamientos: el de amar a Dios y a sus semejantes. Los principios de amar al prójimo y de amar a Dios integran el verdadero propósito del ayuno.

"Ciertamente, no se requiere imaginación para entender lo que se quiere decir con '¿No es que partas tu pan con el hambriento y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?' (Isaías 58:7.)

"Quiso decir que además de cuidar de los pobres deberíamos cuidar a los nuestros y ser responsables de nuestros padres y hermanos cuando estén en necesidad.

"Es aquí que quisiera declarar que el Señor ha hecho establecer un día de ayuno y oración en esta época para que colectivamente la Iglesia pueda unirse para cumplir el propósito del ayuno." (En Conference Report, abril de 1963, pág. 28.)

(18-9) Isaías 58:8-12. Promesas a los que ayunan debidamente

El obispo Vandenberg explicó el significado de las bendiciones prometidas en Isaías 58:8-12:

"Escuchemos nuevamente a Isaías y esta promesa: 'Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto…' (Isaías 58:8). ¿De qué valor sería esto para vosotros? Pensad en lo que significa. '…ir á tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia…'

"Además, 'invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí…' (Isaías 58:9). ¿Qué más seguridad podemos pedir que esta promesa, de que si clamamos al Señor El responderá?

"Luego Isaías reitera: '… Si quitares de en medio de ti el yugo (o la iniquidad), el dedo amenazador (el acusar a otros) y el hablar vanidad;

" 'y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía.

" 'Jehová te pastoreará siempre (o el Espíritu Santo dirigirá tu vida diaria) y en las sequías saciará tu alma (ésta es tu seguridad personal en momentos de necesidad y dificultad), y dará vigor a tus huesos (creo que esto tiene que ver con la salud. En los huesos está la médula, y la médula es la que produce sangre que es vital para la fuerza y bienestar del cuerpo); y serás como huerto de riego, y como manantial de agua, cuyas aguas nunca faltan (o sea, que la inspiración y la sabiduría fluirán de ti continuamente).

" 'Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar' (Ibid., 58:9-12). Para mí ésta es una promesa para aquellos que ayudan a los miembros de la Iglesia que tienen necesidades físicas y espirituales: 'y los tuyos', o sea, aquellos que puedan ayudar 'a sus semejantes a edificar las ruinas antiguas', a medida que estas personas brindan su ayuda, levantarán 'los cimientos de generación y generación', o sea, de las generaciones venideras, y se les considerará como 'reparadores de portillos'. En otras palabras, los habrán ayudado a vencer sus debilidades, a restaurar su alma, a establecer un puente mediante la participación activa en la Iglesia y la rehabilitación, y 'restaurándoles' la senda para que ellos transiten en ella." (En Conference Report, abril de 1963, pág. 29.)

(18-10) Isaías 58:8. ¿Cuál es el significado de la palabra retaguardia?

La palabra hebrea asaph tiene como raíz el significado de "recoger", y en Isaías 58:8, "quiere decir recoger la parte esparcida que cierra la marcha de un ejército, o cuidar que no se rezague, o defenderla de los ataques de algún enemigo" (William Wilson, Old Testament Word Studies, s.v. "rereward"). Una traducción mejor sería "la gloria de Jehová te recogerá, o te guardará junta, será tu retaguardia" (c. F. Keil y F. Delitzsch, Commentary on the Old Testament, 7:2:390).

"Cuando Israel es diligente y hace obras de amor compasivo, es como un ejército en marcha, o una caravana viajante, para quien la justicia le abre el camino, como un don apropiado de Dios, y cuya retaguardia la vigila la gloria de Dios, para que llegue a su meta sin perder una sola alma." (Keil y Delitzsch, Commentary, 7:2:390.)

(18-11) Isaías 58:13-14. La ley del día de reposo

En el mismo lenguaje poético y hermoso con el cual explicó la ley del ayuno, Isaías explicó el convenio del día de reposo empleando el condicional "si" al principio del versículo 13, que representa la parte del convenio que le corresponde al hombre, y el "entonces" al principio del versículo 14, que representa la parte que le corresponde a Dios.

Si retraemos nuestro pie (símbolo de obedecer) y no hacemos lo que es nuestro propio placer en el día de reposo, y llamamos a ese día delicia (porque realmente estamos disfrutando al santificarlo), lo llamamos "santo… de Jehová" (santo en el Antiguo Testamento tiene el significado de apartado o santificado para la obra de Dios), y lo veneramos al hacer la voluntad de Dios y no la nuestra (véase vers. 13), entonces nos complaceremos en el Señor (promesa similar a "entonces tu confianza se hará fuerte en la presencia de Dios" [D. y C. 121:45]), y andaremos "sobre las alturas de la tierra" (Isaías 58:14). Las montañas, o lugares elevados de la tierra, han sido por mucho tiempo lugar de revelación y comunión con Dios (véase Moisés 1:1; 7:2; 1 Nefi 11:1; Eter 3:1; Isaías 2:2), y subiremos para ser alimentados con la heredad de Jacob (es decir, que la consumiremos para que sea parte de nosotros). El vocablo heredad viene de la misma raíz que heredero y heredar. La revelación moderna enseña que la herencia de Jacob es la exaltación y el poder llegar a ser dioses (véase D. y C. 132:37).

(18-12) Isaías 59:1-8. La iniquidad es lo que separa al hombre de Dios

Los hombres que quebrantan los mandamientos de Dios, en cualquier época, son separados de su santo Espíritu. Cuando están así apartados de Dios, no oyen ni entienden la palabra del Señor, como explicó el élder Mark E. Petersen:

"La verdadera Iglesia es aquella que siempre da nuevas revelaciones, las que pasan a formar parte de las Escrituras… Si no lo hace, debemos admitir que se ha apartado de la senda de la verdad y la justicia. Fue Isaías quien explicó tal situación, la que existía antiguamente, al decir:

" '…no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír;

" 'pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro…' (Isaías 59:1-2.)

"Decir que no puede haber nuevas Escrituras es en sí mismo contrario a las enseñanzas de la Biblia. Si realmente creemos en la Biblia, debemos esperar Escrituras adicionales de vez en cuando, y para hacerlo debemos buscar profetas vivientes que reciban las revelaciones que llegarán a ser esa nueva Escritura. No podemos escapar a esta conclusión. Es un modelo bien establecido en las relaciones de Dios con los hombres a través de todos los tiempos." (En Conference Report, octubre de 1964, pág. 122.)

(18-13) Isaías 59:9-15. ¿Qué ocurre cuando los hombres rehusan escuchar a Dios?

Cuando los hombres no prestan atención a la palabra del Señor, esperan recibir la luz de El, pero por su mismo estado espiritual no pueden recibirla, y así andan en tinieblas y palpan "la pared como ciegos" (Isaías 59:10). La justicia desaparece, la transgresión aumenta y "la verdad [es] detenida" (vers. 15). La apostasía ocurre cuando los hombres se apartan del Señor su Dios.

(18-14) Isaías 59:16-21. ¿A qué período de tiempo se refieren estos versículos?

El pasaje que se encuentra en Isaías 59:16-21 se refiere a Jesucristo, el intercesor de los hombres ante el Padre. El vino a la tierra porque "no había hombre" ni "quien se interpusiese (intercediera)" (vers. 16) por el pueblo. Si el Salvador no hubiera sido enviado, el estado de los hombres, por causa de la iniquidad de ellos, ciertamente habría sido terrible. (Véase vers. 1-15; comparar con 2 Nefi 9:8-9.) Por lo tanto, Jesús fue enviado a la tierra. "Y lo salvó su brazo [al hombre]", así como la coraza lo protege en la batalla (vers. 16). En su cabeza estaba el "yelmo de salvación" y estaba vestido con "ropas de venganza" para tratar con los hombres de acuerdo con sus obras (vers. 17-18).

Cuando el Salvador vuelva, "vendrá a Sión", y si Jacob, o los de la casa de Israel, "se volvieren de la iniquidad" (vers. 20) hacia el Señor, El pondrá su Espíritu en ellos. El élder Orson Pratt dijo acerca de esa promesa: "Ciertamente cuando Jesús vino hace dieciocho siglos, no desvió la impiedad de Jacob, pues en aquel entonces estaban llenando la copa de iniquidad. Han permanecido en la incredulidad desde esa época hasta ahora; de ahí que desde hace dieciocho siglos que no se levanta un Libertador de Sión. Pero la Sión de los últimos días, aquella Sión que tan frecuente y plenamente mencionan los antiguos profetas, especialmente Isaías, es la Iglesia y el reino de Dios; y de aquella Iglesia o reino, o Sión, vendrá un Libertador que apartará de Jacob la impiedad después que sea cumplido el tiempo de los gentiles." (En Journal of Discourses, 14:64.)

(18-15) Isaías 60:1-2. "…tinieblas cubrirán la tierra"

La Luz de Sión es el Señor mismo, y estos versículos se refieren a las condiciones que existirán en los últimos días, cuando Sión brille, pero la obscuridad cubra a la tierra. El élder Orson Pratt escribió: "Se llama a la Sión que aquí se menciona para que se levante y resplandezca porque 'la gloria de Jehová ha nacido sobre ti'. No hay cosa revelada más plenamente en las Escrituras de la verdad eterna, que el surgimiento de la Sión de nuestro Dios en los últimos días, vestida con la gloria de Dios desde los cielos -una Sión que atraerá la atención de todas las naciones y reinos de la tierra. No será algo que ocurra en un rincón o en algún lugar o isla distante del mar, o lejos, entre un pueblo desconocido, sino que será algo que llamará la atención de todas las personas y naciones sobre la faz de toda la tierra." (En Journal of Discourses, 16:78.)

(18-16) Isaías 60:3-18. "¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes…? " ¿Qué significa su presencia?

Aunque el versículo tres de este capítulo a veces es considerado por los eruditos como una declaración profética relacionada con los sabios de oriente que visitarían al niño en Belén (véase Mateo 2:1-15), en el contexto es una profecía acerca de Sión en los últimos días, tal vez de la Nueva Jerusalén. Los "hijos que vendrán de lejos" (vers. 4), los hijos de Sión, y las riquezas de los gentiles también se refieren a lo mismo. Oro, plata, camellos y dromedarios (símbolos de la riqueza terrenal de aquella época) serán juntados para glorificar la casa de la gloria del Señor (véase vers. 7). Cuando se reúnan estas cosas preciosas, los "extranjeros (gentiles) edificarán los muros de Sión" o ayudarán a reconstruir a Jerusalén (vers. 10; comparar Comentarios sobre Isaías 49:22).

En cuanto a la frase "tus puertas estarán de continuo abiertas" (Isaías 60:11), el élder Orson Pratt dijo: " 'Tus puertas estarán de continuo abiertas; no se cerrarán de día ni de noche, para que a ti sean traídas las riquezas de las naciones (de los gentiles), y conducidos a ti sus reyes. Porque la nación o el reino que no te sirviere perecerá, y del todo será asolado.' quedará pueblo o nación que no sirva a Sión? No, ni una." (En Journal of Discourses, 14:355.)

(18-17) Isaías 60:19-22. "El sol nunca más te servirá de luz para el día"

Cuando la Nueva Jerusalén sea finalmente edificada y el Señor Jesucristo retorne en gloria a la tierra, ya no se necesitarán el sol y la luna para que den luz al pueblo del convenio de Dios. El Señor mismo será una luz sempiterna.

"Sión no tendrá necesidad del sol cuando el Señor esté allí y toda la ciudad sea iluminada por la gloria de su presencia. Cuando los cielos sean iluminados por la presencia de su gloria, no tendremos necesidad de esas brillantes luminarias del cielo para darnos luz, al menos en lo que concierne a la ciudad de Sión. Pero habrá mucha gente morando en otras ciudades vecinas, las que todavía necesitarán la luz del sol y de la luna; mas no la gran capital donde el Señor establecerá uno de sus tronos, pues su trono no estará solamente en Jerusalén, sino que también estará en Sión, tal como lo encontraréis en numerosos pasajes de la Biblia. Por lo tanto, cuando El haya establecido su trono en Sión e ilumine las moradas de la misma con la gloria de su presencia, sus habitantes ya no tendrán necesidad de la luz que proviene de las brillantes luminarias que irradian en los cielos, sino que serán vestidas con la gloria de su Dios. Cuando el pueblo se reúna en asambleas como ésta, en sus tabernáculos, el Señor se reunirá con ellos, su gloria estará sobre ellos; una nube los cubrirá de día, y si tuvieren una reunión nocturna, no necesitarán… luces de naturaleza artificial, pues el Señor estará allí y su gloria estará sobre todas sus asambleas. Así dice Isaías el profeta, y yo lo creo. Amén." (Orson Pratt, en Journal of Discourses, 14:355-56; véase también D. y C. 133:57-58.)

(18-18) Isaías 61:1-2. "Me ungió Jehová… a predicar buenas nuevas"

Jesús citó el pasaje de Isaías 61:1-2 al pueblo de Nazaret en su sinagoga. Cuando hubo terminado, "los ojos de todos en la sinagoga estaban sobre él" (Lucas 4:20). Entonces dijo: "Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros" (vers. 21; véase vers. 16-19). Estos versículos en Isaías se refieren, tal como el resto del capítulo 61, a Jesucristo y al establecimiento de Sión en los últimos días. El es quien es llamado por el Padre para predicar la liberación de aquellos cautivos en la prisión espiritual (véase 1 Pedro 3:18-19). Jesús mismo citó este pasaje como evidencia de su divinidad (véase Mateo 11:2-5; Lucas 7:19-22).

(18-19) Isaías 61:3-11. ¿Cuáles son las vestiduras de salvación y el manto de justicia?

El Señor no obra solo. Isaías 61:3-11 se refiere a la restauración física de Sión y al sacerdocio, el cual los hijos de Sión emplearán para restaurar esta gloria del Señor. Una vez más el simbolismo del casamiento es empleado para presentar el convenio entre el Señor y su pueblo en los últimos días. Vestida con "el manto de justicia" y ataviada "como novia adornada con sus joyas" (vers. 10), Sión espera la venida de su "esposo", Jesucristo. Juan el Revelador empleó una figura semejante cuando habló de las "bodas del Cordero [Jesús], y su esposa [Sión]" (Apocalipsis 19:7). En aquel pasaje la esposa se viste "de lino fino", simbólico de "las acciones justas de los santos" (Apocalipsis 19:8). En esta forma se cumplirá aquella parte del décimo Artículo de Fe que dice: "Cristo reinará personalmente sobre la tierra; y… la tierra será renovada y recibirá su gloria paradisíaca". El versículo 11 del capítulo 61 de Isaías claramente describe ese día en que la Sión del Señor, la Nueva Jerusalén, hará brotar justicia y alabanza como "el huerto hace brotar su semilla".

(18-20) Isaías 62. ¿En qué forma se simboliza la unión de Dios con su pueblo en los últimos días?

Una vez más Isaías se refirió tanto a la Nueva como a la Antigua Jerusalén. Ambas poseerán "justicia", que se encenderá "como antorcha" y ambas ofrecerán salvación (Isaías 62:1). Sión tendrá un nuevo nombre (véase vers. 2); ni la Jerusalén Antigua ni la Nueva Jerusalén serán llamadas "Desamparada" ni "Desolada" (vers. 4). Una vez más Sión se casará con el Señor. Este símbolo representa el retorno de Jerusalén a la rectitud personal, pues "como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo" en la restauración de Jerusalén (vers. 5).

(18-21) Isaías 62:4-5. ¿Por qué el Señor llamará a Sión "Hefzibá" y "Beula?"

Las palabras que Isaías empleó para describir la condición de Sión en los últimos días son importantes. Hefzi-bá significa deleitable o mi deleite está en ella, y puede referirse a la Jerusalén y la justicia de Sión en los últimos días. Beula quiere decir "unión" (véase Isaías 62:4). Nuevamente la figura del casamiento es el símbolo de la unidad, pero esta vez el pacto no es del pueblo con Dios sino de la tierra con El.

De acuerdo con Doctrina y Convenios, habrá una época en la que "la tierra de Jerusalén y la de Sión volverán a su propio lugar, y la tierra será como en los días antes de ser dividida" (D. y C. 133:24). En los días de Peleg la tierra se dividió en continentes (véase Génesis 10:25), pero antes de esa época estaba toda unida como una sola masa continental. La unión de los continentes puede ser comparada con la unión matrimonial, que es hefzi-bá y beula, esto es, deleitable y unida. Los continentes, como el hombre y la mujer en el santo matrimonio, serán sellados por la autoridad del que oficiará.

(18-22) Isaías 63:1-9. "¿Por qué es rojo tu vestido?"

Véase Doctrina y Convenios 133:46-48.

(18-23) Isaías 63:10-19. "¿Por qué, oh Jehová, nos has hecho errar…?"

Los versículos 10-19 nos describen a un pueblo que se ha desviado, un pueblo que ha violado sus convenios con el Señor. Estos versículos explican el gran juicio de la tierra en los versículos 1-9. El versículo 17 en la traducción hecha por José Smith contiene una alteración significativa: en lugar de "¿Por qué, oh Jehová, nos has hecho errar de tus caminos, y endureciste nuestro corazón… ?" tradujo "nos has permitido errar". Dios no compele a nadie al pecado ni a endurecer su corazón. Es posible que la última parte del versículo 17 sea un ruego para que el Señor restaure las tribus perdidas de Israel a las tierras de su herencia (véase D. y C. 133:23-33).

(18-24) Isaías 64:1-3. ¿Qué describen los grandes disturbios geofísicos?

Los cinco primeros versículos de Isaías 64 se citan casi palabra por palabra en Doctrina y Convenios 133:40-45. Allí se explica la obligación que tienen los siervos de Dios de ir a predicar el evangelio y amonestar a los hombres para que adoren a Dios a fin de escapar de los grandes cataclismos (véase D. y C. 133:37-39). La descripción de las montañas que caerán ante la presencia de Dios (véase Isaías 64:1, 3) tal vez se refiere a los tremendos cambios físicos que acompañarán a la segunda venida del Salvador, ocasión en que vendrá en gloria (véase D. y C. 88:87-91). En ese entonces, los valles serán "levantados" y las montañas "rebajadas" (D. y C. 49:23); la voz de Dios "derribará los montes" a tal punto que no se podrán encontrar los valles porque desaparecerán (véase D. y C. 133:22).

Jesucristo es un ser celestial. Puesto que el sol es tipo o símbolo de la gloria del reino celestial (véase D. y C. 76:70), la metáfora del fuego que consume que acompañará la Segunda Venida podría ser el resultado de la gloria emanada de la persona de Cristo. El élder Charles W. Penrose, al escribir acerca de esta época, dijo: "¡El viene! La tierra se sacude y las altas montañas tiemblan; el profundo océano se retira hacia el norte como si tuviera temor, y los cielos rasgados brillan como bronce derretido. ¡El viene! Los santos que estaban muertos salen de sus tumbas y los que viven son 'arrebatados juntamente con ellos' para recibirlo (véase 1 Tesalonicenses 4:17). Los impíos corren a esconderse de su presencia y piden que las rocas los cubran. ¡El viene! Viene con toda la hueste de los justos glorificados. El aliento de su boca produce la muerte de los malvados. Su gloria es como un fuego que consume. Los orgullosos y los rebeldes son como el rastrojo; son quemados y 'no les dejará raíz ni rama' (véase Malaquías 4:1). El barre la tierra 'con escobas de destrucción' (véase Isaías 14:23). Inunda la tierra con los terribles diluvios de su ira, y la impureza y las abominaciones del mundo son consumidas. Satanás y sus tenebrosas huestes son capturados y atados; el príncipe del poder del aire ha perdido su dominio, pues Aquel que tiene el derecho de reinar ha venido y 'los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo'." ("The Second Advent", en Millenial Star, 10 de septiembre de 1859, pág. 583.)

(18-25) Isaías 64:4-11. ¿Es la justicia del hombre como "trapo de inmundicia" para el Señor?

Cuando los hombres hacen el mal a la vista del Señor, sus caminos pueden ser comparados con "trapo de inmundicia". "Todos nosotros somos como suciedad" (Isaías 64:6). Dios entonces esconde su rostro de tales cosas (véase verso 7), y el hombre debe arrepentirse y rogar pidiendo perdón (véase vers. 8-9). Isaías dijo que "nuestras justicias [son] como trapo de inmundicia", o como Keil y Delitzch tradujeron el pasaje,"Todas nuestras virtudes son como ropa sucia de sangre" (Commentary, 7:2:470). Eso no quiere decir que Dios desprecie la virtud ni que la considere como inmundicia, sino más bien que la justicia anterior de Israel después se tornó iniquidad.

(18-26) Isaías 65:1-7. ¿Pueden los hombres encontrar al Señor si no lo buscan?

En el capítulo 65, versículos 1-7, Isaías dijo que Dios fue encontrado por quienes no lo buscaron. El apóstol Pablo interpretó estos versículos como referentes a los gentiles (véase Romanos 10:20-21). En la traducción que hizo el profeta José Smith de este pasaje dice que solamente aquellos que busquen sinceramente al Señor lo encontrarán.

Hay una diferencia entre quienes saben que deberían acudir al Señor y no lo hacen y quienes no acuden a El porque no saben que deben hacerlo. Los gentiles se encuentran entre estos últimos. Pablo escribió que Dios se manifestó a los gentiles mas no a los judíos porque había extendido "sus manos a un pueblo rebelde y contradictor" todo un día (durante muchas generaciones) y no respondió (Romanos 10:21). Entonces ha llegado el turno de los gentiles. Isaías 65:3-7 describe la actitud del Señor hacia aquellos que, habiendo recibido mucho, devuelven poco al Dador.

(18-27) Isaías 65:17-25). ¿A qué período se refieren estos versículos?

Isaías 65:17-25 se refiere al Milenio. Los que entonces vivan no desearán que las cosas sean como fueron antes. La vieja tierra, de hecho, "ni más vendrá al pensamiento" (vers. 17). Todo será gloriosamente nuevo, cesará el pesar (véase vers. 19), los niños no morirán en la infancia (véase vers. 20), se construirán casas y se plantarán huertos y árboles frutales y el pueblo gozará de su fruto. Nadie expulsará a sus semejantes de las tierras que les pertenecen, como sucedió con los santos en los primeros años de esta dispensación (véase vers. 21-22).

Resumiendo las condiciones de este día glorioso, el élder Bruce R. McConkie escribió: "Grandes y maravillosos serán los cambios relacionados con la vida durante la era milenaria, pues la mortalidad, como tal, continuará existiendo. Nacerán hijos, crecerán, se casarán, envejecerán y pasarán por algo semejante a la muerte. Se plantará la tierra, habrá cosechas y se comerá de ellas; las industrias aumentarán; se construirán ciudades y se fomentará la educación; los hombres continuarán atendiendo sus necesidades, manejando sus propios asuntos y gozando plenamente del don del libre albedrío. Hablarán un lenguaje puro (Sofonías 3:9), morarán en paz, vivirán sin enfermedad y progresarán dirigidos por el Espíritu Santo; el progreso y la perfección de la sociedad durante el Milenio excederá cualquier cosa que los hombres hayan imaginado o esperado." (Mormon Doctrine, págs. 496-97.)

En Doctrina y Convenios 101:23-31 se encuentra mucha información revelada, referente al Milenio.

(18-28) Isaías 66:1-4. ¿Por qué es "el que sacrifica buey como si matase a un hombre"?

Antiguamente Dios requería los sacrificios de animales como señal de la venida de su Hijo (Jesucristo) para expiar los pecados de los hombres. Pero la gente hizo de esa forma de adoración, dirigida a enseñarles la fe en la venida de Cristo, una burda burla. Cumplían con la forma exterior de las ordenanzas, pero habían perdido el significado espiritual de las mismas, pues no mostraban la rectitud interior correspondiente. Así, las mismas formas de adoración que iban dirigidas a salvarlos llegaban a ser abominación y obraban para su misma condenación.

En un lenguaje sumamente fuerte Isaías reveló los sentimientos del Señor hacia su hipócrita observancia religiosa. El que mataba un buey en sacrificio era considerado de la misma manera que si ofreciera a un hombre, acto de gran maldad. Otras ofrendas que se hacían tenían el mismo significado que degollar a un perro o derramar la sangre de un cerdo, ambas cosas prohibidas y abominables (véase vers. 3). Los hombres habían "elegido sus propios caminos" (vers. 3) en lugar de los del Señor. Al ser llamados por Dios mediante sus profetas, rehusaron escuchar. El resultado fue escarnios y temor, castigos justos para los que obran el mal.

(18-29) Isaías 66:5-14. ¿Cómo puede una nación nacer en un instante y la tierra producir en un día?

Aunque los judíos por largo tiempo han rechazado a Jesucristo como el Mesías, en un momento crítico en el futuro El se manifestará a ellos. El élder Charles W. Penrose describió ese gran acontecimiento, el cual ocurrirá durante la batalla de Armagedón:

"Su próxima aparición será entre los afligidos y casi derrotados hijos de Judá. En la crisis de su destino, cuando las tropas hostiles de varias naciones estén asolando la ciudad y todos los horrores de la guerra estén agobiando a los habitantes de Jerusalén, El pondrá su pie sobre el Monte de los Olivos, el cual se partirá en dos.

"Acompañado por una hueste de los cielos, El vencerá y destruirá a los ejércitos combinados de los gentiles y se manifestará a los judíos adoradores como el poderoso Libertador y Conquistador tan largamente esperado por su raza; y mientras el amor, la gratitud, el asombro y la admiración hinchan sus pechos, el Libertador les mostrará las señales de su crucifixión y se revelará como Jesús de Nazaret, al cual rechazaron y al cual sus padres dieron muerte. Entonces la incredulidad se apartará de sus almas y será quitado 'el endurecimiento' que cayó sobre Israel (véase Romanos 11:25). 'Habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén' (véase Zacarías 13:1) y… "nacerá una nación" para Dios en un día (véase Isaías 66:8). Serán bautizados para la remisión de sus pecados, y recibirán el don del Espíritu Santo, y el gobierno de Dios establecido en Sión será puesto entre ellos, para no ser derrocado jamás." (En "The Second Advent", pág. 583.)

La alusión a una mujer que da a luz a un hijo nos hace recordar una referencia semejante en Apocalipsis 12:1-7 donde leemos acerca de una mujer encinta, angustiada en el parto, que da a luz a un varón. Este hijo es identificado, en la traducción hecha por José Smith, como el reino milenario: Así, el varón al que se hace referencia en Isaías (Sión) y el hijo mencionado por Juan en Apocalipsis 12:1 parecen ser el mismo, lo que constituye buenas nuevas para Jerusalén, que se regocijará por ellas.

(18-30) Isaías 66:15-24. Escenas finales

Estos versículos se relacionan con la segunda venida del Señor y los acontecimientos que la precederán. Los versículos 15 y 16 se refieren a la destrucción del gran ejército que se reunirá contra Jerusalén justo antes de comenzar el Milenio (comparar Isaías 34:1-10; Jeremías 25:31-33; Ezequiel 38:17-23; 39:1-16; Joel 3:1-2; 11-14; Temas suplementarios, sección I).

Zacarías enseñó que una vez que la batalla haya terminado, los de las naciones paganas que hayan sobrevivido finalmente se volverán a Jehová y reinará una gran santidad en Jerusalén, esto es, entre el pueblo de Dios (véase Zacarías 14:16-21). Esta enseñanza se compara con lo que Isaías explica en los versículos que estamos comentando. Los malvados se reunirán para la destrucción (véase Isaías 66:15-18), los que están esparcidos entre las naciones paganas (Tarsis, Fut, Lud, etc.) traerán una ofrenda a Jerusalén, y el pueblo santo de Dios (véase vers. 19-23) se maravillará de lo que Dios ha hecho con los malvados (véase vers. 24).

Evidentemente muchos se unirán a la Iglesia en ese momento, pues el Señor ha dicho que tomará a los gentiles "para sacerdotes y levitas" (vers. 21); en otras palabras, recibirán el sacerdocio.

RESUMEN ANALITICO

(18-31) Las calamidades y las dificultades están aumentando en la tierra, pero hay un lugar para estar a salvo

Los profetas en todas las épocas han advertido al pueblo contra el pecado. El nuestro es un período particular por el hecho de que constituye los últimos días, días que anteceden al retorno de Jesucristo a la tierra. Satanás está haciendo un esfuerzo final para apartar a los hombres de Dios. En junio de 1894 el presidente Wilford Woodruff dijo: "Cuando la visión nocturna se despliega continuamente ante mí, y veo los imponentes juicios que están por ser derramados sobre este mundo, y sabiendo que estas cosas son verdaderas… en esta posición que ocupo ante Dios y este mundo, ¿puedo acallar mi voz de advertencia a este pueblo y a las naciones de la tierra?… Las calamidades y las dificultades están aumentando en la tierra, y estas cosas tienen un significado… Leed las Escrituras y las revelaciones. Ellas os dirán acerca de estas cosas." ("A Remarkable Statement", Improvement Era, 22 de junio de 1894, págs. 1164-65.)

Por lo tanto, no debe sorprendernos que el mundo esté en confusión, que las guerras estallen continuamente, que aumente la maldad. Estas cosas han sido profetizadas y no deben alarmarnos. El presidente Joseph Fielding Smith enseñó que: "En el mundo hay tensión, desorden, dificultades, conmociones y contención entre las naciones. No hay paz. No habrá paz hasta que el Príncipe de Paz venga a traerla. Y su advertencia es que el mundo se arrepienta. Esto pude haberlo leído en las Escrituras, pues es lo que dice el primer versículo de esta revelación que he estado citando. Los justos han sido llamados a salir de Babilonia, o el mundo, para recibir el Evangelio de Jesucristo tal como ha sido restaurado y para encontrar un lugar en el reino de Dios." (En Conference Report, abril de 1953, pág. 20.)

El presidente Marion G. Romney, también citando la promesa de que la paz sería quitada de la tierra (véase D. y C. 1:35), dijo:

"Hoy día, más de 140 años después que las palabras anteriormente citadas se expresaron, la paz ha sido quitada de la tierra. El diablo tiene poder sobre su dominio, y el Señor tiene poder sobre sus santos. El día se acerca cuando El 'bajará en juicio sobre… el mundo' y reinará en medio de su pueblo.

"Entre este momento y ese día, si los hombres y naciones continúan en su curso actual, vendrá sobre nosotros gran tribulación. Habrá más 'guerras y rumores de guerras… terremotos en diversos lugares, y muchas [otras 1 desolaciones… toda la tierra estará en conmoción…' (D. y C. 45:26, 33). Esas son las palabras del Señor mismo.

"El Señor previó la venida de estas calamidades y nos advirtió con respecto a ellas. Restauró su evangelio y restableció su Iglesia como medio de escape de las mismas" ("Why The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints", Ensign, enero de 1973, pág. 32).

El presidente Hugh B. Brown expresó palabras de consuelo y seguridad: "Quiero deciros, hermanos, que en medio de todas las dificultades, incertidumbres, tumulto y caos por los que el mundo está pasando, casi imperceptiblemente para la mayoría de la gente que lo habita, se ha establecido un reino, un reino sobre el que preside Dios el Padre y en el cual Jesucristo es el Rey. Ese reino se está extendiendo como digo, parcialmente, desapercibido, pero se está extendiendo con un poder y fuerza que derrotarán al enemigo mientras algunos de vosotros todavía viváis." ("The Kingdom is Rolling Forth", Improvement Era, dic. de 1967, pág. 93.)

El presidente Woodruff habló en cuanto al lugar donde se puede encontrar refugio en esas épocas de calamidad: "¿Podéis decirme dónde está el pueblo que será cuidado y protegido de estas grandes calamidades y juicios que ahora están a nuestras puertas? Os lo diré. Los poseedores del sacerdocio de Dios que son dignos de sus bendiciones son los únicos que tendrán esta seguridad y protección. Son los únicos entre los seres mortales; ningún otro pueblo tiene derecho de ser protegido de estos juicios. Están a nuestras puertas; ni siquiera este pueblo escapará enteramente de los mismos. Bajarán como los juicios de So doma y Gomorra. Y nadie sino el sacerdocio estará a salvo de su furia." (En Young Women's Journal, agosto de 1894, pág. 512.)