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Lección 3: La obediencia trae bendiciones


Lección 3

La obediencia trae bendiciones

Introducción

Nuestra obediencia a los mandamientos de Dios es una de las maneras en que demostramos nuestra gratitud por Sus maravillosas bendiciones. El Salvador es un ejemplo perfecto de obediencia. Nuestro deseo de ser obedientes crece a medida que aumenta nuestro amor por Dios. La obediencia a los mandamientos hace posible que Dios nos brinde la ayuda que necesitamos conforme tratamos de llevar a cabo tareas difíciles.

Lectura preparatoria

Sugerencias para la enseñanza

1 Nefi 2:2–4, 9–13, 16, 19–20; Mosíah 2:20–24, 41

Mediante nuestra obediencia demostramos gratitud a Dios y recibimos Sus mayores bendiciones

Muestre la siguiente declaración del élder Joseph B. Wirthlin (1917–2008), del Cuórum de los Doce Apóstoles, e invite a un alumno a leerla en voz alta:

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Élder Joseph B. Wirthlin

“¿Cómo podremos pagar alguna vez la deuda que tenemos con el Salvador? Él pagó el precio de una deuda que no era Suya para librarnos de una deuda que nunca podremos pagar. Por causa de Él, viviremos para siempre y, por causa de Su expiación infinita, nuestros pecados pueden ser expurgados, lo cual nos permitirá experimentar el mayor de todos los dones de Dios: la vida eterna.

“¿Se puede poner precio a un don así? ¿Podremos en momento alguno compensar tal don?” (“Deudas terrenales y deudas celestiales”, Liahona, mayo de 2004, pág. 43).

Dé a los alumnos un momento para analizar algunas respuestas posibles a la última pregunta que hace el élder Wirthlin. Aliéntelos a reconocer principios y doctrinas durante la lección que los ayuden a responder a esa pregunta.

Invite a los alumnos a leer en silencio Mosíah 2:20–24. Pídales que presten atención para descubrir lo que el rey Benjamín enseñó acerca de cómo debemos considerarnos en relación a Dios.

  • ¿Por qué piensan que el rey Benjamín enseñó que sin importar qué hagamos, aun así somos “servidores inútiles” de Dios?

  • Aunque nunca podremos pagar la deuda que tenemos con Dios, ¿qué sugieren esos versículos que hagamos para demostrar nuestra gratitud por todo lo que Él ha hecho por nosotros? (Ayude a los alumnos a reconocer el siguiente principio: Cuando reconocemos nuestra deuda eterna para con Dios, tenemos el deseo de servirle y guardar Sus mandamientos).

Diga a los alumnos que uno de los grandes relatos de obediencia a Dios que aparecen en las Escrituras se encuentra al principio del Libro de Mormón, en donde se relata cómo el profeta Lehi y su familia respondieron cuando Dios les pidió que hicieran algo muy difícil. Pida a un alumno que lea 1 Nefi 2:2–4 en voz alta.

  • ¿Por qué podría haber sido difícil para la familia de Lehi obedecer el mandato de Dios de abandonar Jerusalén?

Invite a los alumnos a estudiar 1 Nefi 2:9–13, 16 y determinar las diferencias entre la actitud y el comportamiento de Lamán y Lemuel y el de Nefi en respuesta a ese mandamiento. (Nota: Esta actividad alentará a los alumnos a practicar la importante técnica para el estudio de las Escrituras que consiste en comparar y contrastar).

  • ¿Qué palabras y frases describen la respuesta de Lamán y Lemuel? (Eran duros de cerviz, murmuraban y no conocían la manera de proceder de Dios).

  • ¿Cómo respondió Nefi al mandamiento de abandonar Jerusalén? (Fue humilde; tenía deseos de conocer las cosas de Dios; tuvo fe en las palabras de su padre, que era profeta; y oró).

  • ¿Por qué Nefi respondió a las palabras de su padre de manera diferente a la de sus hermanos?

Dé un momento a los alumnos para que mediten si son más parecidos a Lamán y Lemuel o a Nefi cuando el Señor o los líderes de Su Iglesia les piden que hagan algo difícil.

Invite a un alumno a leer 1 Nefi 2:19–20 en voz alta. Pida a la clase que siga la lectura en silencio y que encuentre la promesa que el Señor le hizo a Nefi.

  • ¿Qué palabras de esos versículos resumen lo que el Señor le prometió a Nefi? (Asegúrese de que los alumnos comprendan el siguiente principio: Si guardamos los mandamientos, prosperaremos en la tierra. Tal vez podría señalar que ese es uno de los temas que más se repiten en el Libro de Mormón. Podría alentar a los alumnos a que, a medida que estudien el Libro de Mormón, presten atención a las muchas maneras en que ese tema se repite).

  • ¿Qué atributos de Nefi elogió el Señor? ¿Por qué creen que es importante que cada uno de nosotros tenga esos atributos en nuestra relación con el Señor?

  • Aunque probablemente la obediencia no siempre resulte en prosperidad temporal, ¿qué bendiciones podemos esperar como resultado de la obediencia al Señor? (Para ayudar a responder esa pregunta, puede leer Mosíah 2:41).

2 Nefi 31:6–10, 15–16; Mosíah 15:7; 3 Nefi 11:11; 12:19–20, 48

Seguir el ejemplo de obediencia del Salvador nos ayuda a venir a Él y al Padre

Muestre la siguiente declaración del élder Robert D. Hales, del Cuórum de los Doce Apóstoles:

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Élder Robert D. Hales

“… de todas las lecciones que aprendemos de la vida del Salvador, ninguna es más clara y poderosa que la lección de la obediencia” (“Si me amáis, guardad mis mandamientos”, Liahona, mayo de 2014, pág. 35).

  • ¿Qué ejemplos de la vida del Salvador ilustran Su obediencia?

A fin de ayudar a los alumnos a analizar más profundamente esa pregunta, pídales que lean Mosíah 15:7 y 3 Nefi 11:11, y que presten atención a lo que Jesús estaba dispuesto a hacer para obedecer a Su Padre.

Invite a los alumnos a turnarse para leer en voz alta 2 Nefi 31:6–10, 15–16 mientras los miembros de la clase prestan atención a fin de determinar qué podemos aprender del ejemplo del Salvador acerca de la importancia de la obediencia y las bendiciones que provienen de la misma.

  • ¿Qué aprendemos del ejemplo del Salvador acerca de la importancia de la obediencia? ¿Qué podemos aprender de Su ejemplo sobre las bendiciones que provienen de la obediencia? (Asegúrese de que los alumnos reconozcan este principio: Al seguir el ejemplo del Salvador de obediencia a Su Padre, nos mantendremos en el camino estrecho que conduce a la salvación).

Muestre la siguiente declaración del élder Robert D. Hales y pida a un alumno que la lea en voz alta:

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Élder Robert D. Hales

“La obediencia espiritualmente madura es ‘la obediencia del Salvador’; está motivada por el verdadero amor hacia nuestro Padre Celestial y Su Hijo… Nuestro amor por el Salvador es la clave para obedecer a la manera del Salvador” (“Si me amáis, guardad mis mandamientos”, págs. 36, 37).

  • ¿Por qué el amor por el Padre Celestial y Jesucristo es “la clave” para obedecer los mandamientos?

Señale que el Jesucristo resucitado enseñó a los nefitas en cuanto a los propósitos de obedecer los mandamientos. Pida a los alumnos que lean en silencio 3 Nefi 12:19–20, 48 para descubrir esos propósitos.

  • Según esos versículos, ¿cuáles dijo el Salvador que eran las razones por las que se nos dieron los mandamientos? (Los alumnos deben reconocer el siguiente principio: Al venir a Cristo y guardar los mandamientos, llegaremos a ser más semejantes a Él y a nuestro Padre Celestial, y seremos salvos).

  • ¿De qué manera la obediencia de ustedes los ha ayudado a venir al Salvador?

Conceda a los alumnos un momento para meditar sobre lo que pueden hacer para ser más obedientes a los mandamientos del Padre Celestial a fin de ser más semejantes a Él y a Su Hijo.

1 Nefi 3:4–7, 15–16; 4:1–2; 7:12; 17:1–31; 18:1–4

El Señor brinda ayuda a quienes son obedientes

Invite a los alumnos a pensar en una ocasión en que guardar un mandamiento de Dios en particular parecía difícil o en que cumplir con un llamamiento o asignación de la Iglesia representó un desafío. Recuérdeles que Nefi y sus hermanos afrontaron peligros y la posibilidad de morir cuando Dios les mandó regresar a Jerusalén para obtener las planchas de bronce. Pida a los alumnos que lean 1 Nefi 3:4–7 y que encuentren un principio que aprendan del ejemplo de Nefi que pueda aumentar su propia capacidad para ser obedientes.

  • ¿Qué principio podemos aprender de la respuesta de Nefi a un mandamiento difícil de Dios? (Escriba el siguiente principio en la pizarra a medida que los alumnos lo descubran: Si nos esforzamos por hacer lo que el Señor nos manda, Él prepara la vía para que lo llevemos a cabo).

Para ayudar a los alumnos a comprender ese principio, escriba las siguientes referencias en la pizarra y deles tiempo para buscarlas y determinar la forma en que Nefi respondió cuando intentaba cumplir las difíciles tareas que se le había mandado llevar a cabo: 1 Nefi 3:15–16; 4:1–2; 7:12. Después de que los alumnos compartan lo que hayan descubierto, explique que más tarde Nefi describió algunas de las maneras en que el Señor ayuda a aquellos que guardan Sus mandamientos. Pida a los alumnos que lean 1 Nefi 17:1–4 y que encuentren las maneras en que el Señor nos ayuda. Pídales además que subrayen la frase en la que Nefi dice “y así vemos”, la cual se utiliza en todo el Libro de Mormón a fin de preparar al lector para que preste particular atención a las palabras que vienen a continuación.

Mientras los alumnos comparten sus respuestas, escriba las siguientes palabras en la pizarra:

Alimenta

Fortifica

Provee los medios

Invite a los alumnos a dedicar unos minutos a leer rápidamente el relato que aparece en 1 Nefi 17:5–31; 18:1–4 en busca de ejemplos de cómo el Señor alimentó, fortificó y proveyó los medios para la familia de Lehi.

  • ¿De qué modo alimentó o fortificó el Señor a la familia de Lehi? ¿De qué manera proveyó Él los medios para ayudarlos?

  • ¿Qué bendiciones que el Señor dio a la familia de Lehi son similares a las bendiciones que necesitamos hoy en día?

  • ¿En qué oportunidad, al esforzarse por obedecer al Señor, han recibido Su ayuda en una de esas maneras?

Recuerde a los alumnos que el Señor requiere nuestra obediencia para poder bendecir grandemente nuestros esfuerzos por llegar a ser semejantes a Él. Comparta la siguiente declaración del presidente Harold B. Lee (1899–1973):

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Presidente Harold B. Lee

“El más importante de todos los mandamientos de Dios es aquel que les resulte más difícil de guardar hoy… Corrijan ese problema y en seguida encárguense del siguiente mandamiento que les resulte más difícil de cumplir. Esa es la forma de santificarse: guardar los mandamientos de Dios” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Harold B. Lee, 2001, pág. 34).

Invite a los alumnos a pensar en un mandamiento que les resulte difícil de obedecer. Aliéntelos a trazar un plan para ser más obedientes a fin de ser más merecedores de recibir la ayuda del Señor.

Material de lectura para el alumno