Antiguo Testamento 2022
24 – 30 octubre. Ezequiel 1–3; 33–34; 36–37; 47: “Pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros”


“24 – 30 octubre. Ezequiel 1–3; 33–34; 36–37; 47: ‘Pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros’”, Ven, sígueme — Para la Primaria: Antiguo Testamento 2022 (2021)

“24 – 30 octubre. Ezequiel 1–3; 33–34; 36–37; 47”, Ven, sígueme — Para la Primaria: 2022

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Jesús guía ovejas

Ven, sígueme, por Scott Sumner.

24 – 30 octubre

Ezequiel 1–3; 33–34; 36–37; 47

“Pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros”

No tendrá suficiente tiempo para enseñar todos los principios que se encuentran en Ezequiel. Busque guía espiritual para saber en qué centrarse y aliente a los niños a seguir aprendiendo en casa.

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Invitar a compartir

Pida a algunos niños que se turnen para hacer dibujos de algo que hayan aprendido en las Escrituras recientemente. Los demás pueden adivinar lo que cada niño está dibujando.

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Enseñar la doctrina: Niños pequeños

Ezequiel 3:17

Los profetas son como atalayas que nos advierten del peligro.

Ezequiel era como un atalaya que advertía a los israelitas de los peligros que no podían ver. Ayude a los niños a darse cuenta de la forma en que nuestros profetas actualmente son como atalayas.

Posibles actividades

  • Lea a los niños lo que Jehová le dijo a Ezequiel en Ezequiel 3:17 e invítelos a hacer movimientos que correspondan con las palabras, tal como señalarse los ojos, las orejas y la boca cuando lea las palabras “atalaya”, “oirás” y “boca”.

  • Guíe a los niños en una caminata por el salón. Adviértales de peligros imaginarios en el camino, como ríos que hay que saltar, ramas bajas bajo las cuales hay que agacharse y animales que hay que evitar. Permita que algunos niños se turnen para ser el líder. Hable sobre la forma en que el profeta nos advierte de peligros que no podemos ver.

  • Muestre una imagen de nuestro profeta actual mientras entonan juntos una canción que hable de los profetas, tal como la última estrofa de “Sigue al Profeta” (Canciones para los niños, págs. 58–59). Hable a los niños el por qué el profeta es como un atalaya para usted.

Ezequiel 37:15–19

Las Escrituras me enseñan acerca de Jesucristo.

Ezequiel comparó la casa de Israel a dos palos que llegan a ser uno. Esos palos también simbolizan la Biblia y el Libro de Mormón, que juntos testifican de Cristo.

Posibles actividades

  • Entregue a algunos niños ejemplares del Libro de Mormón y a otros, ejemplares de la Biblia. A fin de resumir Ezequiel 37:15–19, explique que Jehová le dijo a Ezequiel que escribiera en dos palos que representan la Biblia y el Libro de Mormón. Lea el versículo 17 e invite a cada niño a encontrar a alguien que tenga un libro de Escrituras diferente que el de ellos y a “[ju]nta[r]los” para que “se[a]n uno solo en [sus] mano[s]”. Hable sobre cómo la Biblia y también el Libro de Mormón nos ayudan a fortalecer nuestra fe en el Padre Celestial y en Jesucristo.

  • Haciendo uso de imágenes del Libro de obras de arte del Evangelio o de libros de Ven, sígueme de años pasados, ayude a los niños a compartir historias sobre Jesús de la Biblia y del Libro de Mormón. Pídales que expresen por qué se sienten agradecidos de tener esos dos libros de Escrituras.

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El desierto y el Mar Muerto

Ezequiel vio en visión un río que fluía del templo y que sanaba el Mar Muerto.

Ezequiel 47:1–12

Del templo provienen grandes bendiciones.

La visión de Ezequiel de un río sanador que fluía del templo puede ayudar a los niños a aprender que los templos brindan bendiciones en nuestra vida.

Posibles actividades

  • Muestre a los niños un vaso de agua. ¿De qué forma nos bendice el agua? Hable a los niños sobre la visión de Ezequiel del agua que fluía del templo (véase Ezequiel 47:1–12). Utilice la lámina que se encuentra en la reseña de esta semana de Ven, sígueme — Para uso individual y familiar (véase también el video “Y el río aumentará” (ChurchofJesusChrist.org). Hable a los niños sobre las bendiciones que usted recibe que, tal como el río de la visión de Ezequiel, fluyen del templo.

  • Invite a los niños a hacer un dibujo de sí mismos yendo al templo. Entonen juntos una canción que describa las bendiciones del templo, tal como “Las familias pueden ser eternas” (Canciones para los niños, pág. 98). ¿Qué nos enseña esa canción sobre la forma en que el templo nos bendice?

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Enseñar la doctrina: Niños mayores

Ezequiel 2:3–4; 3:7; 36:26–27

Jesucristo me puede ayudar a cambiar el corazón.

Ezequiel utilizó frases como “corazón nuevo” y “espíritu nuevo” para enseñar en cuanto al tipo de cambio que el Señor produce en nuestra vida.

Posibles actividades

  • Pida a los niños que busquen palabras que describan a los israelitas en Ezequiel 2:3–4; 3:7. Luego invítelos a leer Ezequiel 36:26–27 para averiguar de qué forma el Salvador ofreció ayudarles a cambiar. ¿Qué palabras describirían el “corazón nuevo” y el “espíritu nuevo” que Él nos da? (véanse, por ejemplo, Mosíah 3:19; 5:2).

  • Pida a los niños que piensen en cosas que las personas “de empedernido corazón” o “dura[s] de corazón” (Ezequiel 2:4; 3:7) podrían hacer. Por ejemplo, ¿de qué manera reaccionarían a los consejos de uno de sus padres o del profeta? ¿Que podrían hacer al ver a alguien necesitado? ¿En qué forma actuamos diferente cuando el Salvador ha ablandado nuestro corazón?

Ezequiel 37:19–23

La Biblia y el Libro de Mormón nos ayudan a ser “recog[idos]” en Jesucristo.

El “palo de Judá” (la Biblia) y el “palo de José” (el Libro de Mormón) trabajan en conjunto para recoger a Israel en el Salvador (véase Ezequiel 37:19).

Posibles actividades

  • Sostenga en alto un ejemplar de la Biblia y uno del Libro de Mormón y pregunte a los niños por qué piensan que es bueno tener esos dos libros. Léales Ezequiel 37:19 y explique que “el palo de José” se refiere al Libro de Mormón, el cual fue escrito por los descendientes de José de Egipto, y que “el palo de Judá” se refiere a la Biblia, la cual fue escrita en su mayoría por los judíos. Luego lean juntos los versículos 21–23 y 2 Nefi 3:12 y elaboren una lista de las bendiciones que se reciben por tener estos dos libros.

  • Coloque una imagen de Jesús en el centro del salón e invite a los niños a mover su silla a diferentes lugares a lo largo de las paredes del mismo. Luego pídales que utilicen la Guía para el Estudio de las Escrituras a fin de encontrar pasajes en la Biblia y en el Libro de Mormón que enseñen sobre Jesucristo (de ser necesario, muéstreles cómo hacerlo). Después de que cada niño comparta un pasaje de las Escrituras, invite a todos los niños a acercar su silla más cerca de la imagen de Jesús. Continúe hasta que todos hayan sido “recog[idos]” nuevamente en Él.

Ezequiel 47:1–12

Las bendiciones del templo pueden sanar corazones y familias.

El agua que fluía del templo en la visión de Ezequiel dio vida a todo lo que tocaba. De manera similar, las bendiciones que fluyen del templo pueden sanarnos espiritualmente y darnos la vida eterna.

Posibles actividades

  • Anote en la pizarra algunas palabras y frases clave que se relacionen con Ezequiel 47:1–12, tales como templo, río, desierto, Mar Muerto, muchísimos peces y árbol fructífero. Invite a cada niño a escoger una de esas cosas para que la dibuje. Luego lean juntos los versículos e invite a los niños a compartir su dibujo cuando se mencione su elemento. ¿Qué bendiciones proceden del río en esta visión? (véanse los versículos 8–9, 12). Ayude a los niños a darse cuenta de que esas bendiciones son como las bendiciones que el Padre Celestial y el Salvador ofrecen a quienes guardan sus convenios del templo.

  • Muestre el video “Y el río aumentará” (ChurchofJesusChrist.org), o bien, lean juntos lo que el élder Dale G. Renlund enseñó sobre la visión de Ezequiel en “La obra del templo y de historia familiar: Sellamiento y sanación” (Liahona, mayo de 2018, págs. 47–48). Hable a los niños sobre la forma en que el templo y la obra de historia familia le han brindado la sanación del Salvador. Invite a los niños a compartir sus sentimientos en cuanto al templo.

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Alentar el aprendizaje en el hogar

Invite a los niños a compartir con su familia algo que hayan aprendido el día de hoy y algo sobre lo que les gustaría aprender más.

Cómo mejorar nuestra enseñanza

Apoyar el aprendizaje en el hogar. “Una de sus metas como maestro debiera ser alentar a los que enseña a que tengan sus propias experiencias con las Escrituras, tanto individualmente como con su familia” (Enseñar a la manera del Salvador, pág. 36).