2003
El regalo del camionero
diciembre de 2003


El regalo del camionero

“Este año no tengo que trabajar en Navidad”, me dijo Ken, mi esposo. Era camionero y durante muchos años los niños y yo tuvimos que acortar nuestra celebración navideña, o posponerla, a causa de su trabajo. Pero ahora todos los hijos estaban casados y les habíamos animado a celebrar la Navidad en sus hogares como habíamos hecho nosotros.

Sólo me llevó un minuto pensar en que habría un padre que tendría que trabajar en Navidad, así que le dije a Ken: “¿Recuerdas cómo era cuando no podías estar con nosotros en Navidad? Yo no tendré ningún inconveniente si tú trabajas ese día y así permites que un padre con hijos pequeños se quede con su familia el día de la Navidad”.

“¿Estás segura? Estarás muy sola”.

“Estaré bien”.

Ken le dijo a su supervisor que trabajaría en Navidad para que un padre que tuviera hijos pequeños pudiera quedarse en casa; otro camionero que oyó la conversación dijo: “Si va a hacer eso, yo lo haré también. Ya no tengo hijos en casa”.

Así que se hicieron los arreglos. Otro camionero también se enteró y también se ofreció a trabajar en Navidad. Así que tres camioneros veteranos trabajaron durante tres días en las peores condiciones atmosféricas que jamás se habían visto en nuestra región, y tres padres con hijos pequeños pudieron quedarse en casa con sus familias.

En cuanto a mí, observé caer la nieve y supe que aunque Ken no tenía por qué estar trabajando con tanto frío, había hecho lo correcto. Pensé en nuestros diez hijos y en las Navidades que habíamos pasado juntos, especialmente las que habíamos pasado sin que el padre de ellos estuviera presente.

De modo que durante tres días leí, cosí, vi los programas navideños en el televisor, comí sola, observé los regalos sin envolver y pasé una tranquila y feliz Navidad, agradecida por mi esposo y el regalo navideño que él había dado a alguien más.

Norma J. Broadhead pertenece al Barrio Millcreek 5, Estaca Millcreek, Salt Lake.