2003
Una Navidad casera
diciembre de 2003


Una Navidad casera

El fijar ciertas pautas hizo que nuestros regalos de Navidad significaran mucho más, tanto para el que daba como para el que recibía.

Durante los cuatro años y medio que mi familia y yo vivimos en Sudamérica, disfrutamos de unas Navidades bastante diferentes de las que habíamos celebrado en los Estados Unidos.

En esa región, las Navidades eran sencillas, en comparación con las que solíamos celebrar. Dada la situación económica de mucha gente, se le restaba importancia al aspecto comercial de la festividad.

Después de cumplir con nuestras asignaciones en Sudamérica, regresamos a los Estados Unidos justo en la época navideña. Al acudir a las tiendas, vimos que había cientos de artículos en venta: juegos, relojes, equipos de música, televisores, trineos motorizados, muñecas parlantes, aviones de aeromodelismo, cámaras de video, hornos microondas, etc. Nos costó ajustarnos a ese repentino cambio.

La pregunta era obvia: “¿Qué es la Navidad?”. En inglés, la palabra Navidad, Christmas , se divide en Christ y mas . Nos parecía que para algunos, Christmas significaba “más y más y más”, mientras que la parte alusiva a Cristo ( Christ ) y el verdadero regalo, que es el dar, parecían haberse perdido.

Parecía que el verdadero espíritu de la Navidad —el conmemorar el nacimiento de Jesús y disfrutar del espíritu del dar, de amar y de ocuparse los unos de los otros— se había perdido, al menos para nosotros, entre el ajetreo y el bullicio. Estábamos bajo una gran presión de tener que comprar regalos para otras personas, tal vez más por obligación que impulsados por el verdadero espíritu navideño.

Pautas familiares sobre el dar

Nos preguntamos cómo podíamos con más regularidad incorporar a la Navidad (y a los cumpleaños) el verdadero espíritu del dar, y decidimos seguir las pautas siguientes:

  1. Pocos regalos, si los hubiera, serían comprados.

  2. La mayoría de los regalos debían hacerse con nuestras propias manos o consistir en dar de nuestro tiempo.

  3. Pocas partes de los regalos, si las hubiera, serían compradas. Había que improvisar.

  4. Debíamos dar de nuestro tiempo, nuestros talentos y de nosotros mismos y centrarnos en las necesidades de la persona que fuera a recibir el regalo.

Nuestra familia ha disfrutado de esa gran experiencia y descubrimos que, al seguir ese tipo de reglas, pensamos más a fondo en la persona e inclusive oramos por ella a fin de determinar lo que necesita y desea recibir. El trabajar en un obsequio significativo con meses de antelación al cumpleaños o a la Navidad nos ayuda a asimilar el espíritu del dar. Asimismo, ese método nos ha permitido darnos cuenta de que podemos ser más autosuficientes de lo que creíamos.

Recuerdo haber ayudado a mi hijo de ocho años a confeccionar un regalo para su madre. Se había empeñado en hacer de un pedazo de madera un colgador para llaves. Siguiendo las pautas de no comprar nada, encontramos un viejo pedazo de madera; el lijarlo nos costó tres veces más del tiempo habitual, ya que no era madera de buena calidad.

Al llegar el momento de pintarlo, nos dimos cuenta de que no teníamos pincel, por lo que tomamos unos pedazos de paja y bambú de un cesto viejo y nos fabricamos uno. Me preguntaba si el resultado final iba a ser bueno, pero para nuestra sorpresa el bambú y la paja funcionaron tan bien como cualquier pincel de verdad.

Yo quería comprar los ganchos que necesitábamos para colgar las llaves, pero mi hijo me recordó que no podíamos hacerlo, así que terminamos usando clavos sin cabeza a los que pacientemente dimos forma de gancho con gran amor y dedicación, y quedaron tan bonitos como cualquiera de los que hubiéramos podido comprar en la tienda. Una vez terminado, el colgador de llaves fue un regalo para mamá procedente del corazón.

Certificados de regalo para los vecinos

Hay otro tipo de regalos que damos a nuestros vecinos y amigos a los que llamamos certificados de regalo familiares. En una hoja de papel diseñamos un certificado en el que figure el nombre de la persona e indique el servicio que se le vaya a prestar. En algunos de los certificados aparece lo siguiente:

  • Una limpieza gratuita de la nieve que se acumule enfrente de la casa.

  • Un corte gratuito del césped.

  • Una limpieza gratuita del garaje.

  • Un lavado gratuito del auto.

  • Un recital gratuito de piano de uno de nuestros hijos.

  • Dos barras de pan (no hechas por mamá sino por los niños).

  • Cuidar gratuitamente a los niños.

  • Dos horas de trabajos de reparación para una viuda.

  • Una charla fogonera gratuita para enseñar el Evangelio.

Repito que estos regalos personales encierran un significado especial.

Certificados de regalo para la familia

Damos a los familiares el mismo tipo de certificados de regalo, entre los que se incluyen:

  • Tender la cama siete veces (este certificado se intercambia entre los niños).

  • Lavar los platos hasta tres veces en el momento en que lo pida el poseedor de este certificado.

  • Una hora tocando el piano, con papá cantando.

  • Una excursión a la montaña.

  • Limpiar el garaje.

  • Seis sesiones de una hora cada una para estar a solas con mamá o papá.

  • Seis sesiones de una hora cada una de paz y armonía (para mamá o papá).

  • Doce cartas, una por mes, durante un año (para la madre que se halle lejos).

Si se esfuerzan por dar, estando en armonía con el Espíritu del Señor y las Escrituras (véase el recuadro lateral), descubrirán que estarán dando más de sí mismos, que estarán pensando más en la persona que vaya a recibir el regalo y que estarán expresándole su amor desde lo más profundo de su alma, que estarán orando al Señor en busca de ayuda para hacer un regalo que sea aceptable y que tienen un enorme sentimiento de realización personal por haber contribuido de este modo.

A medida que practiquemos el verdadero espíritu del dar, nos iremos acercando más al Señor. Ruego que podamos emular más plenamente al Señor Jesucristo, quien nos ha enseñado el verdadero espíritu del dar y de amar. Es mi oración que podamos centrarnos en la Navidad y en dar, no en más y más cosas, sino en el Espíritu de Cristo.

Adaptado de “A Christmas Made at Home”, Ensign , diciembre de 1984, págs. 56–59.

Las siguientes enseñanzas del Señor indican que en verdad existe el verdadero espíritu del dar y que los obsequios más importantes y los de mayor valor son los de tiempo, de los medios y de los talentos. El obsequio más grande consiste en dar de uno mismo.

Servicio

“Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” (Juan 10:11; cursiva agregada).

Amor

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito” (Juan 3:16; cursiva agregada).

Regalos de Rectitud

“…Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo ” (Mateo 20:4; cursiva agregada).

Dar

“…de gracia recibisteis, dad de gracia ” (Mateo 10:8; cursiva agregada).

“…[recordad] las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35; cursiva agregada).

“…a todo aquel a quien se haya dado mucho , mucho se le demandará” (Lucas 12:48; cursiva agregada).

Dar Alegremente Y No de Mala Gana

“Cada uno dé… no con tristeza, ni por necesidad , porque Dios ama al dador alegre ” (2 Corintios 9:7; cursiva agregada).

“…si un hombre… presenta una ofrenda , [y] lo hace de mala gana … le es contado como si hubiese retenido la ofrenda; por tanto, se le tiene por malo ante Dios” (Moroni 7:8; cursiva agregada).