2010
Preguntas y respuestas
Febrero de 2010


Preguntas y respuestas

“¿Cómo puedo convencer a mis amigos de que nuestras normas en realidad nos liberan y no son una carga?”

La vida nos presenta muchas opciones, algunas correctas y otras erradas. El Padre Celestial nos da normas para ayudarnos a tomar las decisiones acertadas. Cuando vivimos según dichas normas, recibimos bendiciones y protección (véase Romanos 8:28; Mosíah 2:41; D. y C. 130:21); cuando no hacemos caso de ellas, nos perdemos esas bendiciones y a su vez podemos recibir daños espirituales y en ocasiones hasta físicos.

Quienes cumplen con las normas del Evangelio no sacrifican su albedrío, sino que eligen hacer lo que les brinda más bendiciones y paz interior. Saben que la desobediencia únicamente les traerá problemas, problemas que eligen evitar.

Las normas de la Iglesia, como las que aparecen en Para la fortaleza de la juventud, se basan en las doctrinas, es decir, en las verdades eternas. Por ejemplo, nuestros cuerpos son los templos de nuestros espíritus (véase 1 Corintios 3:16). La Palabra de Sabiduría se basa en esa doctrina: cuida tu cuerpo alimentándote con comida buena y evitando las sustancias adictivas y dañinas.

Por tanto, cuando cumples con las normas, vives en armonía con las verdades eternas que nos ha dado nuestro Padre Celestial. “Y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).

La obediencia da libertad

Al esforzarme por dar oído a las palabras de los profetas, siempre recibo bendiciones físicas y espirituales de Dios. Entonces me siento con más confianza al tomar decisiones y mis amigos reconocen que he pagado el precio de la obediencia para obtener esa libertad adicional. Testifica con valentía sobre las bendiciones que te benefician como un miembro obediente de la Iglesia. Convencerás a tus amigos por palabra y ejemplo de que cumplir con las normas no te limita el albedrío, pero tomar las decisiones equivocas con frecuencia sí lo hace. Las normas inspiradas nos señalan la dirección que nos lleva a tomar las decisiones correctas, permitiendo así que queden abiertas muchas puertas a las oportunidades. Mis amigos a menudo desean esa misma libertad.

Élder Madsen, 21, Misión Indonesia Yakarta

Explica que eres feliz

Mis amigos, mis compañeros de clase y hasta mis maestros también me hacían preguntas sobre nuestras normas. Decían que las normas de la Iglesia son muy estrictas. En vez de discutir con ellos, les pedí tiempo para explicarles un poco sobre las normas de la Iglesia. Sencillamente les mostré que me siento muy feliz y muy a gusto al cumplir con nuestras normas. Además, no usé las normas como excusa para faltar a ninguna actividad de la escuela. Más bien, les sugerí algunas ideas para que las actividades escolares conformaran con las normas de nuestra Iglesia. También les hablé de las ventajas de ajustarse a esas normas.

Ailyn L., 19, Davao, Filipinas

Invita a tus amigos a una actividad

El Padre Celestial les dio albedrío a todos Sus hijos. Nuestras normas son distintas a las del mundo, y por eso muchas veces creemos que no podemos hacer ciertas cosas, pero tenemos el poder de escoger, y siempre debemos escoger lo que más nos convenga para no dañar nuestros cuerpos ni limitar nuestro crecimiento espiritual.

Invita a tus amigos a alguna actividad de la Iglesia, y muéstrales que podemos hacer varias cosas edificantes y entretenidas sin abandonar nuestras normas. Trata de estar siempre en sintonía con el Espíritu Santo, y así se te hará más fácil tomar las decisiones correctas y ser un buen ejemplo.

Amanda V., 18, Curitiba, Brasil

Haz lo justo

El año pasado tenía algunos amigos que no respetaban mis normas. Me decían que yo era una aburrida, que mis normas no me dejaban ser libre ni divertirme. Medité, oré y leí las Escrituras para que el Espíritu Santo me acompañara y para que me diera más fuerza. Entonces decidí decirles a mis amigos que me divertía de otra forma, sin fumar, sin tomar alcohol. Las normas me dan mucha libertad, más de la que ellos tienen, porque ellos están atados al alcohol y al tabaco. Después que les dije eso, me entendieron. Pero aún así decidí cambiar de amigos. Estuve sola algún tiempo, pero más tarde encontré unos amigos con normas como las mías, y ahora me siento bien. El Padre Celestial te va a bendecir si haces lo justo.

Belén G., 15, Colonia, Uruguay

Las normas son para nuestro bienestar

Yo también tengo amigos que perciben de esa forma las normas de la Iglesia. Al principio estaba un poco temerosa de dar explicaciones, pero me di cuenta de que no van a entender si no les explicamos. Hazles saber que el Señor nos ha dado las normas para el bienestar de nuestras almas a fin de que no nos dañen las influencias indebidas. Las normas son como las instrucciones durante un examen. Si no las sigues, de seguro vas a reprobar. Y al igual que en un examen, uno puede obedecer o no. A su debido tiempo, tus amigos van a apreciar lo invariable que eres al cumplir con las normas de la Iglesia, y sin duda vas a ser bendecido.

Cleem L., 18, Tanjay, Filipinas

Los mandamientos nos protegen

Los mandamientos, que se podrían interpretar como restricciones, en realidad son protecciones. Dios nos ha dado pautas para protegernos en todos los aspectos de nuestra vida (físicos, emocionales y espirituales). Sabemos que no tocar una estufa caliente es una ley para estar a salvo físicamente. Claro que puedes tocarla, pero si lo haces tendrás que lidiar con las consecuencias de la quemadura. Si decides ver películas malas o violar la Palabra de Sabiduría, tendrás que vivir con “quemaduras” dolorosas. La tentación nos hace desviar nuestro enfoque del Señor y ponerlo en el placer temporal, pasando por alto las consecuencias de nuestro pecado. Al tomar una decisión, también escogemos la consecuencia, por más que ésta no figurara en nuestros planes. Como siempre dice mi mamá: “Si quieres violar los mandamientos, tienes el albedrío y lo puedes hacer, pero no te va a gustar el resultado”. Cumplir los mandamientos me lleva a esa verdadera felicidad que anhelo.

Joseph G., 13, Utah, EE. UU.