Biblioteca
Unidad 10, Día 2: Lucas 6:1–7:18


Unidad 10: Día 2

Lucas 6:1–7:18

Introducción

Jesús enseñó sobre la importancia de hacer el bien a los demás, incluso durante el día de reposo. Después de pasar la noche en oración, llamó a los Doce Apóstoles y luego les enseñó a ellos y a una gran multitud del pueblo. Además, sanó al siervo de un centurión y devolvió a la vida al hijo de una viuda.

Lucas 6

Jesús sana en el día de reposo, escoge a los Doce Apóstoles y enseña a una multitud

Imagina que el domingo, en las reuniones de la Iglesia, oyes un anuncio sobre una actividad de servicio para una familia que vive cerca de donde vives. Después del anuncio, escuchas que algunas personas dicen:

  • “Esa familia ha pasado muchas pruebas últimamente. Me alegra ayudarlos de cualquier forma que sea”.

  • “Será mejor que haya un refrigerio después, porque si no, no iré”.

  • “No quiero ir, pero me vendría bien que me ayudaran la semana entrante con una obra que estoy organizando, así que quizás deba ayudar”.

  • “Si mi amigo va, yo iré”.

  1. Escribe en el diario de estudio de las Escrituras lo que las reacciones anteriores sugieren sobre las razones por las que las personas prestan servicio.

Piensa en las oportunidades que has tenido de servir y en cómo te has sentido al hacerlo. Al estudiar Lucas 6–7, busca principios que puedan ayudarte a prestar servicio de maneras más significativas.

Mientras estaba en Galilea al inicio de Su ministerio, Jesús sanó en el día de reposo a un hombre que tenía una mano seca (véase Lucas 6:6–10), pasó una noche en oración, y llamó a los Doce apóstoles (véase Lucas 6:12–13). Después empezó a enseñarles a ellos y a “una gran multitud del pueblo” (Lucas 6:17) cómo recibir galardones celestiales. Al sermón de Lucas 6 a menudo se le llama Sermón del Llano [o del Valle] y es muy semejante al Sermón del Monte, que está en Mateo 5–7. “Hay diferentes posturas en cuanto a si el Sermón del Monte, del que da cuenta Mateo, y el Sermón del Llano [o del Valle], del que escribe Lucas, fueron el mismo acontecimiento o no. Sin embargo, la ubicación cronológica y el contexto de los anales de Lucas parecen indicar que lo que se registra en Lucas 6 y en Mateo 5–7 es el mismo sermón” (El Nuevo Testamento: Manual del alumno [manual del Sistema Educativo de la Iglesia, 2014], págs. 00–00 [152–153]; véase también la Guía para el estudio de las Escrituras, “Sermón del Monte”; “Los evangelios”, Concordancia entre los evangelios). (Nota: Gran parte del texto de Lucas 6 se ha tratado cuando estudiaste Mateo 5–7; 10:1–4; y Marcos 3:1–6).

Lee Lucas 6:19 para determinar lo que Jesús hizo por el pueblo antes de empezar a enseñarle.

Luego, lee Lucas 6:31 para conocer el consejo que Jesús dio a Sus discípulos.

¿De qué modo el recordar que debemos tratar a los demás como deseamos que se nos trate influye en la forma en que tratas a la gente?

Lee Lucas 6:32–35 en busca del consejo adicional que Jesús brindó a Sus discípulos sobre amar y servir a los demás. Si lo deseas, marca en el versículo 35 lo que debemos esperar a cambio de hacer el bien a los demás. Observa lo que el Señor prometió a quienes hacen el bien a los demás sin esperar nada a cambio.

Uno de los principios que aprendemos en esos versículos es que si hacemos el bien a los demás sin esperar nada a cambio, nuestro galardón será grande y seremos hijos del Altísimo.

Nota la frase “seréis hijos del Altísimo” (versículo 35). Aunque todos somos hijos de Dios, quienes hacen el bien a los demás tal como Cristo lo hizo cumplen con su potencial divino al llegar a ser semejantes a nuestro Padre Celestial. Piensa en el modo en que servir a los demás sin esperar nada a cambio ayuda a las personas a ser más como Cristo.

Lee Lucas 6:36–38 en busca de los ejemplos que Jesús dio de los modos en que podemos hacer el bien a otras personas. Observa que Jesús prometió que las personas que muestran misericordia a otras, las que se abstienen de juzgar a los demás injustamente, y quienes perdonan sin condiciones recibirán la misericordia de Dios.

¿Has intentado colocar más objetos en alguna caja o maleta de los que pueden caber allí? En Lucas 6:38 la descripción de cuánto se nos dará por el bien que hagamos incluye las frases “medida buena, apretada, remecida y rebosante”. ¿Cómo describen dichas frases el modo en que el Padre Celestial nos recompensa cuando damos a los demás?

Una verdad que podemos aprender de Lucas 6:38 es que a medida que damos generosamente a los demás, el Padre Celestial nos bendice con mayor generosidad. Podrías escribir ese principio junto al versículo 38.

  1. Piensa en algunas maneras en que podemos ser generosos al dar a los demás. Después contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras:

    1. ¿En qué oportunidad tú o alguien que conozcas ha dado generosamente a los demás?

    2. ¿De qué modo el Señor te ha bendecido a ti o a alguien que conozcas por haber dado generosamente?

    3. ¿Qué harás para ser más generoso con los demás?

Una de las formas en que podrías ser más generoso con los demás es al obedecer la ley del ayuno y donar una ofrenda de ayuno mientras ayunas. Quizás tus padres ya contribuyan con una ofrenda de ayuno en nombre de tu familia, pero si te es posible, tú también puedes hacerlo. Al procurar ser más generoso con los demás, ruega la ayuda del Señor para servir como lo haría Él.

Lucas 7:1–10

Jesús sana al siervo de un centurión

En Lucas 7:1 aprendemos que, tras enseñar a la multitud, Jesús entró en Capernaúm. Lee Lucas 7:2–5 para saber quién solicitó la ayuda de Jesús después de oír que Él estaba en la ciudad.

Imagen
ruins of ancient building

Ruinas de una sinagoga de Capernaúm que datan del siglo IV o V d. C.

Un centurión era un oficial del Ejército Romano a cargo de una compañía de entre 50 y 100 soldados. Por lo general, a los judíos no les agradaban los centuriones porque representan el poder político y militar romano sobre ellos y su nación. Sin embargo, ese centurión había sido bondadoso con los judíos.

Lee Lucas 7:6–10 y medita en la forma en que el centurión demostró gran fe en Jesucristo y en cómo se recompensó su fe.

De ese relato aprendemos que si ejercemos la fe en Jesucristo, podemos ayudar a que otras personas reciban bendiciones. Si quieres, escribe ese principio junto a Lucas 7:10.

Lucas 7:11–18

Jesús levanta de la muerte al hijo de una viuda

El día posterior en que sanó al siervo del centurión, el Salvador realizó otro milagro. Lee Lucas 7:11–12 para conocer lo que Jesús y Sus discípulos vieron al acercarse a una ciudad llamada Naín.

Imagen
Jesus with man wrapped in white cloths

Según el versículo 12, ¿por qué la muerte del joven era tan trágica para la mujer en ese caso en particular?

La mujer no solo había perdido a su único hijo, sino que también había perdido previamente a su esposo. Aparte de la gran tristeza que debió haber sentido, quizás no tuviera nadie que la sostuviese económicamente.

Lee Lucas 7:13–15 para conocer lo que el Salvador hizo al ver a la mujer que lloraba. El féretro era el tablero o camilla con dos varas sobre la cual se colocaba el cuerpo.

Según el versículo 13, ¿por qué sanó Jesús al hijo de la mujer? Observa que la viuda no le pidió que sanara a su hijo, pero Él vio su necesidad y entonces ayudó a remediarla. También es importante comprender que ese hombre no resucitó; algún día volvería a morir. Jesucristo fue el primero en resucitar.

Si está disponible, ve el video “La viuda de Naín” (2:22) de Videos de la Biblia: La vida de Jesucristo en LDS.org [o en el Canal Mormón de YouTube], para ver la manera en que el Salvador ministró a la mujer a pesar de que ella no le había pedido ayuda.

Piensa en lo que hubieras sentido si hubieses estado en la situación de la viuda y hubieras visto al Salvador levantar a tu único hijo de la muerte.

De ese relato aprendemos el siguiente principio: Podemos seguir el ejemplo de Jesucristo al mostrar compasión por los demás y atender sus necesidades aunque no las expresen.

¿Cómo podemos darnos cuenta de las necesidades de los demás cuando no nos las expresan?

El presidente Thomas S. Monson enseñó:

Imagen
President Thomas S. Monson

“Pocos relatos del ministerio del Maestro me conmueven más que el ejemplo que mostró a la afligida viuda de Naín…

“¡Qué poder, qué ternura, qué compasión demostró nuestro Maestro! Nosotros también podemos ser una bendición para los demás si tan solo seguimos Su noble ejemplo. Hay oportunidades por doquier. Se necesitan ojos que vean la deplorable situación y oídos que escuchen la silenciosas súplicas de un corazón quebrantado. Sí, y un alma llena de compasión, a fin de que nos podamos comunicar no solamente con el contacto visual o con la palabra, sino al estilo majestuoso del Salvador: de corazón a corazón” (“Hagamos frente a los retos de la vida”, Liahona, enero de 1994, pág. 83).

  1. Contesta las siguientes preguntas en tu diario de estudio de las Escrituras: ¿En qué oportunidad tú o tu familia recibieron compasión y servicio de los demás, aunque no los hayan pedido?

Lee Lucas 7:16–18 para saber cómo reaccionó el pueblo ante el milagro de la vuelta a la vida del hijo de la viuda.

Una de las razones por las que las personas pudieron haber dicho: “un gran profeta se ha levantado entre nosotros” (Lucas 7:16) es debido al parecido de la sanación del hijo de la viuda de Naín y las ocasiones en que los profetas del Antiguo Testamento Elías y Eliseo habían levantado a hijos de los muertos (véanse 1 Reyes 17:17–24; 2 Reyes 4:17–22, 32–37).

En tus oraciones personales de la semana, pide al Padre Celestial que te ayude a ver y a actuar de acuerdo con la inspiración que recibas de satisfacer las necesidades que otras personas tengan pero que no expresen. Además, considera algunas formas en que podrías servir de manera generosa y sin esperar nada a cambio.

  1. Escribe lo siguiente en tu diario de estudio de las Escrituras al final de las asignaciones de hoy:

    He estudiado Lucas 6:1–7:18 y he terminado esta lección el (fecha).

    Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con el maestro: