Historia de la Iglesia
Los pieds-noirs y la Iglesia


Los pieds-noirs y la Iglesia

Entre 1954 y 1962, se libró entre Francia y Argelia la guerra de independencia de Argelia. Al final del conflicto, la mayor parte de las familias francesas que vivían en Argelia —muchas de las cuales habían vivido allí por generaciones— fueron expulsadas de sus hogares. La mayoría de cerca de novecientos mil desplazados, también llamados pieds-noirs, buscaron refugio en Francia.

A su llegada al país, los pieds-noirs fueron tratados con mucha discriminación. A muchos se les obligó a separarse de sus familias. Al reubicarse individualmente por todo el país para encontrar refugio y trabajo, a menudo se sentían aislados y buscaban aceptación y hermandad. Para algunos, la Iglesia se convirtió en un hogar en el que eran bien recibidos y atendidos, y donde se sentían útiles.

En 1961, Jean Caussé, un joven francés de origen argelino, dejó su hogar en Argel para seguir a su prometida hasta Burdeos, donde ella planeaba estudiar psicología. Sin embargo, en Burdeos no pudieron escapar de la discriminación, mas encontraron amigos al unirse con otros estudiantes pieds-noirs en actividades sociales. En el verano de 1963, ellos conocieron a los misioneros Santos de los Últimos Días y fueron bautizados en noviembre de ese año.

En el evangelio de Jesucristo, los Caussé hallaron paz, una comunidad y la verdad. Su servicio en la Iglesia los llevó a muchas ramas de la Iglesia por toda Francia. Aunque los pieds-noirs a menudo eran reticentes a hablar con la mayoría de las personas acerca de su tiempo como refugiados, compartían una conexión especial los unos con los otros. “En las unidades de la Iglesia que visitaba —recordaba Jean—, siempre había algunos miembros que eran pieds-noirs”. Muchos de estos miembros han prestado servicio en puestos de liderazgo en sus respectivas congregaciones.