Historia de la Iglesia
Confiar en el Señor en tiempos de guerra


Confiar en el Señor en tiempos de guerra

El 12 de noviembre de 1989, los líderes de la Iglesia pidieron a los santos de Liberia que participaran en un programa piloto de grupos en los hogares. En vez de reunirse como ramas en los centros de reuniones, grupos más pequeños se reunirían en las casas de los miembros. En ese momento, Aaron Sando estaba sirviendo como presidente de la Rama Caldwell, donde los miembros estaban ansiosos por empezar a reunirse en un centro de reuniones recientemente adquirido. Muchos miembros de la rama, entre ellos Sando, rechazaron el consejo e informaron al presidente de misión que ellos seguirían reuniéndose normalmente. En respuesta, el presidente de misión invitó a Sando a reunirse con él. Después de hablar, Sando no estaba aún convencido y regresó a casa a hacer algo de trabajo de jardinería.

Mientras cortaba el pasto, Sando tuvo una experiencia peculiar. Sin estar seguro de si estaba despierto o dormido, se encontró “a la orilla de un precipicio” arriba de una “montaña muy alta”. Temiendo caer, escuchó una voz decir: “¿Por qué he de causar que gente buena tropiece y caiga junto al camino a causa de mi dureza de cerviz?”. Cuando volvió en sí, él oro. “Oh, Señor, ¿fuiste tú quien me habló? Si es verdad, habla a las otras personas también”. Entró a su casa y pronto su primer consejero llamó a la puerta. “Creo que el programa es correcto. Deberíamos hacerlo”, dijo el consejero. “¿Cómo lo sabes?”, preguntó Sando. El consejero contestó: “Bien, el Espíritu dijo que debíamos hacerlo”. En el transcurso de media hora, todos los demás que se habían opuesto al programa de grupos en los hogares llegaron a la puerta, cada uno con su propio testimonio espiritual que apoyaba el programa. “Nos abrazamos y decidimos implementar el programa […] sin ninguna duda”.

Tres semanas después de que se iniciara el programa piloto, el grupo de combatientes revolucionarios del político liberiano Charles Taylor entró en Liberia. Conforme las condiciones bélicas empeoraban, muchos miembros querían permanecer en grupos y usar los centros de reuniones como refugio, pero los líderes locales buscaron otras soluciones. “El mensaje para nosotros fue que si guardábamos el [consejo] de nuestros líderes del sacerdocio y los mandamientos, el Señor nos bendeciría en ese tiempo terrible”, dijo Toby Tweh. Los guerrilleros comenzaron a atacar y a masacrar grandes grupos de personas, incluso grupos que se refugiaban en las iglesias. Sando se dio cuenta de que debido a que siguieron el consejo de sus líderes de reunirse en grupos pequeños en los hogares, los santos liberianos “fueron preservados de la masacre”.

Desde entonces, muchos santos liberianos han reflexionado sobre la influencia sustentadora del Evangelio durante la guerra. James S. Goncolo, de la Rama Sinkor, dijo: “La noche de hogar y nuestras oraciones fortalecieron nuestro testimonio e incrementaron nuestro deseo de guardar los mandamientos de Dios, y fuimos capaces de atravesar esas dificultades”.