Historia de la Iglesia
“Parecía que el Libro de Mormón hablaba”


“Parecía que el Libro de Mormón hablaba”

A comienzos de 1940, Otto L. Hunsaker aceptó un puesto en el ejército de los EE. UU. para construir cuarteles, carreteras y pistas de aterrizaje en la Zona del Canal de Panamá. Seis meses después, su esposa Cressa y sus cinco hijos lo siguieron a Panamá.

La familia estaba encantada con su nuevo hogar, pero pronto sintieron la necesidad de hermandad eclesiástica y decidieron que regresarían a los Estados Unidos si no podían encontrar una rama. Otto escribió a la Primera Presidencia sobre su situación. En mayo de 1941, el élder Antoine R. Ivins, del Primer Consejo de los Setenta, viajó a Panamá para organizar la Rama Zona del Canal, con Otto como presidente. Había diez miembros presentes. En los años siguientes, la rama continuó creciendo, pero los esfuerzos misionales eran limitados en la Zona del Canal debido a restricciones legales.

El 6 de marzo de 1953, se llevó a cabo una reunión especial de la Iglesia en la base de la fuerza aérea para los trabajadores de la Zona del Canal que eran guna (un pueblo indígena de Panamá y Colombia que vivía en las cuarenta y nueve islas habitables que están frente a la costa norte del istmo de Panamá). Muchos vivían en las islas San Blas (que ahora se conocen como Guna Yala).

Había cuarenta personas presentes en la reunión, incluyendo a Juan Coleman, el hijo de uno de los caciques principales de las islas San Blas. Juan estaba especialmente interesado en el Libro de Mormón y recibió un ejemplar que se llevó a las islas. Sentía entusiasmo de compartirlo con otras personas. Le intrigaba en particular la afirmación del libro de que era un relato de la relación de Dios con los pueblos de las Américas. A partir de esa primera reunión, el grupo se reunía cada semana y muchas personas asistían a los servicios dominicales y a las actividades de la Asociación de Mejoramiento Mutuo los días martes.

El suegro de Juan, quien era el cacique Iguanitipipi de la isla Aligandi, asistió a uno de esos servicios dominicales y comentó que había disfrutado de estudiar el Libro de Mormón con Juan. El cacique Iguanitipipi señaló maneras en las que sus creencias tradicionales se entrelazaban con el mensaje de los misioneros, incluyendo la creencia en una preexistencia, una creación, un diluvio y visitantes celestiales, tal como estaban representados en el arte de San Blas.

El cacique Iguanitipipi invitó a los misioneros a visitar su isla natal para hablar con los miembros de su tribu. Durante esa visita que tuvo lugar el 21 de mayo de 1953, Ceferino Coleman, otro cacique, se puso de pie y tomó la palabra. Aconsejó a todos los presentes que leyeran el Libro de Mormón, porque, aseveró él, había sabido de su veracidad y “coincidía con las leyendas y las enseñanzas que había recibido de su padre y de sus antepasados”.

Juan y su esposa, Irene Andreve, fueron bautizados el 11 de febrero de 1954 en la piscina de la YMCA (Asociación Cristiana de Hombres Jóvenes), reunión en la que presidió el Presidente de la Iglesia, David O. McKay. Tanto Juan como Irene fueron pioneros del pueblo de San Blas. Irene se convirtió en su primera cacica femenina. Ella y Juan llevaron a muchas personas a las aguas del bautismo, incluyendo a varios parientes. “Esto fue una bendición del Padre Celestial”, afirmó Irene.