2020
Cuando le presento mis planes al Señor, me es más fácil escuchar Su voz
Julio de 2020


Voces de los Santos de los Últimos Días

Cuando le presento mis planes al Señor, me es más fácil escuchar Su voz

En ese momento sentí tanta paz, y nunca estuve más agradecida de tener el Espíritu que confirma la verdad.

¿Por qué no podía escuchar una respuesta a mis oraciones? Mi novio y yo teníamos miedo de tomar la decisión de casarnos, porque ninguno de los dos tiene una carrera universitaria terminada. No teníamos el dinero suficiente para una casa o un auto. Esto nos preocupaba.

Visitamos el templo y preguntamos en oración a nuestro Padre Celestial qué debíamos hacer. Pero no tuvimos una respuesta clara. No fue como yo pensaba que sería. Nos preguntábamos por qué, pero seguimos buscando respuestas.

En ese tiempo comencé a leer el relato en el Libro de Mormón sobre el hermano de Jared. Ya había leído ese relato varias veces, pero en ese momento sentí que debía sacar algo más de esta parte de las Escrituras. Sabía que el Espíritu Santo me estaba indicando algo.

Leí que el hermano de Jared quería que el Señor iluminara los barcos para no tener que viajar a la tierra prometida en la obscuridad. Leemos en el libro de Éter que el Señor nunca le dijo al hermano de Jared exactamente lo que tenía que hacer. En cambio, le preguntó, “¿qué deseas que prepare para vosotros, a fin de que tengáis luz cuando seáis sumergidos en las profundidades del mar?” (véase Éter 2:22–25).

Entonces, el hermano de Jared elaboró un plan. Subió al monte, “y de una roca fundió dieciséis piedras pequeñas; y eran blancas y diáfanas, como cristal transparente; y las llevó en sus manos a la cima del monte”. Se las mostró al Señor. Luego de presentárselas, el Señor “tocó las piedras, una por una, con su dedo”, logrando así iluminar los barcos durante el viaje (véase Éter 3:1–6).

Cuando comprendí eso, sentí tanta paz y felicidad. Ahora ya sabía lo que tenía que hacer: Hacer un plan, presentarlo al Señor y luego ¡escucharlo!

Mi novio y yo hicimos un plan para mostrárselo al Señor. En el plan pusimos metas para lograr nuestros objetivos y nos fuimos al templo nuevamente para presentarle nuestro plan. En ese momento sentí tanta paz, y nunca estuve más agradecida de tener el Espíritu que confirma la verdad.

Nuestro Padre Celestial y Su Hijo Jesucristo nos conocen, nos aman y nos escuchan. Aunque Ellos están pendientes de nuestras necesidades, saben que somos capaces de crear nuestros propios planes y lograrlos con Su ayuda. Estoy tan agradecida por ese día en el que escuché Su voz aprobando el plan que le presentamos.

Estoy casada desde hace cuatro meses con mi maravilloso esposo, Emanuel Acosta. Desde que nos casamos, hemos sido muy bendecidos. Durante esta corta etapa de nuestra vida, hemos encontrado gozo y alegría al saber que podemos estar juntos por la eternidad.

Algunos días, aunque estoy muy estresada por trabajo y estudios, siempre recuerdo esa paz que sentí al mostrar nuestro plan al Padre. Hay muchas maneras en las que podemos escuchar Su voz. Pero no se trata solo de escuchar; se trata también de actuar.

Ahora, mi esposo y yo nos esforzamos por seguir cumpliendo esas metas. Es nuestro deseo continuar fieles hasta llegar a ver a nuestros Padres en el cielo. Sé que ese día será hermoso, y lo esperamos con muchas ansias.