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El espíritu de Elías te mantendrá a salvo
El 3 de abril de 1836, en el Templo de Kirtland, Elías el Profeta entregó a José Smith las llaves de esta dispensación1, y con ello inició la obra de unir el corazón de los padres a los hijos y el de los hijos hacia los padres2 a través de las ordenanzas de salvación disponibles en los santos templos.
En esta tradicional celebración mexicana del Día de Muertos, tomemos tiempo como familia para recordar a nuestros seres queridos, para registrar sus historias, recordar sus enseñanzas y su legado.
Debido a que los Santos de los Últimos Días creemos que las relaciones familiares pueden perpetuarse más allá de esta vida, busquemos la oportunidad de redimir, en “el monte de Sion”, a aquellos que —en vida— no tuvieron la oportunidad de recibir las ordenanzas salvadoras.
El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó que “al buscar el nombre y los datos de nuestros antepasados y al efectuar por ellos las ordenanzas salvadoras que ellos mismos no pudieron efectuar, testificamos del alcance infinito de la expiación de Jesucristo”3.
Durante la búsqueda de esas historias experimentamos diversas emociones: la alegría de encontrar una fecha perdida, la sorpresa de una vieja fotografía en la que reconocemos nuestras propias facciones, la tristeza de extrañar al ser amado, el impacto de encontrar un nombre que es igual al tuyo, la emoción de leer una antigua carta o de tener en tus manos una reliquia familiar. Todos esos eventos que acompañan a esta noble labor son pequeños hilos que se tejen en un lazo eterno que nunca se romperá, sino que se fortalecerá con el tiempo y unirá a nuestras familias en amor.
El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce, exhortó a los jóvenes de la Iglesia a aprender sobre el espíritu de Elías y a experimentarlo. “Los aliento… que busquen a sus antepasados y se preparen para efectuar bautismos vicarios en la casa del Señor por sus propios familiares fallecidos4. Y los exhorto a ayudar a otras personas a buscar sus datos de historia familiar.
“Si responden con fe a esta invitación, el corazón de ustedes se volverá a [sus] padres… El amor y la gratitud que sienten hacia sus antepasados aumentará. Su testimonio del Salvador y su conversión a Él serán profundos y perdurables. Y les prometo que serán protegidos contra la creciente influencia del adversario. A medida que participen en esta obra sagrada y lleguen a amarla, serán protegidos en su juventud y durante su vida”5.