2023
En armonía con la voluntad del Señor
Febrero de 2023


“En armonía con la voluntad del Señor”, Liahona, febrero de 2023.

Ven, sígueme

Mateo 7

En armonía con la voluntad del Señor

Llegamos a ser más como Cristo cuando seguimos Su ejemplo de hacer la voluntad de Su Padre.

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el Salvador y Sus seguidores caminando

Algunas de las decisiones más importantes que tomamos en la vida son decisiones que afectan a otras personas. A menudo sucede lo mismo cuando decidimos aceptar llamamientos para servir en la Iglesia.

Por ejemplo, cuando se me llamó a ser presidente de misión, se llamó a mi esposa, Lucie, como mi compañera. Queríamos estar unidos al servir. Sabíamos que eso significaba que era importante para nosotros como matrimonio estar en armonía con la voluntad del Señor. Es más, nuestros hijos también se verían afectados por nuestro llamamiento, ya que nos acompañarían. Eran pequeños; tenían catorce, once y siete años, respectivamente. Dejar el hogar por tres años sería un gran cambio en su vida, por lo que estar en armonía con la voluntad del Señor también sería importante para ellos.

Decidimos como familia que queríamos servir al Señor juntos. Como dice mi esposa: “Todos queríamos apuntar en la misma dirección”. Se nos bendijo como familia al servir juntos en la Misión República Democrática del Congo Mbuji-Mayi.

El servir juntos fortaleció nuestra unidad y capacidad para afrontar desafíos relacionados con una nueva cultura, en una nueva ciudad, con un nuevo idioma. Nos ayudó a ser más resilientes al responder a la necesidad de asistir a seminarios para líderes y conferencias de zona, y aun así satisfacer las necesidades de nuestros hijos. Nuestras oraciones y el estudio de las Escrituras en familia se volvieron más significativos y nuestro testimonio se hizo más fuerte al ver a los conversos, miembros y misioneros amar y abrazar el Evangelio.

Hacer la voluntad del Padre

¿Por qué es tan importante que procuremos conocer y hacer la voluntad de nuestro Padre Celestial?

En esto, como en todas las cosas, el Señor Jesucristo da el ejemplo. Él dijo:

  • “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió” (Juan 6:38).

  • “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21).

  • “El que quiera hacer la voluntad de él conocerá si la doctrina es de Dios o si yo hablo por mí mismo” (Juan 7:17).

En otras palabras:

  • Nos volvemos más semejantes a Cristo al seguir Su ejemplo de hacer la voluntad del Padre.

  • Debemos ser obedientes para ser dignos.

  • Al seguir el ejemplo de Cristo de procurar hacer la voluntad de Dios, aprendemos por medio de nuestra obediencia que los principios del Evangelio son verdaderos.

Al seguir al Salvador, llegamos a ser más como Él; y a medida que llegamos a ser más como Él, llegamos a ser más como el Padre. De modo que podemos aprender a hacer la voluntad del Padre al ser obedientes a las enseñanzas del Hijo.

Edificar sobre la roca

Jesucristo también dijo que aquellos que oyen y hacen Sus palabras son como “un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca.

“Y descendió la lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos y azotaron aquella casa; pero no cayó, porque estaba fundada sobre la roca” (Mateo 7:24–25).

Helamán enseñó a sus hijos: “… recordad que es sobre la roca de nuestro Redentor, el cual es Cristo, el Hijo de Dios, donde debéis establecer vuestro fundamento, para que cuando el diablo lance sus impetuosos vientos, sí, sus dardos en el torbellino, sí, cuando todo su granizo y furiosa tormenta os azoten, esto no tenga poder para arrastraros al abismo de miseria y angustia sin fin, a causa de la roca sobre la cual estáis edificados, que es un fundamento seguro, un fundamento sobre el cual, si los hombres edifican, no caerán” (Helamán 5:12).

Eso significa que cuando nuestra voluntad esté en armonía con la voluntad de Dios y obedezcamos Su voluntad, se nos dará la fortaleza que necesitamos para hacer frente a las tormentas de la vida. Nuestra fe perdurará.

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El élder Kyungu y su familia

Fotografía por cortesía del autor

Al servir juntos como familia en el campo misional vimos la verdad, en nosotros mismos y en los demás, de que llegamos a conocer a Jesucristo al hacer Su voluntad. Vimos lo que sucede en la vida de aquellos que escuchan Su voz, obedecen Sus mandamientos y aceptan Su voluntad. Recibimos bendiciones al cumplir con nuestros llamamientos, y observamos el crecimiento espiritual de los misioneros y los miembros locales de la Iglesia, incluso de los conversos recientes, que aceptaban llamamientos, compartían Su evangelio y se ministraban unos a otros. Aprendimos que hacer Su voluntad es sencillo. Significa hacer lo que debemos hacer para ayudar a Dios a realizar Su obra y Su gloria de “llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre” (Moisés 1:39).

Vimos que, al igual que el pueblo del rey Benjamín, aquellos que están en armonía con la voluntad del Señor están “dispuestos a concertar un convenio con nuestro Dios de hacer su voluntad y ser obedientes a sus mandamientos en todas las cosas que él nos mande” (Mosíah 5:5).

Compartir Su promesa

Cuando aceptamos el llamamiento que extendió el presidente Russell M. Nelson para servir como líderes de misión, mi esposa y yo sabíamos que estábamos haciendo lo que el Señor quería que hiciéramos. ¡Y nos encantó cuando nuestros hijos se unieron a nosotros en ese servicio! Dejamos todo atrás, pero sabíamos que por delante había bendiciones maravillosas. Estábamos ansiosos por compartir la promesa de Salvador: “Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero” (Juan 6:40).