2023
Zapatos desatados y el amor del Salvador
Febrero de 2023


“Zapatos desatados y el amor del Salvador”, Liahona, febrero de 2023.

Voces de los Santos de los Últimos Días

Zapatos desatados y el amor del Salvador

Al arrodillarme impacientemente para atar otro par de zapatos, el Señor me enseñó una lección sobre Su amor por nosotros que me hizo sentir humilde.

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retrato de Jennifer Estes

Durante varios años, he trabajado como maestra de educación especial para niños de entre cinco y ocho años. Mis alumnos luchan con muchas discapacidades, desde lesiones cerebrales traumáticas y autismo hasta discapacidades de aprendizaje.

Muchos de mis alumnos carecen de habilidades motrices finas y no se pueden atar los zapatos. Aplaudo a los padres que compran zapatos para sus hijos con correas de velcro, pero me quejo de los que los compran con cordones.

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zapatos desatados

Ilustración por Enya Todd; fotografía por cortesía de la autora

Tener los zapatos debidamente atados es una cuestión de seguridad para los niños. Así que, muchas veces al día, me veo arrodillada y atando los zapatos de mis pequeños alumnos. Durante la jornada escolar, esto requiere mucho tiempo y es un inconveniente.

Hace poco, al arrodillarme impacientemente en el patio de recreo para atar otro par de zapatos, me vino a la mente un hermoso pensamiento. Me imaginé al Salvador arrodillado junto a Sus discípulos para ofrecer el bondadoso servicio de lavarles los pies. Entonces, las palabras del Salvador me vinieron a la mente: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos, mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:40).

Sentí el amor del Salvador por el niño ante quien me arrodillaba para prestarle servicio. Y también sentí el amor del Señor por mí. Me sentí reconocida y apreciada por Él por las incansables horas que paso cada semana tratando de servir a Sus pequeños más vulnerables.

Esa dulce experiencia me proporcionó la tan necesaria paz, fortaleza y seguridad de que estoy donde debo estar, y hago lo que se supone que debo hacer. Estoy agradecida por el Señor y Sus tiernas misericordias en mi vida, y ahora estoy agradecida por las oportunidades diarias de arrodillarme y atar zapatos.