2023
¿Está el temor interponiéndose en tu relación con Dios?
Junio de 2023


“¿Está el temor interponiéndose en tu relación con Dios?”, Liahona, junio de 2023.

Jóvenes adultos

¿Está el temor interponiéndose en tu relación con Dios?

¿Cómo puedo cerrar la brecha que a veces siento entre mi Padre Celestial y yo?

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una mujer observa a un grupo de personas que están al otro lado de una brecha

Ilustraciones por Alex Nabaum

¿Qué sucedería si tu relación con Dios fuera tan segura que pudieras confiar en Él al ciento por ciento? Tal vez tendrías la fe para mover montañas (véase Mateo 17:20) o para decir a los ríos: “Conviértete en tierra” (véase 1 Nefi 17:50).

Creo que ese tipo de relación con Dios es posible, pero siempre me he preguntado ¿es posible para mí?

Atesoro mi relación con el Padre Celestial. Le dedico tiempo, esfuerzo y amor todos los días. Sin embargo, a veces todavía siento que una enorme brecha me impide sentirme más cerca de Él. Es una brecha que, hasta hace poco, no sabía cómo cerrar.

El temor daña las relaciones

He pasado la mayor parte de mi vida emocionalmente distanciada de las personas a las que amo. Me gusta hacer amigos, pero nunca he sabido cómo dejar que las personas en verdad formen parte de mi vida; aquello requiere exponerse y tener una relación más estrecha de lo que a mí me resulta cómodo.

A lo largo de los años, me he sentido herida por relaciones frágiles, rotas o fallidas, así que el riesgo de bajar la guardia para conectarme con las personas siempre me ha parecido peligroso. Tardé mucho en admitirlo, pero uno de mis mayores temores es no bastarles a quienes sean importante para mí, y que me abandonen.

Hace poco me di cuenta de que, en mi relación con Dios, a veces siento el mismo temor al abandono.

Cuando leo en las Escrituras que se puede confiar en Dios, lo creo; sin embargo, en el momento en que necesito confiar en Él, persiste algo de temor y me impide hacerlo por completo. El presidente Thomas S. Monson (1927–2018) ilustra ese sentimiento: “Tal vez haya ocasiones en las que se sientan separad[os], o incluso aislad[os] del Dador de toda buena dádiva; les preocupará que caminan sol[os], y el temor reemplazará la fe”1.

Al estudiar la forma en que el temor afecta mis relaciones, he descubierto algunas verdades que me han ayudado a responder mejor ante el temor para poder tener esperanza y fortalecer continuamente mi relación con Él y con los demás.

La importancia de confiar

En esta vida, todos deseamos relaciones seguras y confiables, especialmente, con el Padre Celestial. Sin embargo, en ocasiones, el temor puede impedir que nos abramos a posibles amistades, compañeros eternos e incluso al Padre Celestial. Podemos sentirnos amenazados por todo tipo de cosas pero, la mayoría de las veces, el mayor temor proviene de la percepción de que otras personas se apartan de nosotros, o de que lo harán en el futuro.

En mi caso, he notado que me torno obsesiva cuando espero que alguien que me gusta responda mis mensajes de texto. Reviso constantemente el teléfono con la esperanza de que haya respondido, ¡y siento ansiedad si no lo ha hecho! Otras veces, decido de modo irracional que una determinada relación de noviazgo no vale el riesgo emocional de que salga herida o desilusionada, así que la termino. Ambas reacciones corresponden a algo mucho más basado en el temor que en la confianza.

Teniendo esto en cuenta, es lógico que reaccione de manera similar ante Dios cuando no pongo toda mi confianza en Él, y dejo que el temor y la duda determinen mis actos. Sin embargo, como aprendemos en Proverbios, siempre podemos “conf[iar] en Jehová con todo [nuestro] corazón, y no apoy[arnos] en [nuestra] propia prudencia” (véase Proverbios 3:5).

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mujer conversando con otras personas

Establecer expectativas saludables

Todos podemos entablar relaciones más seguras y saludables, y algo que me ayuda a hacerlo es establecer expectativas realistas. Cuando ambas partes de una relación tienen expectativas realistas y sinceras, es menos probable que sientan que las acciones (o inacciones) de la otra persona ponen en peligro la relación.

A veces tenemos expectativas equivocadas en cuanto al modo en que Dios obrará en nuestra vida, y dichas expectativas a menudo son la razón por la que sentimos que no podemos confiar en Él, porque no se manifiesta de la forma que esperamos o queremos que lo haga. Tal vez comencemos a sentirnos frustrados, inseguros o temerosos de que Él no esté para ayudarnos, de que no nos ame o de que no cumpla Sus promesas.

Tal vez reaccionemos con ansiedad, o empecemos a basar nuestra fe en el cumplimiento de las bendiciones que creemos que merecemos o en los resultados que consideramos mejores para nosotros. O quizás actuemos de manera huidiza: dejamos de leer las Escrituras o de orar para pedir Su guía pues preferimos confiar en nuestra propia fuerza.

Todas estas actitudes son barreras que nos impiden sentir verdaderamente el perfecto amor del Padre Celestial y corresponderlo.

En estos casos, somos nosotros los que tenemos que reevaluar nuestras expectativas y nuestro comportamiento. En lugar de decirle a Dios cómo se supone que debe ayudarnos, es mejor aprender cómo obra Él. Tal como enseñó el élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles: “Es realmente una insensatez que nosotros, con nuestra miopía terrenal, supongamos que podemos juzgar a Dios, al pensar, por ejemplo: ‘No soy feliz, así que Dios debe estar haciendo algo mal’”2.

Los convenios edifican la confianza

Para desarrollar la confianza en nuestra relación con el Padre Celestial, podemos volvernos a nuestros convenios. Los convenios explican claramente lo que Él espera de nosotros y, al esforzarnos con diligencia por cumplir nuestras promesas, hacemos nuestra parte para generar confianza en esta relación divina.

Los convenios son evidencia de que Dios nos ama y está comprometido con nosotros; de que nada puede separarnos de Él ni de Su amor (véase Romanos 8:38–39) a medida que continuemos buscándolo y nos arrepintamos cada día. Al ver por nosotros mismos que Él cumple Sus promesas cuando nosotros cumplimos las que le hicimos, recibimos la tranquilidad de que podemos confiar plenamente en Él.

Reconocer que Dios cumple Sus convenios requiere observancia, reflexión y fe. Si tienes dificultades para verlo en tu vida, considera las siguientes maneras en las que Él ha prometido bendecirte conforme tú hagas y guardes convenios:

  • Alivio de los fracasos, el pesar y el remordimiento3.

  • “Mayor conocimiento sobre los propósitos y enseñanzas del Señor”4.

  • Fortaleza contra las tentaciones5.

  • “Mayor esperanza, consuelo y paz”6.

  • Una relación más estrecha y poderosa con el Salvador7.

  • Fortaleza para alcanzar todo nuestro potencial8.

  • Gozo e impresiones espirituales9.

  • “Inspiración y motivación ilimitadas”10.

Al procurar con toda intención esas bendiciones, me he dado cuenta de que Dios siempre me guía y cumple Sus promesas, tal como siempre ha prometido, y eso me ayuda a confiar con seguridad en que Él me acompañará cuando yo lo necesite. “Porque él cumplirá todas las promesas que te haga, pues ha cumplido sus promesas que él ha hecho a nuestros padres” (Alma 37:17).

En mi vida, no todas las relaciones han funcionado, y las relaciones fallidas me han hecho temer volver a intentarlo, pero creo que todos podemos superar nuestros temores al practicar cómo edificar la confianza y esforzarnos por comprender el poder espiritual que proviene de nuestra relación por convenio con Dios.

Tengo esperanzas de encontrar algún día un compañero eterno y de seguir edificando maravillosas relaciones con los demás gracias a lo que estoy aprendiendo acerca de guardar los convenios que he hecho con Él. Tal como enseño el élder Christofferson: “En definitiva, lo que buscamos es la bendición de una relación estrecha y duradera con el Padre y el Hijo; esto marca la diferencia por completo y el costo merece la pena por toda la eternidad […]. [I]ndependientemente de lo que pueda conllevar nuestra experiencia terrenal, podemos confiar en Dios y hallar gozo en Él”11.

Al aferrarnos continuamente a nuestros convenios, podemos sentir la seguridad habilitadora de la confianza mutua y del amor perfecto en nuestra relación con el Padre Celestial.

Notas

  1. Thomas S. Monson, “Nunca caminamos solos”, Liahona, noviembre de 2013, pág. 121.

  2. D. Todd Christofferson, “Nuestra relación con Dios”, Liahona, mayo de 2022, pág. 78.

  3. Véase ElRay L. Christiansen, “Hemos hecho convenios con el Señor”, Liahona, agosto de 1973, pág. 43.

  4. Sobre la investidura del templo”, ChurchofJesusChrist.org/temples/what-is-temple-endowment.

  5. Véase Joseph Fielding Smith, “The Pearl of Great Price”, Utah Genealogical and Historical Magazine, julio de 1930, pág. 103.

  6. Sobre la investidura del templo”, ChurchofJesusChrist.org/temples/what-is-temple-endowment.

  7. Véase “Sobre la investidura del templo”, ChurchofJesusChrist.org/temples/what-is-temple-endowment.

  8. Véase ElRay L. Christiansen, “Hemos hecho convenios con el Señor”, pág. 43.

  9. Véase “Sobre la investidura del templo”, ChurchofJesuschrist.org/temples/what-is-temple-endowment.

  10. Investidos de convenios y bendiciones”, Liahona, junio de 1992, pág. 12.

  11. D. Todd Christofferson, “Nuestra relación con Dios”, Liahona, mayo de 2022, pág. 80.