Liahona
Cursos de autosuficiencia: Conectar las finanzas con las verdades del Evangelio
Enero de 2024


“Cursos de autosuficiencia: Conectar las finanzas con las verdades del Evangelio”, Liahona, enero de 2024.

Cursos de autosuficiencia: Conectar las finanzas con las verdades del Evangelio

Los cursos de autosuficiencia ayudan a los participantes a poner en práctica una perspectiva espiritual a sus necesidades económicas.

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Grupo de personas sentadas hablando

Algunas de las primeras instrucciones del Señor a Sus hijos se referían al trabajo y a la autosuficiencia. En el Antiguo Testamento, Él instruyó a Adán y a Eva: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan” (Génesis 3:19) y a los israelitas les dijo: “Seis días trabajarás” (Éxodo 20:9).

En la actualidad, los grupos de autosuficiencia, patrocinados por la Iglesia en todo el mundo, ayudan a los hijos de Dios a mejorar su formación académica, a ser más resilientes emocionalmente, a encontrar mejores empleos, a iniciar negocios y, como demuestran las siguientes experiencias, a administrar mejor sus finanzas.

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Una mujer mira unos documentos

Pagar el diezmo de un ingreso escaso

Durante su matrimonio, Deborah, de Michigan, EE. UU., nunca tuvo problemas para administrar sus finanzas, pero después de que ella y su esposo se separaron le resultó más difícil pagar las cuentas. Aunque Deborah había disfrutado de asistir al templo con regularidad, comenzó a tener dificultades para pagar el diezmo y dejó de ir al templo.

Pidió ayuda a su obispo, quien le habló de la clase de autosuficiencia de la Iglesia sobre administración de las finanzas personales, la cual se estaba impartiendo en su estaca. Deborah accedió a ir, pero al principio no veía la razón para asistir: “A decir verdad, me decía a mí misma: ‘No sé por qué estoy aquí. Sé cómo hacer un presupuesto. He tenido un presupuesto toda mi vida’”.

Deborah se reunió con el grupo y un facilitador. Durante dos horas cada la semana, aprendían sobre los aspectos temporales de la estabilidad económica (como organizar un presupuesto) y los aspectos espirituales de la estabilidad económica (como ser un mayordomo fiel de los ingresos). “Nunca había conectado las dos cosas de la manera en que esta clase las conectó”, admite Deborah.

Ella sintió que su conexión por convenio con el Padre Celestial la ayudó a aprender a incluirlo en sus decisiones económicas. “Mi Padre Celestial siempre ha estado allí para mí […]. Tengo que incluirlo a Él en todo”.

Cuando Deborah actuó de acuerdo con las impresiones y la guía que recibió de su grupo de autosuficiencia, pudo apartar el dinero para el diezmo, pagar sus cuentas e incluso ahorrar dinero, todo sin aumentar sus ingresos.

El presidente Heber J. Grant (1856–1945) testificó que se puede hacer más con la parte restante de los ingresos después de pagar el diezmo que con toda la cantidad antes de pagar el diezmo: “Doy testimonio […] de que los hombres y las mujeres que hayan sido totalmente honrados con Dios, que hayan pagado su diezmo […] testifican […] que Dios les ha dado sabiduría por la cual han podido utilizar las restantes nueve décimas partes, y estas han sido de mayor valor para ellos, y han logrado más con ellas que lo que hubieran logrado si no hubiesen sido honrados con el Señor”1.

Deborah recibió bendiciones “tanto temporales como espirituales” (Mosíah 2:41) al guardar la ley del diezmo y al poner en práctica los principios del Evangelio a su presupuesto. La guía de su grupo de autosuficiencia y la inspiración del Espíritu Santo le proporcionaron la manera de obtener una recomendación para el templo y asistir a él. “Todo lo que decía que no podía hacer, Él me mostró que podía hacerlo y mucho más”, testifica ella. “Lo que haces hoy determina tu futuro y quiero que mi futuro sea poder entrar en el Templo de Detroit y comenzar a hacer la obra por mis antepasados de nuevo”.

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Esposos con un libro del curso

Fotografía cortesía de Berry y Light Chu

Salir de las deudas

Berry Chu, de la Estaca Middle, Taipéi, en Taiwán, necesitaba sabiduría más allá de su entendimiento después de que hizo una inversión que no salió bien, dejándola con una gran deuda. La situación le impidió brevemente a Berry seguir adelante, pero se humilló y buscó al Padre Celestial en oración. De esa oración obtuvo el valor para decirle a su esposo lo que había sucedido. Con ternura y humildad, el esposo de Berry, Light Tsai, le aseguró que lo resolverían y saldarían la deuda. Juntos, Light y Berry oraron para buscar la guía del Señor.

Berry y Light pensaron que podían beneficiarse del curso de autosuficiencia de la Iglesia sobre las finanzas personales. A pesar de la abrumadora deuda, elaboraron un plan de pago. Con la ayuda del curso, aprendieron a “priorizar el diezmo y […] a administrar las finanzas a la manera de Dios”, dice Berry. “También aprendimos a hacer un presupuesto y a dar prioridad a nuestros gastos de artículos de primera necesidad solamente”.

Berry y Light no solo aprendieron a hacer un presupuesto de sus ingresos de manera responsable, sino que su grupo de finanzas personales también inspiró a Berry a cambiar de empleo. La transición supuso un salario más alto, con el cual ella pudo pagar su deuda.

Unidos en esa meta, Berry y Light utilizaron todas las bonificaciones, inversiones e ingresos adicionales de sus empleos de tiempo completo y de medio tiempo para pagar la deuda de Berry. Con la ayuda del Señor, cubrieron todos los gastos y, lo más importante, siguieron pagando el diezmo y dieron otras ofrendas.

El Señor ha declarado: “Es mi propósito abastecer a mis santos […]. Pero es preciso que se haga a mi propia manera” (Doctrina y Convenios 104:15–16). Las personas y las familias de todo el mundo están descubriendo cómo Él provee para ellos a medida que ponen en práctica los principios de autosuficiencia espiritual y económica.

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Un matrimonio mira unos documentos

Enseñar el “cómo”, no solo el “qué”

Curtis y Pshaunda Scott, de Texas, EE. UU., querían ser prudentes con sus finanzas, pero no lograban ponerse de acuerdo en cómo hacerlo. Pshaunda sabía que necesitaban un seguro médico, pero Curtis sabía que no podían pagarlo. Aunque se amaban, sus diferentes perspectivas en cuanto a las finanzas provocaban tensión en su matrimonio. “En lo que respecta a las finanzas”, recuerda Pshaunda, “creo que no estábamos de acuerdo en lo absoluto”.

Curtis asiente. “El dinero siempre era un tema frustrante y teníamos conversaciones importantes pendientes”.

Su obispo recomendó que Pshaunda y Curtis comenzaran a asistir al curso de autosuficiencia sobre finanzas personales que se ofrecía en su estaca.

Curtis se sorprendió al ver lo bien que funcionaba para él el formato de análisis abierto de su clase. Podía explicar lo que pensaba y recibir perspectiva de otras personas que entendían las circunstancias de su familia. Los análisis en grupo ayudaron a Curtis a descubrir no solo principios del Evangelio, sino también maneras prácticas de aplicarlos. En los seis años transcurridos desde su bautismo, a Curtis a menudo le habían enseñado que debía aumentar su fe, mejorar sus oraciones y acercarse más al Salvador, pero sintió que el curso de autosuficiencia le enseñó cómo hacer esas mejoras.

A medida que Curtis aprendía a poner en práctica los principios del Evangelio en sus finanzas del hogar y de su negocio, descubría más profundamente el amor del Señor por él. “En realidad fortaleció mi creencia y mi comprensión del cuidado y de la preocupación que el Padre Celestial tiene por nosotros”, dice él.

Pshaunda sintió que el aspecto espiritual del curso de autosuficiencia la ayudó a entender cómo incluso los asuntos económicos podían encajar en el plan de Dios. “Fortaleció mi testimonio […] paso a paso, línea por línea”.

Incluir las enseñanzas del Señor en sus decisiones económicas finalmente hizo que Curtis y Pshaunda se pusieran de acuerdo. “Nos estábamos convirtiendo en un equipo”, dice Pshaunda. “No diría que somos ricos o que tenemos incluso más dinero, pero definitivamente vamos en la dirección correcta”.

Notas

  1. Heber J. Grant, en Conference Report, abril de 1912, pág. 30.

  2. Mensaje de la Primera Presidencia”, Las finanzas personales para la autosuficiencia, 2017.