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Esfuércese por entender el pasado


“Esfuércese por entender el pasado”, Temas y preguntas, 2023

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Una mujer y un hombre estudiando juntos

Cómo buscar respuestas a sus preguntas

Esfuércese por entender el pasado

Estudiar la historia de la Iglesia puede ayudarnos a ver la mano de Dios en la vida de Sus hijos. Esta está llena de relatos de la fe, del valor y de la bondad de los Santos de los Últimos Días del pasado. En ocasiones, también revela sus debilidades humanas y refleja las dificultades que todos afrontamos al esforzarnos por seguir a Jesucristo. El encontrarnos con las complejidades de la historia de la Iglesia o enterarnos de cosas del pasado que no concuerdan con nuestras expectativas puede suponer un reto para nuestra fe.

Cada uno de nosotros responde a la nueva información sobre la historia de manera diferente. Las preguntas que molestan a una persona podrían motivar a otra. Todos traemos diferentes suposiciones, expectativas, experiencias de vida y conocimiento a nuestra búsqueda de entendimiento. El poner en práctica los siguientes principios al estudiar la historia puede ayudarnos a ver el pasado de manera más clara y constructiva:

  • Reconozca los límites de nuestro conocimiento. Los relatos son interpretaciones del pasado basadas en las fuentes limitadas que quedan. Hay muchas cosas que podemos decir con confianza en cuanto al pasado, pero hay muchas cosas que simplemente no sabemos; y la información que tenemos casi siempre permite más de una interpretación. Si nos mantenemos humildes en cuanto a lo que creemos saber, estaremos más abiertos a nuevas explicaciones a medida que surjan otras fuentes. Recuerde que a veces tenemos que vivir con cierta ambigüedad o incertidumbre, incluso con preguntas que parezcan importantes.

  • Espere un cambio. Cuando estudiamos el pasado, a veces nos damos cuenta de que las prácticas, las enseñanzas y las ideas que pensábamos que eran inalterables en realidad han cambiado bastante. Los principios fundamentales del Evangelio son eternos, pero las maneras en que se entienden y se expresan con el tiempo reflejan la naturaleza línea por línea de la revelación y el cambio constante de la cultura humana. El principio de la revelación continua nos ayuda a navegar por esos cambios. Tal vez descubra que aprender más acerca de las muchas cosas que han cambiado hace que sea más fácil discernir las cosas que perduran.

  • Ponga las cosas en contexto. Alguien dijo una vez: “El pasado es un país extranjero; allí se hacen las cosas de manera diferente”1. En el pasado, la gente tenía una visión del mundo distinta a la nuestra y usaba diferentes imágenes y palabras para describir su experiencia. Si deseamos comprender mejor las palabras y acciones de las personas del pasado, también debemos entender la cultura y el contexto en que ocurrieron. Eso no significa que no podamos rechazar cosas acerca de culturas pasadas. De hecho, hay algunos aspectos del pasado que el Evangelio nos llama a rechazar. No obstante, entender el contexto histórico nos ayuda a evitar que impongamos nuestras opiniones actuales sobre las personas del pasado de una manera que impida el entendimiento.

  • Recuerde que los seres humanos cometen errores. Cuando contamos relatos de la historia de la Iglesia, tendemos a centrarnos en las acciones heroicas y los finales felices. Es bueno recordar a las personas cuando estaban en su mejor momento, pero a veces olvidamos que los Santos de los Últimos Días del pasado, incluso los primeros líderes de la Iglesia, eran seres humanos. Los seres humanos tienen debilidades, cometen errores y pecan. Recuerde que Dios se vale de personas imperfectas para llevar a cabo Su obra. Podemos aprender tanto de sus contribuciones como de sus errores. Y aunque es bueno ver los aspectos desafiantes de la historia de la Iglesia, no se centre en ellos de una manera que le haga perder de vista lo bueno y lo bello.

  • Esté atento a las interpretaciones sospechosas. No todas las interpretaciones de acontecimientos pasados son igualmente válidas. Las personas hacen muchas afirmaciones sobre la historia de la Iglesia, tanto favorables como desfavorables, que no cumplen con las normas de exactitud, fiabilidad e imparcialidad. Esto es especialmente cierto en una época en la que cualquier persona puede publicar sus puntos de vista con el clic de un botón. El Señor nos mandó buscar sabiduría “de los mejores libros”2. Como estudiante de la historia de la Iglesia, puede utilizar tanto las herramientas seculares como el don del Espíritu Santo.

Pasajes clave de las Escrituras 1 Nefi 11:17; Doctrina y Convenios 88:118