Escuela Dominical: Doctrina del Evangelio
‘Cuídate de no olvidarte’


Lección 17

“Cuídate de no olvidarte”

Deuteronomio 6; 8; 11; 32

Objetivo

Animar a los miembros de la clase (1) a recordar al Señor y los convenios que han hecho con Él y (2) a crear un medio ambiente que les ayude a hacerlo.

Preparación

  1. Estudie los siguientes pasajes de las Escrituras y ore al respecto:

    1. Deuteronomio 6:1–9; 11:18–21. Moisés da instrucciones a los israelitas para que recuerden los pactos que han hecho. Instruye a los padres a enseñar sus palabras a los hijos.

    2. Deuteronomio 6:10–12; 8:1–20. Moisés recuerda a los israelitas las bendiciones que Dios ha derramado sobre ellos. Les advierte que perecerán si no obedecen los mandamientos de Dios y no se acuerdan de Él.

    3. Deuteronomio 32:1–4, 15–18, 30–40, 45–47. Moisés aconseja a los israelitas a acordarse de la Roca de su salvación (Jesucristo).

  2. Lectura complementaria: Deuteronomio 4; 7:1–4; 13:1–8; 34.

  3. Si va a utilizar la primera actividad para despertar la atención, lleve a la clase los objetos de su casa que se describen en la “Actividad para despertar la atención”.

Sugerencias para el desarrollo de la lección

Actividad para despertar la atención

Si lo desea, utilice una de las actividades siguientes (o una de su preferencia) para comenzar la lección. Escoja la actividad que sea más apropiada para su clase.

  1. Ponga a la vista los objetos que haya llevado de su casa y que le recuerdan al Señor y los convenios que ha hecho con Él. (Algunos de ellos podrían ser las Escrituras, láminas, libros y grabaciones musicales.) Diga a los miembros de la clase por qué ellos son importantes para usted. Explique que parte de esta lección trata sobre los objetos que los antiguos israelitas utilizaban para recordar al Señor y los convenios que habían hecho con Él. Recalque que también para nosotros los objetos pueden ser buenos recordatorios.

  2. Escriba en la pizarra las siguientes palabras:

    Engañar, engatusar con palabras persuasivas, hacer tropezar, estafar, devorar, incitar con engaño, tentar, adormecer con falsa seguridad/embaucar, enojar, cegar, mentir, lisonjear, destruir

    • ¿Qué tienen en común todas esas palabras? (Una característica que tienen en común es que describen las tácticas que utiliza Satanás en su intento por alejarnos del Señor.)

    • Pida a uno de los miembros de la clase que lea D. y C. 76:28–29. Explique que esos versículos son el registro de una visión que tuvieron José Smith y Sidney Rigdon. ¿Qué podemos hacer para protegernos de la influencia de Satanás? (Si lo desea, utilice el siguiente esquema para ilustrar algunas de las cosas que podemos hacer para protegernos de las tentaciones de Satanás.)

    Imagen
    shields from Satan

    Explique que, en el libro de Deuteronomio, leemos cómo Moisés enseñó a los israelitas la forma de crear un medio ambiente que les ayudara a resistir las tentaciones de Satanás. Esta lección repasa el consejo de Moisés y analiza cómo podemos aplicarlo en la actualidad.

Análisis de las Escrituras y conceptos para poner en práctica

Al enseñar los siguientes pasajes de las Escrituras, analice la forma en que se podrían poner en práctica en el diario vivir. Aliente a los miembros de la clase a relatar experiencias que se relacionen con los principios de las Escrituras.

Después de haber probado, castigado y enseñado a los israelitas en el desierto durante cuarenta años, el Señor dice que están listos para entrar en la tierra prometida. Sin embargo, antes tiene algunas importantes instrucciones que darles. Moisés es el encargado de hacérselas saber y lo hace en tres sermones que se han registrado en el libro de Deuteronomio.

En esos sermones, Moisés repasó los cuarenta años que Israel moró en el desierto y reconoció la mano de Dios en su liberación. Moisés habló también de las responsabilidades de Israel como el pueblo escogido de Dios e hizo hincapié en que debían obedecer Sus mandamientos, especialmente el mandamiento de recordarle siempre y de abstenerse de adorar ídolos. Moisés advirtió a los hijos de Israel que, aun cuando estaban listos para entrar en la tierra prometida, si regresaban a la iniquidad podían perder su herencia y ser esparcidos.

1. Moisés da instrucciones a los israelitas con el fin de ayudarles a recordar sus convenios.

Enseñe Deuteronomio 6:1–9 y 11:18–21, y analícelo con la clase.

• El libro de Deuteronomio contiene las últimas palabras de Moisés a los israelitas. Si fueran a darle un último mensaje a su familia y amigos, ¿qué les dirían?

• Según Deuteronomio 6:5–7, ¿qué mandó el Señor que hicieran los israelitas? ¿Qué podemos hacer para tener las palabras de las Escrituras en el corazón?

¿Cómo pueden enseñar los padres con eficacia el Evangelio a sus hijos y hacer que aprendan a apreciar las Escrituras?

• De acuerdo con Deuteronomio 6:8–9 y Deuteronomy 11:18–20, ¿qué aconsejó Moisés a los israelitas que hicieran? (Adviértase que los frontales “eran tiras de pergamino en las que se escribían cuatro pasajes de las Escrituras… que luego se arrollaban y se colocaban sobre bandas de cuero que se utilizaban… alrededor de la cabeza sobre la frente o alrededor del brazo” [Bible Dictionary, “Frontlets”, pág. 676]).

• ¿Por qué habrá dicho Moisés al pueblo que se colocaran pasajes de las Escrituras entre los ojos, que los tuvieran en las manos, en los postes de la casa y en las puertas? ¿De qué manera influyen esos recordatorios constantes en nuestra forma de actuar? ¿Qué podemos hacer en nuestra casa que nos haga recordar al Señor, Sus palabras y los convenios que hemos hecho con Él? Las láminas o fotografías que tenemos colgadas en las paredes, los libros que leemos y las películas o los programas de televisión que vemos, ¿nos hacen recordar al Señor o son más bien una añoranza por las cosas del mundo?

El presidente Ezra Taft Benson dijo que las personas “que siguen a Cristo se amalgamarán con Él… Cuando se entra en su casa, los cuadros en las paredes, los libros en los estantes, la música en el ambiente y sus palabras y acciones revelan que son cristianos” (“Nacidos de Dios”, Liahona, enero de 1986 [Informe de la Conferencia General Semestral Número 155], pág. 3).

2. Moisés aconseja a los israelitas obedecer los mandamientos de Dios y recordarle.

Enseñe Deuteronomio 6:10–12 y 8:1–20, y analícelo con la clase.

• Según lo que se registra en Deuteronomio 6:10–12 y 8:1–20, ¿cuáles fueron los mensajes principales de Moisés? ¿Qué quiere decir olvidarse de Jehová? (Véase Deuteronomio 8:11.) ¿Cuáles son las consecuencias del olvidarnos de Él? (Véase Deuteronomio 8:19.) ¿Qué podemos hacer para estar seguros de que no nos olvidaremos de Dios?

• ¿Qué circunstancias o problemas nombró Moisés que podrían ser las causas por las cuales el pueblo se olvidara de Dios? (Véase Deuteronomio 6:10–12; 8:10–20.) ¿Por qué se olvidan algunas personas de Dios después de haber recibido abundantes bendiciones? (Véase Deuteronomio 8:17.)

El presidente Brigham Young dijo: “El peor temor que abrigo en cuanto a los [miembros de la Iglesia] es que se hagan ricos en esta tierra, olviden a Dios y a su pueblo, se vuelvan opulentos, se hagan echar de la Iglesia y vayan a parar en el infierno. Este pueblo aguantará los atropellos y saqueos, la pobreza y todo género de persecución, y permanecerá fiel; pero mi temor más grande es que no pueda resistir las riquezas, y sin embargo, será probado por medio de la abundancia porque llegará a ser la gente más rica sobre esta tierra” (citado por Gordon B. Hinckley, en La verdad restaurada, pág. 111).

• ¿De dónde proviene toda prosperidad económica que podamos tener? (Véase Deuteronomio 8:18.) ¿Cómo podemos utilizarla para hacer avanzar la obra del Señor? (Véase Deuteronomio 8:18; Jacob 2:18–19.)

3. Moisés aconseja a los israelitas acordarse de la Roca de su salvación (Jesucristo).

Enseñe Deuteronomio 32:1–4, 15–18, 30–40, 45–47 y analícelo con la clase.

• ¿Quién es la Roca de la que se habla en Deuteronomio 32:3–4? (Jesucristo; véanse también los versículos 15, 18, and 30–31.) ¿Por qué a Jesucristo se le llama en ocasiones la Roca? (Véase Helamán 5:12.)

• Moisés declaró que “la roca de ellos” (los dioses falsos de los inicuos) “no es como nuestra Roca” (Deuteronomio 32:31). ¿En qué se diferencian “la roca de ellos” de “nuestra Roca”? (Véase Deuteronomio 32:37–40.)

• ¿Qué significa edificar sobre la Roca? (Véase Deuteronomio 32:46–47; Mateo 7:24–27; D. y C. 50:44.) ¿Cómo podemos hacerlo? (Véase Deuteronomio 18:18–19, en donde, al profetizar sobre la venida de Cristo, se habla de la necesidad de escuchar Sus palabras.)

Conclusión

Testifique del Salvador y exprese su agradecimiento por los convenios que ha hecho con Él. Recalque cuán importante es recordar a Dios y guardar los convenios que hagamos con Él. Testifique que los objetos con que nos rodeamos, como las láminas y las fotografías, los libros que leemos y la música que escuchamos, son extraordinarios recordatorios del Señor y de los convenios que hemos hecho con Él. Indique que el propósito de rodearnos de esas cosas es el mismo que tuvo el antiguo Israel al usar los frontales: ayudarnos a edificar sobre la Roca; ayudarnos a recordar y seguir al Señor.

Otros conceptos didácticos

El siguiente material complementa las sugerencias para el desarrollo de la lección. Si lo desea, utilice uno o más de estos conceptos como parte de la lección.

1. “Las escribirás en los postes de tu casa” (Deuteronomio 6:9)

Pida a los miembros de la clase que hagan una lista de las láminas, las fotografías, los cuadros, los discos o cintas de música y de otros objetos que tengan en su casa. Pídales que evalúen cada objeto con un “+” (para indicar que es posible que ese objeto les haga recordar al Señor) o con un “–” (para indicar que es posible que ese objeto aleje su mente del Señor). Sugiera a los miembros de la clase que realicen esa actividad con sus respectivas familias durante una noche de hogar.

2. “No te dejará” (Deuteronomio 4:31)

• Después de profetizar que los israelitas volverían a adorar otros dioses y serían esparcidos (Deuteronomio 4:25–28), Moisés pronunció palabras de esperanza. ¿Qué les prometió él a quienes buscaran al Señor de todo corazón? (Véase Deuteronomio 4:29–31; Isaías 49:14–16.) ¿Cómo se ha cumplido esa promesa en ustedes? ¿Qué debemos hacer para buscar al Señor con todo nuestro corazón y con toda nuestra alma?

3. El resistir a las malas influencias de los demás

• Según Deuteronomio 13:6–8, ¿de qué peligro advirtió Moisés? ¿De qué manera podemos darnos cuenta de cuando alguien trata de alejarnos del Señor? ¿Cómo debemos responder a esa persona?

4. “Ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías” (Deuteronomio 16:16)

• El lugar que se menciona en Deuteronomio 16:2, 11 y 16 es el tabernáculo, un templo portátil que utilizaron los israelitas. En preparación para la fiesta de los tabernáculos, Moisés instruyó al pueblo que no debía presentarse “delante de Jehová con las manos vacías” (Deuteronomio 16:16). ¿En qué forma se podría aplicar ese concepto a nuestra asistencia al templo? ¿Cómo debemos prepararnos para asistir al templo con el fin de no entrar en él “vacíos”?

¿Cómo nos ayudaría esa preparación a alegrarnos delante del Señor en el templo? (Véase Deuteronomio 16:11.)

• El presidente Howard W. Hunter aconsejó: “Caractericémonos, los miembros de la Iglesia, por ir constantemente al templo; vayamos al templo con la frecuencia que las circunstancias personales lo permitan. Tengan a la vista en su casa una lámina de uno de los templos para que los hijos la vean”

(“Preciosas y grandísimas promesas”, Liahona, enero de 1995, pág. 9.) ¿Por qué es importante que vayamos al templo con tanta frecuencia como las circunstancias personales nos lo permitan? ¿Por qué es importante tener la lámina de un templo en nuestra casa?

5. “Ninguno conoce el lugar de su sepultura” (Deuteronomio 34:6)

El escritor que terminó el libro de Deuteronomio sabía sólo que Moisés se había ido y supuso que había muerto, que el Señor lo había enterrado y que nadie sabía dónde se encontraba el lugar de su sepultura. Sin embargo, nosotros sabemos que Moisés fue trasladado. (Si se desea obtener una explicación sobre el estado de los seres trasladados, véase 3 Nefi 28:7–9, 37–40.) En el “Bible Dictionary” se da la siguiente explicación al respecto:

“Como les sucedió a muchos de los antiguos Profetas, el ministerio de Moisés continuó más allá de los límites de su vida terrenal. En compañía de Elías el profeta, se apareció en el Monte de la Transfiguración y entregó las llaves del sacerdocio a Pedro, Santiago y Juan (Mateo 17:3–4; Marcos 9:4–9; Lucas 9:30; D. y C. 63:21; History of the Church, tomo III, pág. 387). De ese acontecimiento, que ocurrió antes de la resurrección de Jesús, adquirimos la comprensión de que Moisés fue un ser trasladado y que no murió como se registra en Deuteronomio 34 (Alma 45:19). Fue necesario que él fuera trasladado para tener un cuerpo de carne y huesos en el momento de la transfiguración, dado que la resurrección todavía no había tenido lugar. Si él hubiera sido sólo un espíritu, no habría podido entregar en el monte las llaves a seres mortales como Pedro, Santiago y Juan (compárese con D. y C. 129)” (Bible Dictionary, “Moses,”, pág. 735).