2017
Prepárate para el templo todos los días
Abril de 2017


Prepárate para el templo todos los días

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Prepare for the Temple Every Day

Cuando tenía nueve años, tuve una maravillosa maestra de la Primaria, la hermana Kohler. Yo era muy tímida y ella era muy amable y me encantaba estar con ella. Un día, nos dio una hoja de papel a cada uno en la que todos escribimos lo que queríamos hacer cuando fuéramos mayores. Yo escribí: “Ir a la universidad y casarme en el templo”. Pegué mi papel encima de la puerta de mi armario. Por la noche, la luz de la farola de la calle entraba por la ventana y yo miraba mi papel. Me recordaba que deseaba ir al templo.

En ese entonces, solo había doce templos en el mundo y yo quería ir a cada uno de ellos.

Siempre que mi madre y mi padre planeaban unas vacaciones, siempre llevaban a la familia al templo. Vivíamos en Oregón, EE. UU. El templo más cercano estaba a 600 millas (965 km) de distancia, en Cardston, Alberta, Canadá. Nuestro auto no tenía aire acondicionado y mi hermano, mi hermana y yo nos sentábamos en el asiento de atrás, sacábamos paños mojados por la ventana y después nos los poníamos en el cuello para refrescarnos.

Sentíamos una gran emoción cuando por fin veíamos el templo. Yo no sabía mucho en cuanto a lo que ocurría allí, pero mis padres siempre estaban felices cuando salían. Yo sabía que el templo era muy importante; sabía que era la casa del Señor. (En la foto, yo soy la de la blusa blanca.)

Después de cumplir doce años años, pude efectuar bautismos en varios templos. Cuando conocí a mi futuro esposo, descubrí que a él también le encantaba el templo. Nos casamos en el Templo de Manti, Utah.

Tú te puedes preparar para el templo todos los días. Acude al templo cada vez que puedas; toca sus paredes. Cuando mi nieto Jarret tenía once años, trabajaba en la historia familiar con su padre todos los domingos. Encontró muchos nombres de antepasados. Ahora que tiene doce años, está efectuando los bautismos en el templo por esos antepasados.

Cuando estás en el templo, puedes andar por donde Jesús anda. Es Su casa. Espero que ores todos los días para que el Padre Celestial te ayude a prepararte para entrar en el templo y sentir Su amor.