2021
Sabía que debía hacerlo
Octubre de 2021


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Sabía que debía hacerlo

Esta es la historia de fe de la Hna. Vásquez, quien finaliza su servicio misional en la misión Perú Lima Oeste, el 19 de octubre de 2021.

Soy la Hna. Vásquez y tengo 35 años. Hace cinco años tuve un accidente automovilístico que me hizo ver la vida de manera diferente. Fue un momento de mucho aprendizaje y reflexión. Supe por esa experiencia que la vida es corta y que debemos realmente vivirla de manera positiva y con optimismo. En ese entonces eso me ayudó a sentir un profundo agradecimiento por Dios y Jesucristo.

Cuando aún estaba convaleciente tuve el deseo de servir en una misión de tiempo completo, cuando me recuperé totalmente y tras hacer terapia, aún seguía ese deseo. Sin embargo, empecé a trabajar otra vez; fui muy bendecida al obtener dos trabajos estables (nombrada). Tenía muchas metas profesionales y también temporales. Pero al ya vivir sola vi en uno de los lugares donde trabaja que había mucha necesidad del Evangelio en la vida de las personas. Ya habían transcurrido varios años desde mi accidente y recordé otra vez aquel sentimiento de esa experiencia que afronté con la ayuda del Señor. Más que un deseo, necesitaba saber si era la voluntad de Él pues sabía que era una decisión que tenía que consultarle. Hice lo que tuve que hacer cuando pregunté si debía bautizarme en la Iglesia 14 años atrás. Y me arrodillé y le pregunté a Dios y tuve el mismo sentimiento que obtuve hace 14 años. Fue exactamente la misma respuesta: mi corazón se llenó de algo indescriptible y entonces sabía claramente que era Su voluntad.

Tuve que dejar muchas cosas. Había conseguido un puesto de trabajo como nombrada, y como obtuve el tercio superior a nivel nacional nos dieron un bono que se repartiría en 3 años. Tuve que dejar la bonificación del último año. Renuncié a uno de mis trabajos en el cual me escogieron para participar de un evento internacional en Estado Unidos para ese mismo año. Tuve que dejar a mi mamá discapacitada, de quien yo me hacía cargo directamente y mis hermanos velarían por ella ahora, pero dejaría todos sus gastos pagados por 1 año y medio en mi ausencia. Tenía ahorros para comprar un minidepartamento, pero esos ahorros fueron usados para la misión. Dejé a mis dos mascotas adoptivas a cargo de una alumna mía. Sabía que debía hacerlo y, aún más, fue la certeza de que era mi llamado porque mi llamamiento llegó en solo 11 días, lo cual me hizo saber que estaba preparada y este era el tiempo preciso. Dios y Jesucristo me han preservado y el estar aquí es un milagro y una prueba de Su amor infinito por mí. Sé sin ningún ápice de duda que ellos me conocen perfectamente y qué es lo que esperan de mí.