2022
Mi primer día en el templo
Octubre de 2022


Voces de los Miembros

Mi primer día en el templo

¿Qué recuerdos guardamos de la primera vez que fuimos al templo? ¿Llovía, estaba soleado?, ¿qué sentimos?, ¿qué nos llamó la atención?

Asistir al templo por primera vez es una ocasión muy especial. Puede causar asombro, curiosidad, alegría, serenidad y tantas sensaciones e impresiones más. El guardar y atesorar esas impresiones se vuelve importante tanto para nosotros como para nuestros descendientes. Tal como buscamos historias y recuerdos de nuestros antepasados, de la misma manera podemos registrar y perpetuar nuestros propios recuerdos a fin de seguir asombrándonos al experimentar el gozo de vivir el Evangelio y fortalecer nuestro testimonio.

Así lo hicieron Josué, Benjamín y Thiago, al escribir y compartir sus testimonios y experiencias en su primera visita al Templo de Buenos Aires, Argentina:

¡Hola! Mi nombre es Josué Óscar Ayala, tengo 11 años y vivo en el barrio Villa Montoro, Estaca Sur de la ciudad de La Plata, en la provincia de Buenos Aires, Argentina.

El sábado 19 de febrero de 2022, entré por primera vez al templo a realizar las ordenanzas vicarias por mis antepasados. Fue una experiencia muy hermosa. Mi corazón se llenó de un gozo tan inmenso, que no lo puedo expresar con palabras. Lo más impactante fue sentir la confirmación del Espíritu Santo de que ellos aceptaron los convenios del Evangelio que estaba haciendo por ellos.

El trabajar en la historia familiar nos une como familia en la tierra y en los cielos. Expresamos amor por nuestros familiares al ayudarlos a recibir las ordenanzas del Evangelio que no pudieron conocer en la tierra.

Estoy muy feliz por haber entrado al templo, como dice la canción de la primaria:

“lugar tranquilo y bello … Desde niño me prepararé, es mi deber sagrado”.

Ahora siento que mi deber es prepararme para recibir las demás ordenanzas, salir a una misión y luego formar mi propia familia eterna.

Comparto mi testimonio de que sé que estamos en la iglesia verdadera, el templo es la casa de Dios y podemos ser familias eternas. En el nombre de Jesucristo, Amén.

Benjamín Alvarado Paz, 13 años, Estaca Escobar, Buenos Aires, Argentina

Al entrar al templo vi que había muchos cuadros y era muy lindo. Para poder pasar al salón bautismal, mostramos la recomendación que me había dado mi obispo, después nos dieron la ropa para bautizarnos, me cambié y llegó el momento tan esperado para bautizarme por mis antepasados, de quiénes había aprendido al investigar en mi árbol familiar junto a mis padres.

Si bien no fue fácil llegar al templo y me sentía cansado por el viaje, estaba ansioso y a la vez contento, emocionado y nervioso. Todo valió la pena, ya que pude hacer diez ordenanzas.

Primero me bauticé, después realicé confirmaciones y por último la hermana que estaba en el templo me enseñó a registrar. Para registrar hay que poner cuántas ordenanzas hiciste, después había que escanearlas y se ponían solas en el árbol familiar. Realmente fue una experiencia muy linda junto a mis padres y a mis antepasados que algún día conoceré.

Thiago Alvarado Paz, 11 años, Estaca Escobar, Buenos Aires, Argentina

Cuando mis papás me dijeron que iríamos al templo, me sentí muy emocionado y me puse a pensar en cómo sería por dentro.

Al llegar el día, me sentí muy alegre y a la vez muy nervioso. Me saqué fotos junto a mis padres y luego ingresamos.

Recuerdo que entramos y se veía todo brillante. Me llamó la atención, especialmente los pisos y los detalles en dorado. Aún al momento de entrar en la sala bautismal mis nervios continuaban, pero al ingresar al agua y sentir que estaba calentita me calmó por completo. Sentí una gran alegría nuevamente al saber que me estaba bautizando por mis antepasados. Cuando salimos del templo, pudimos disfrutar de sus jardines, en especial sus variadas flores. Aunque unas semanas después pude volver con otros jóvenes de mi barrio, me gustaría poder volver nuevamente.