Escuela Dominical: Doctrina del Evangelio
‘Yo para esto he nacido’


Lección 26

“Yo para esto he nacido”

Mateo 26:47–27:66; Marcos 14:43–15:39; Lucas 22:47–23:56; Juan 18–19

Objetivo

Ayudar a los miembros de la clase a sentir el amor que el Salvador tiene por ellos y aumentar en ellos el amor por Él y también la gratitud por el sacrificio expiatorio del Señor.

Preparación

  1. Lea los siguientes pasajes de las Escrituras, y medite y ore al respecto.

    1. Mateo 26:47–75; Marcos 14:43–72; Lucas 22:47–71; Juan 18:1–27. Poco después de la agonía en Getsemaní, Jesús es traicionado por Judas, quien aparece con los principales sacerdotes, los fariseos y los soldados. Jesús se entrega a sus aprehensores, quienes se lo llevan del jardín y lo someten a un tribunal judío. Primero lo interroga Anás, quien había sido un sumo sacerdote, y después Caifás, el sucesor y yerno de Anás. Los principales sacerdotes y los ancianos que están presentes escupen a Jesús, se mofan de Él, lo atan y lo acusan de blasfemia, ofensa castigada con la pena de muerte. Afuera del palacio de Caifás, Pedro niega conocer a Jesús.

    2. Mateo 27:1–26; Marcos 15:1–15; Lucas 23:1–25; Juan 18:28–19:16. Dado que los principales sacerdotes y los ancianos no tienen el poder para sentenciar a muerte a Jesús, lo envían a Poncio Pilato, el gobernador romano en Judea, para que él lo someta a juicio (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Pilato, Poncio”, pág. 165). Estando ante Pilato, se acusa a Jesús de ser enemigo de César. Al saber que Jesús es de Galilea, Pilato lo envía a Herodes, gobernador de esa provincia. Herodes rehúsa juzgar a Jesús y lo envía de vuelta a Pilato, quien cede ante las demandas de la gente de que Jesús sea crucificado.

    3. Mateo 27:27–66; Marcos 15:16–39; Lucas 23:26–56; Juan 19:17–42. Jesús es azotado y crucificado. Estando en la cruz, experimenta gran agonía al ofrecerse a sí mismo como sacrificio por todo el género humano.

  2. Lectura adicional: Isaías 53; Marcos 15:39–47; Juan 3:16; 15:13; 1 Nefi 11:32–33; 19:7–9; 2 Nefi 9:21–22; Guía para el Estudio de las Escrituras, “Crucifixión”, pág. 46).

  3. Prepare las siete tiras de palabras que se describen en las páginas 123 y 124 (o prepárese para escribir las declaraciones en la pizarra).

  4. Si tiene disponibles los siguientes materiales, utilícelos durante la lección:

    1. Las láminas La traición de Jesús (62468 002; Las bellas artes del Evangelio, 228); Pedro niega a Jesús (62177 002; Las bellas artes del Evangelio, 229) y La Crucifixión (62505 002; Las bellas artes del Evangelio, 230).

    2. El segmento “Yo para esto he nacido” del videocasete Nuevo Testamento: Presentaciones en video” (53914 002), de dieciséis minutos de duración.

  5. Sugerencia didáctica: Cuando los maestros y los miembros de la clase son reverentes, invitan la presencia del Espíritu. Los alumnos deben sentirse con libertad “de analizar, de comentar y de participar en la clase, pero ninguno tiene el derecho de distraer a otro alumno codeándolo ni haciendo comentarios ligeros y frívolos” (David O. McKay, Gospel Ideals, 1954, pág. 224). Sea usted un ejemplo de reverencia hacia Dios y de respeto por cada uno de los miembros de la clase.

Desarrollo que se sugiere para la lección

Actividad para despertar el interés

Si lo desea, utilice la siguiente actividad (o una de su preferencia) para comenzar la lección. Escoja la actividad que sea más apropiada para su clase.

Pida a los miembros de la clase que busquen el mapa número 5, “Jerusalén en los tiempos de Jesucristo”, en la Guía para el Estudio de las Escrituras.

Explique que en esta lección se tratará el tema de la crucifixión del Salvador y los acontecimientos que tuvieron lugar en las horas que la precedieron, los cuales ocurrieron en varios lugares que se encuentran en el mapa. Ayude a los miembros de la clase a localizar los siguientes sitios: (1) el jardín de Getsemaní, (2) la casa de Caifás, (3) el cerro Gólgota (Calvario).

Cuando los miembros de la clase hayan ubicado el cerro Gólgota, explique que allí ocurrió la crucifixión de Jesús. Muestre la lámina de la Crucifixión. Pida a los miembros de la clase que se imaginen que un niño pequeño está mirando la lámina y que pregunta: “¿Por qué tuvo que morir Jesús?” Pídales que tomen unos momentos para meditar en lo que le contestarían al niño. Dígales que al final de la lección analizarán la pregunta.

Análisis y aplicación de las Escrituras

Al enseñar los pasajes de las Escrituras que se encuentran a continuación, ayude a los miembros de la clase a comprender el amor que demostró por ellos el Salvador al permitir que lo persiguieran y lo crucificaran.

1. Jesús es traicionado, arrestado y acusado de blasfemia; Pedro niega tres veces a Jesús.

Analicen Mateo 26:47–75; Marcos 14:43–72; Lucas 22:47–71; y Juan 18:1–27. Pida a algunos miembros de la clase que lean en voz alta los versículos que usted haya seleccionado. Si lo desea, puede resumir este relato tal como se encuentra en el punto 1a de la sección “Preparación”. Muestre la lámina de la traición de Jesús en Getsemaní.

• ¿Cómo respondió Pedro a los hombres que llegaron al jardín de Getsemaní para llevarse a Jesús? (Véase Juan 18:10.) ¿Cómo respondió Jesús a esos hombres? (Véase Lucas 22:51–53; Juan 18:11–12.) ¿Por qué permitió Jesús que se lo llevaran? (Véase Mateo 26:53–54; Juan 10:17–18. Explique que era la voluntad de nuestro Padre Celestial que Jesús diera Su vida por nosotros.)

• Los principales sacerdotes y los ancianos de los judíos acusaron a Jesús de blasfemia, crimen castigado con la pena de muerte (Marcos 14:64). ¿Qué es la blasfemia? (El ser irreverente hacia Dios o el afirmar que uno es igual a Dios.) ¿Qué dijo Jesús a los principales sacerdotes y a los ancianos que ellos pensaron que era blasfemo? (Véase Marcos 14:60–63.)

• Cuando Jesús fue llevado del jardín, la mayoría de Sus discípulos, “dejándole, huyeron” (Mateo 26:56). Sin embargo, Pedro y Juan continuaron siguiéndole (Mateo 26:58; Juan 18:15; se piensa que el discípulo mencionado en Juan 18:15 es Juan.) ¿Qué hizo Pedro cuando las personas que estaban afuera del palacio de Caifás dijeron que él conocía a Jesús? (Véase Mateo 26:69–74.) ¿Qué hizo Pedro cuando se dio cuenta de que había negado a Jesús tres veces? (Véase Mateo 26:75; véanse también los versículos 33–35.)

Muestre la lámina de Pedro negando a Jesús.

• A veces, ¿qué hacemos algunos de nosotros para negar la fe, tal como lo hizo Pedro? ¿Qué podemos aprender de la vida de Pedro después que negó al Señor?

El presidente Gordon B. Hinckley dijo:

“…siento una profunda compasión por Pedro. ¡Hay tantos de nosotros que nos parecemos a él! Prometemos lealtad, expresamos categóricamente nuestra determinación de tener valor, declaramos, y a veces, aun en público, que pase lo que pase haremos lo justo, defenderemos la causa de la rectitud y seremos sinceros tanto con nosotros mismos como con los demás.

“Entonces comienzan a acumularse las presiones, las que a veces son presiones sociales; a veces son deseos personales; otras veces son falsas ambiciones; y así, se debilita la voluntad, se atenúa la disciplina y se produce la capitulación. Como consecuencia, viene en seguida el remordimiento, al que siguen el acusarse a uno mismo y amargas lágrimas de pesar…

“…si hay en la Iglesia quienes por palabra u obra hayan negado la fe, a ustedes ruego que saquen consuelo y resolución del ejemplo de Pedro, que, pese a haber andado a diario junto a Jesús, en un momento de apuro, negó al Señor y también el testimonio que llevaba en su propio corazón. Sin embargo, él se levantó por encima de eso y llegó a ser un poderoso defensor y un valiente abogado de la causa. Del mismo modo, cualquier persona puede ciertamente echar paso atrás y añadir su fortaleza y su fe a la de los demás en la edificación del Reino de Dios” (“Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente”, Liahona, agosto de 1994, págs. 4, 7).

2. Se sentencia a Jesús a ser crucificado.

Lean y analicen los versículos de Mateo 27:1–26; Marcos 15:1–15; Lucas 23:1–25 y Juan 18:28–19:16 que usted haya seleccionado. Si lo desea, puede resumir este relato tal como se encuentra en el punto 1b de la sección “Preparación”.

• Cuando Pilato supo que Jesús era de Galilea, lo envió a Herodes, el gobernador de esa provincia (Lucas 23:6–7). ¿Por qué “se alegró mucho” Herodes al ver a Jesús? (Véase Lucas 23:8.) ¿Cómo respondió el Salvador a las preguntas de Herodes? (Véase Lucas 23:9; compárese este versículo con la profecía que está en Isaías 53:7.)

• Después que Herodes y sus hombres acusaron a Jesús y se mofaron de él, lo enviaron de vuelta a Pilato (Lucas 23:1). ¿Cuál fue la decisión de Pilato en cuanto a Jesús? (Véase Lucas 23:13–17; véase también Lucas 23:4.) ¿Por qué sentenció Pilato a Jesús a ser crucificado? (Véase Mateo 27:15–24; Marcos 15:6–15; Lucas 23:18–25; Juan 19:1–16.) ¿Por qué nosotros también, al igual que Pilato, a veces tratamos de evitar la responsabilidad de las decisiones difíciles?

• A una de las preguntas de Pilato en cuanto a si Jesús era un rey, Jesús respondió: “Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad” (Juan 18:37). ¿En qué aspectos es Jesús un rey? (Véase Salmos 24:10; Isaías 44.6; Apocalipsis 11:15; 15:3; 2 Nefi 10:14.) ¿Qué significa el que Su “reino no [sea] de este mundo”? (Juan 18:36.)

3. Jesús es azotado y crucificado.

Lean y analicen los versículos de Mateo 27:27–66; Marcos 15:16–39; Lucas 23:26–56 y Juan 19:17–42 que usted haya seleccionado. Muestre la lámina de la Crucifixión.

• Después de la sentencia de muerte, ¿qué le hicieron a Jesús? (Véase Mateo 27:27–44; Lucas 23:34–39.) ¿Por qué permitió Jesús que la gente lo acosara? (Véase 1 Nefi 19:9.)

En las Escrituras hay registro de siete declaraciones que pronunció Jesús mientras estaba en la cruz. Lean y analicen los versículos que se hallan a continuación, y, al hablar de ellos, muestre las tiras de palabras con las declaraciones o escríbalas en la pizarra.

1. Lucas 23:34. “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

• En la Traducción de José Smith aprendemos que cuando Jesús dijo esto, estaba orando por los soldados romanos que le habían crucificado (Traducción de José Smith, Lucas 23:35, [sólo en inglés]). ¿Qué nos dice esto acerca de Él? ¿Cuál es la manera del mundo de reaccionar ante los que nos hieren o nos ofenden? ¿Qué bendiciones recibimos cuando seguimos el ejemplo de Jesús?

2. Lucas 23:43. Al ladrón arrepentido: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”.

3. Juan 19:26–27. A su madre, María: “Mujer, he ahí tu hijo”. A Juan: “He ahí tu madre”.

• ¿En las necesidades de quién pensó Jesús durante su dolorosa prueba? (Véase Lucas 23:43; Juan 19:26–27.) ¿Qué podemos aprender de ello? (Si surgieran preguntas acerca de la afirmación de Jesús en Lucas 23:43, véase la tercera sugerencia adicional para la enseñanza.)

4. Mateo 27:46; Marcos 15:34. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”

• ¿Qué experimentó Jesús sobre la cruz que le permitió comprendernos y ayudarnos cuando nos sentimos solos? ¿Por qué es importante saber que el Salvador puede cargar no sólo con nuestros pecados sino también con nuestra soledad, dolor y temor?

El élder Jeffrey R. Holland dijo: “[Como] debía pisar, Él solo, el lagar de redención, ¿podría Él perseverar hasta el momento más terrible de todos, el dolor más profundo y angustiante el cual no fue causado por las espinas de la corona, ni los clavos de las manos y los pies, sino por el terror de sentirse total y absolutamente solo? ‘…Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?’ (Marcos 15:34). ¿Puede Él cargar con todos nuestros pecados y con nuestro temor y soledad? Así lo hizo, así lo hace y así lo hará” (Liahona, enero de 1990, pág. 26). 5. Juan 19:28. “Tengo sed”.

• A pesar de todo lo que Jesús sufrió, ésta fue la única mención de alguna incomodidad física. ¿Qué le dieron cuando dijo que tenía sed? (Véase Juan 19:29.)

6. Juan 19:30. “Consumado es”.

• De acuerdo con la Traducción de José Smith, Jesús agregó a esas palabras que se había hecho la voluntad de Su Padre (véase Traducción de José Smith, Mateo 27:54, [sólo en inglés]). ¿Por qué tenía que morir el Salvador a fin de que se cumpliera la voluntad del Padre? (Véase 2 Nefi 9:5; 3 Nefi 27:13–16. Si utilizó la actividad para despertar el interés, invite a los alumnos a expresar comentarios en cuanto a la forma de contestar la pregunta del niño.)

El presidente Spencer W. Kimball dijo: “Él debía morir para abrir las tumbas de los hombres, del mismo modo que abrió su propia tumba. Sin la profunda oscuridad de ese momento, no podría haber existido la primavera del triunfo sobre la muerte” (Liahona, agosto de 1975, pág. 30).

7. Lucas 23:46. “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.

Si va a usar la presentación en video titulada “Yo para esto he nacido”, muéstrela ahora.

Conclusión

Explique que las primeras palabras preterrenales del Salvador de las que se tiene registro fueron: “Heme aquí, envíame” (Abraham 3:27), y las primeras palabras mortales: “…en los negocios de mi Padre me es necesario estar” (Lucas 2:49). Las últimas palabras que pronunció en la mortalidad fueron cuando dijo al Padre que Su obra se había consumado y que se había hecho la voluntad del Padre (véase Traducción de José Smith, Mateo 27:54, [sólo en inglés]). Jesús nunca perdió de vista la voluntad de Su Padre ni de Su propia misión. Podría haber invocado legiones de ángeles para rescatarlo, pero no lo hizo (Mateo 26:53–54). A pesar de la agonía, nunca falló en Su humildad y en su voluntad de llevar a cabo la infinita Expiación.

Testifique de las verdades analizadas en la lección. Si es apropiado, invite a los miembros de la clase a compartir su testimonio.

Sugerencias adicionales para la enseñanza

El siguiente material complementa las sugerencias para el desarrollo de la lección. Si lo desea, utilice uno o más de estos conceptos como parte de la lección.

1. Seguir el ejemplo del Salvador en momentos de dificultad.

Los hechos del Salvador durante el último día de Su vida mortal demuestran la gran magnitud de Su carácter. Repasen algunas de las pruebas que soportó Jesús ese día, y después haga las preguntas que están a continuación:

• ¿Qué cualidades fueron evidentes en Jesús durante esos momentos difíciles? (Entre las respuestas se podría mencionar que estaba más preocupado por los demás que por sí mismo, que tenía la actitud del perdón, que se sometió a la voluntad de nuestro Padre Celestial, que no condenó a los demás por sus debilidades, y que no se quejó. Escriba en la pizarra las respuestas de los miembros de la clase. Pídales que mencionen ejemplos específicos en que fueron evidentes dichas cualidades.)

• ¿Qué cualidades nuestras se manifiestan a menudo en nuestros momentos más difíciles? ¿Qué podemos hacer para seguir el ejemplo del Salvador en los momentos de prueba?

2. “Yo he pecado entregando sangre inocente” (Mateo 27:4).

• ¿Qué hizo Judas para tratar de arrepentirse después de traicionar al Salvador? (Véase Mateo 27:3–5.) ¿Qué podemos aprender de su experiencia en cuanto al “pago” que nos da el mundo a cambio de nuestros pecados?

3. “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43).

• Refiérase a la información que está a continuación por si necesitara explicar las palabras del Salvador que se hallan en Lucas 23:43.

El profeta José Smith expresó que Jesús dijo al ladrón: “Hoy estarás conmigo en el mundo de los espíritus” (Enseñanzas del Profeta José Smith, comp. de Joseph Fielding Smith, 1976, pág. 378).

En Doctrina y Convenios 138:36–37 leemos que Jesús fue al mundo de los espíritus durante el tiempo que transcurrió entre Su muerte y Su Resurrección y que allí preparó a los espíritus fieles para predicar a los espíritus que no habían recibido Su Evangelio en la tierra.