Milagros de conferencia

En el año 2009 una hermana del barrio llevó a mi esposa una invitación para asistir a la conferencia general. En aquel entonces, tenía casi 13 años de inactividad en la Iglesia, pero decidí salir de mi zona de comodidad para asistir a la conferencia general, ya que mi esposa me dijo que aunque yo no fuera, ella asistiría.

Al llegar, me dio mucha vergüenza que me vieran, esperaba que nadie me reconociera. Con mucho esfuerzo logré entrar a la capilla. En esa conferencia pude escuchar un mensaje muy especial de un Setenta sobre la expiación de Jesucristo y me puse a llorar; sentí que sus palabras eran verdaderas, que yo debía arrepentirme, debía ser limpio para que el sufrimiento del Salvador pudiera ser un sacrificio válido y que gracias a esa Expiación, yo tenía una segunda oportunidad.

Pude volver a la Iglesia y logré sellarme con mi familia en el templo. Cuando hicimos esa ordenanza en la Casa del Señor, mi esposa estaba embarazada de mi última hija, quien falleció, pero ella quedó sellada a nosotros.

Actualmente ya tengo 12 años de ser miembro activo; fui líder Misional, miembro del sumo consejo, obispo y consejero de estaca. Desde que regresé al Señor, me he esforzado por devolver parte de esa nueva oportunidad. Hasta el día de hoy seguimos trabajando para el Señor y Su Iglesia.

¡Fue una gran bendición asistir a la conferencia general y estoy sumamente agradecido!