2022
Siguiendo el ejemplo de Nefi
Enero de 2022


Páginas Locales

Siguiendo el ejemplo de Nefi

Los profetas actuales nos han exhortado a llevar registros personales como una manera de mantener viva nuestra memoria y recordar lo que Dios ha hecho por nosotros.

Sin embargo, al igual que Nefi de la antigüedad, podemos sentir que no somos “poderosos” (véase 2 Nefi 33:1–3) para escribir historias, incluso pensar que determinadas personas poseen el don de escribir y que, por lo tanto, está fuera de nuestra esfera de acción.

Nefi, incluso sabiendo que sus palabras serían desechadas y consideradas de poco valor por muchos de los de su pueblo, se esforzó y persistió en su mandato de escribir. De hecho, oró y derramó lágrimas a causa de ellos, desarrollando profundos sentimientos de caridad por sus hermanos. Sus palabras demuestran su inquebrantable fe y conocimiento de los propósitos de Dios en cuanto a la realización y preservación de la historia escrita:

“Y sé que el Señor Dios consagrará mis oraciones para el beneficio de mi pueblo. Y las palabras que he escrito en debilidad serán hechas fuertes para ellos; pues los persuaden a hacer el bien; les hacen saber acerca de sus padres; y hablan de Jesús, y los persuaden a creer en él y a perseverar hasta el fin, que es la vida eterna” (2 Nefi 33:4).

Nefi conoce los propósitos de Dios y reconoce la influencia que sus palabras escritas significarían en su posteridad. De igual manera, nuestras experiencias espirituales, perspectivas de los principios del Evangelio y testimonio acerca del Salvador podrían fortalecer la fe de nuestras futuras generaciones.

En cuanto a este mandato, el Elder L. Tom Perry nos enseña:

“¿Hemos preservado para nuestros hijos los notables relatos de cómo conocieron y aceptaron el Evangelio nuestros antepasados? Su estudio y aceptación del Evangelio nos ha brindado la gran oportunidad de recibir bendiciones eternas.… Estas experiencias de conversión de nuestros familiares, que nos demostraron un cometido y una fe tan grande a través de su existencia, nos brindan mucho de lo que hoy disfrutamos a través de los frutos del Evangelio. Por cierto que el conocimiento de esa fe y ese cometido debe transmitirse de una generación a otra a fin de fortalecer nuestro deseo de vivir con la misma convicción que ellos pusieron de manifiesto en su vida. No hay ninguna duda de que su testimonio añade convicción y solidez al nuestro”1.

Al realizar, preservar y compartir los registros familiares, recordarás a los que te precedieron, reconocerás tus privilegios y desearás transmitir tu legado a los de tu descendencia.

El llevar registros te dará perspectiva eterna ante las exigencias de la vida, ayudándote a no perder la visión y mantenerte equilibrado. Reconocerás más fácilmente los propósitos por los que fuiste creado al meditar en las metas que te propongas y los caminos para lograrlas.

Entenderás que todos los hijos de Dios pueden desarrollar esa capacidad y descubrirás que te resultará más sencillo en la medida que lo intentes. Reconocerás la mano de Dios en tu vida, tu deseo de perseverar en el camino del discipulado se hará más fuerte y tomarás mejores decisiones.

Ten la confianza que el Señor te inspirará y te guiará en tus esfuerzos por llevar registros personales.

¿Cómo puedo comenzar a escribir historias?

Muchos estudios científicos han demostrado los beneficios de llevar registros personales entre los que se podría mencionar el aumento de la capacidad comunicativa y aumento de la concentración plena. Esta simple acción entrena a nuestro cerebro a ser más ordenado y disciplinado permitiendo una mejor organización de las ideas.

Redactar significa compilar o poner en orden. En este sentido, consiste en expresar por escrito los pensamientos o conocimientos ordenados con anterioridad en tu mente. Este proceso implica síntesis, armonía y disposición de las ideas expresadas con un mínimo de palabras. Posiblemente, este proceso te tomará algún tiempo. Algunas sugerencias que pueden ayudarte:

  • Elabora un bosquejo en el que escribas toda la información posible (tema, título de la historia, relación de la doctrina del Evangelio y las Escrituras con tus propias experiencias, tus sentimientos provenientes del Espíritu Santo y tu propia evaluación del tema).

  • Luego redacta un borrador: medita en tus propias palabras, lee la doctrina, podrías pedir a un familiar o amigo en quien confíes que lea tus escritos y te dé su opinión.

  • Finalmente escribe tu historia definitiva.

Invitamos a todos a colaborar y contribuir con historias personales en las Páginas Locales de la revista Liahona para el área Sudamérica Sur, enviando sus historias a paginaslocales@churchofjesuschrist.org.

Referencia

  1. L. Tom Perry, “Un año de jubileo”, Liahona, enero de 2000, pág. 93.