2022
Debía tomar una decisión
Agosto de 2022


“Debía tomar una decisión”, Liahona, agosto de 2022.

Solo para versión digital: Retratos de fe

Debía tomar una decisión

¿Debía seguir surfeando los domingos o cumplir con mis responsabilidades como esposo, padre y miembro de la Iglesia?

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un hombre orando en el agua sobre una tabla de surf

Fotografía por Manea Fabisch

El bodyboard ha sido mi gran pasión desde que lo descubrí. Es mi válvula de escape y descompresión y, desde el principio, siempre quise sobresalir.

Para llegar al nivel más alto, me entrené incansablemente, haciendo surf todo el día siempre que podía. Me concentré en mi meta de llegar a ser el mejor bodyboarder de Tahití y gané el título dos o tres veces en esa categoría en el campeonato de surf Taapuna Master de Tahití, así como en otros torneos.

Cuando comencé, las competiciones me entusiasmaban y quería demostrar a todos lo bueno que era. Pronto empecé a recibir ofertas de patrocinadores locales y extranjeros.

Las finales siempre se llevan a cabo los domingos y a menudo discutía con mi esposa en cuanto a competir en el día del Señor. Ella tenía razón; el surf se estaba apoderando de mi vida, pero no quería perder a mis patrocinadores. Gracias a ellos podía comprar equipos profesionales de surf de primera calidad, que son caros. Debía tomar una decisión.

Mi esposa y mis hijos me motivan a ser un ejemplo de fe. Me ayudan a determinar lo que quiero llegar a ser y, por supuesto, mi propia fe, las enseñanzas que recibí de mis padres y líderes, el ejemplo de otras personas que han hecho sacrificios para honrar el día de reposo y las impresiones que recibí del Espíritu también me ayudaron a tomar una decisión. Decidí dar prioridad a mis responsabilidades como esposo, padre y miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

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un padre y una madre con sus hijos

Fotografía por Tetuanui Teriitemoehaa

En 2006, el Taapuna Master estuvo dedicado a mi tío Nelva Lee, el hermano pequeño de mi madre. Lo perdí en un lugar donde se practica el surf al que solía ir cuando yo era joven; se llama Afu, cerca de Paea, en la isla de Tahití. Solo diez minutos antes de que mi tío se ahogara, me animó a amar a los demás y a ser un buen surfista en un lugar cerca de Taapuna que él amaba. He tratado de honrar las últimas palabras que me dijo.

Cuando decidí dedicar los domingos plenamente al Señor, expliqué a mis patrocinadores la razón por la cual ya no surfeaba en las finales los domingos. Les dije que mi vida espiritual y familiar tiene prioridad.

Ellos me apoyaron en mi decisión y, a cambio, por respeto al domingo, me pidieron que hiciera sesiones fotográficas y videos de surf en otros días de la semana. Mis amigos del circuito también conocen y respetan mis creencias religiosas y a menudo me piden que ore por ellos.

Me he clasificado para la final del Taapuna Master todos los años desde que me convertí en profesional, pero dejé de competir los domingos después de ganar el título en 2006. Sigo compitiendo, pero ahora, cuando me llaman para las finales los domingos, todos saben que no estaré allí.

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un hombre surfeando en el ojo de una ola

Fotografía por Manea Fabisch

Recuerdo las palabras del presidente Russell M. Nelson: “[A]prendí de las Escrituras que mi conducta y mi actitud en el día de reposo constituían una señal entre mi Padre Celestial y yo [véanse Éxodo 31:13; Ezequiel 20:12, 20]. Con ese entendimiento, ya no necesité más listas de lo que se podía y no se podía hacer. Cuando tenía que tomar una decisión en cuanto a si una actividad era o no era apropiada para el día de reposo, simplemente me preguntaba a mí mismo: ‘¿Qué señal quiero darle a Dios?’. Esa pregunta hizo que mis opciones respecto al día de reposo fueran bien claras”1.

A finales de 2020 me rompí la pierna haciendo surf. Mientras me recuperaba, fui llamado como obispo del Barrio Papeari. El presidente de estaca me dijo que mi ejemplo de joven devoto que trata de poner al Señor en primer lugar inspiraría a los jóvenes a caminar por la senda de los convenios.

Sé que mi Padre Celestial está contento con la decisión que tomé. Sobre todo, nada se comparará jamás con la felicidad de mi familia y el equilibrio que hemos alcanzado juntos.