2022
Lo que la filmación de los videos del Libro de Mormón me enseñó acerca del amor de Dios
Agosto de 2022


“Lo que la filmación de los videos del Libro de Mormón me enseñó acerca del amor de Dios”, Liahona, agosto de 2022.

Jóvenes adultos

Lo que la filmación de los videos del Libro de Mormón me enseñó acerca del amor de Dios

Por primera vez, en verdad sentí el cielo en la tierra.

Imagen
joven vestido de nefita para un video del Libro de Mormón

Servir en una misión en India fue una experiencia especial para mí, en parte porque mi mamá es de allí. Aunque tuve que hacer muchos ajustes para la misión, no necesité adaptarme a la cultura y sabía que India era el lugar donde debía servir.

No obstante, por mucho que supiera acerca de la cultura, aun así fue sorprendente ver la fe y las dificultades de los miembros de la Iglesia en India. Su cultura se basa profundamente en las tradiciones orales, y son personas muy visuales en su comunicación y aprendizaje, por lo que los videos del Libro de Mormón formaron la base de su estudio de las Escrituras. Podían sentir la veracidad de los relatos al verlos.

Lo que vi en la misión fue una serie de pequeños milagros personales que me testificaron que el Padre Celestial nos conoce y nos ama a cada uno de nosotros individualmente. Los videos del Libro de Mormón fueron inspirados; fueron un medio para que el mensaje del Padre Celestial llegara a Sus hijos que no podrían recibirlo de ninguna otra manera.

Así que cuando mi hermana me envió un correo electrónico mientras todavía estaba en la misión y me preguntó si quería enviar una solicitud para ser extra en videos posteriores, supe que sería una gran oportunidad para aprender más acerca del proyecto que había ayudado a las personas a las que enseñaba a obtener un testimonio del Libro de Mormón.

Escenas sobre el Salvador

He imaginado la visita de Cristo a los nefitas incontables veces, así que no es de sorprender que filmar esa asombrosa parte de 3 Nefi fuera mi momento favorito en el set de grabación. El actor representó a Cristo tal como lo describen las Escrituras: tendiendo la mano al pueblo “… uno por uno, hasta que todos hubieron llegado” (3 Nefi 11:15). Los levantó; enjugó sus lágrimas; tendió la mano para abrazar a los niños pequeños: hizo lo que cada persona necesitaba en ese momento.

Participar en la escena me ayudó a apreciar más el amor de Cristo por los nefitas. Aunque yo actuaba apenas como un personaje de fondo, traté de representar con precisión lo que alguien en aquel entonces habría sentido en presencia del Salvador. Las personas sobre las que leemos en el Libro de Mormón eran personas reales con dificultades reales. Traté de imaginarme las cosas por las que pasaron, qué pérdidas podrían haber sufrido y cómo esos milagros podrían haberles demostrado que Dios ciertamente ama a todos Sus hijos.

Sentir el amor de Dios

El ponerme en el lugar de un nefita fortaleció mi testimonio y mi comprensión de los relatos del Libro de Mormón. Sin embargo, tal vez igual de importante para mi testimonio fue aprender de los otros actores. Siendo un elenco de diferentes orígenes, descubrimos que nuestros caminos se cruzaban de maneras milagrosas y por designio divino, lo que me demuestra que Dios en verdad nos conoce y nos ama.

Sentí Su amor por los nefitas al aprender más acerca de ellos y sus historias. Sentí Su amor por Sus hijos en India, quienes Él sabía que necesitaban la manera de aprender más acerca del Libro de Mormón. Sentí Su amor por cada miembro del elenco cuando aunamos esfuerzos e hicimos todo lo posible por compartir nuestro testimonio y dar vida a esas verdades.

El poderoso Espíritu y el amor que reinaba en el set de rodaje ciertamente me hicieron vislumbrar cómo es Sion (véase 4 Nefi 1:17). Para mí, en verdad se sentía como el cielo en la tierra.

Mi tiempo en el set de grabación me enseñó que podemos ministrar de la misma manera en que Cristo lo hizo: a cada persona en particular. El presidente Russell M. Nelson expresó: “Una característica distintiva de la Iglesia verdadera y viviente del Señor será siempre un esfuerzo organizado y dirigido a ministrar a los hijos de Dios individualmente y a sus familias”1.

Al hacer lo correcto, sabiendo que somos hijos de Dios y que todos merecen sentir Su amor, no excluiremos a las personas por su apariencia o por cuán diferentes sean de nosotros. Podemos compartir con ellas lo que sabemos y ser instrumentos en las manos del Señor compartiendo Su amor con todos.