Voces de los miembros
El ayuno me fortaleció
Cuando ayunamos, no es solo abstenernos de ingerir alimentos, sino que se debe hacer con fe, de todo corazón, con un propósito y dando una ofrenda generosa.
Hace poco tuve una experiencia; no me sentía bien de salud y mi cuerpo carecía de energía para poder realizar las actividades diarias, tanto espirituales como temporales.
Por medio del Espíritu Santo tuve el deseo de realizar un ayuno. Pedí con todas las fuerzas de mi corazón que mi Padre Celestial me diera fortaleza espiritual y que mi cuerpo tuviera energía, ánimo y el deseo para continuar y cumplir con mis deberes.
En menos de un día mi ayuno fue contestado. Mis padres fueron el instrumento por medio del cual mi Padre Celestial me respondió. Me sugirieron tomar unas vitaminas específicas, sentí que era lo correcto y lo hice. A los pocos días, mi cuerpo y mente estaban llenos de energía para trabajar y hacer mis actividades. En ese momento, recibí la confirmación de la respuesta a mi ayuno.
Siento regocijo al saber que mi Padre Celestial me escucha, me ama y que contestó mi ayuno de inmediato. Testifico que cuando ayunamos con dedicación, con todas las fuerzas de nuestro corazón, nos sentimos más cerca de nuestro Salvador Jesucristo y de nuestro Padre Celestial; a la vez recibimos fortaleza adicional, salud y gratitud al ayudar a otras personas.