Enseñanzas del profeta José Smith (Religión 390R)

• Enseñanzas: José Smith, págs. 1–26, 525–537, 551–559.

• “José Smith, el Profeta y Vidente del Señor, ha hecho más por la salvación del hombre en este mundo, que cualquier otro que ha vivido en él, exceptuando solo a Jesús… Vivió grande y murió grande a los ojos de Dios y de su pueblo” (Doctrina y Convenios 135:3).

2 Nefi 3:6–11, 13–14; Doctrina y Convenios 124:1; 135:3.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 29–36.

• El estudio de las Escrituras y la oración sincera dan lugar a la revelación.

• Nuestro Padre Celestial y Su Hijo Jesucristo, se le aparecieron a José Smith.

• Cuando fortalecemos nuestro testimonio, somos fortalecidos para resistir la persecución.

José Smith—Historia 1:1–26.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 39–45.

• El Padre Celestial es el amoroso Padre de toda la humanidad y la fuente de todo lo que es bueno y verdadero.

• En la Trinidad hay tres Personajes separados y distintos que están en unión perfecta.

• Cuanto mejor entendamos la naturaleza y el carácter de Dios, más fe podremos ejercer en Él y nos entenderemos mejor a nosotros mismos.

Romanos 8:16; Mosíah 4:9–12; Doctrina y Convenios 130:22.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 47–57.

• Únicamente por medio de la expiación de Jesucristo podemos recibir la remisión de nuestros pecados.

• Debido a que Jesucristo se levantó de los muertos, todos los seres humanos resucitarán.

• Mediante la expiación de Jesucristo, podemos llegar a ser coherederos con el Salvador.

Romanos 8:16–17; 1 Corintios 15:21–22; Mosíah 4:7–8; Doctrina y Convenios 88:106–107.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 61–70.

• El Libro de Mormón fue traducido por el don y el poder de Dios.

• El Libro de Mormón es la palabra de Dios.

Introducción al Libro de Mormón; Doctrina y Convenios 1:29; 17:6; 20:8–9.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 73–80.

• Al arrepentirnos de nuestros pecados, nos acercamos más a Dios y llegamos a ser más como Él.

• Nuestro Padre Celestial está dispuesto a perdonar a los que se arrepientan y se vuelvan a Él con íntegro propósito de corazón.

2 Nefi 31:13; Alma 34:31–32; Doctrina y Convenios 1:31–32.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 83–91, 93–103.

• La ordenanza del bautismo es necesaria para la exaltación.

• Los niños que mueren antes de la edad de responsabilidad son redimidos por la expiación de Jesucristo y no necesitan ser bautizados.

• El don del Espíritu Santo nos brinda paz, gozo, guía divina y muchos otros dones espirituales.

Juan 3:5; Gálatas 5:22–23; Moroni 8:11–12, 17.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 107–117.

• El sacerdocio es eterno y lo han poseído los profetas de toda dispensación.

• El Sacerdocio de Melquisedec es el conducto por medio del cual Dios se revela a Sí mismo y revela Sus propósitos.

• Las llaves del sacerdocio que poseían los profetas de la antigüedad se han restaurado en esta última dispensación.

Doctrina y Convenios 84:17–21; 107:18–19; 110; 128:19–21.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 121–129, 403–412.

• Recibimos los dones del Espíritu por medio de la obediencia y la fe.

• Por lo general, los dones del Espíritu se reciben de manera silenciosa y personal que a menudo no son visibles para el observador circunstancial.

Doctrina y Convenios 46:8–26.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 131–139.

• Dios escucha nuestras oraciones y nos responderá.

• Cuando oramos con fe, recibimos las bendiciones que Dios estima conveniente conferirnos.

• Por medio del Espíritu Santo, podemos recibir revelación personal.

Alma 37:37; Doctrina y Convenios 11:12–14; 88:63–64.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 143–152.

• La verdadera Iglesia de Jesucristo fue organizada de acuerdo con la dirección y el orden de Dios por medio del profeta José Smith.

• El Señor dirige Su Iglesia por medio de Sus profetas y apóstoles.

• Aunque las fuerzas del mal procuren destruir la Iglesia, ninguna mano impía puede detener el progreso de la obra.

Efesios 4:11–14; Doctrina y Convenios 10:43; 20:1–2; 65:2.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 157–164.

• Dado que el mundo se encuentra en oscuridad espiritual, debemos ser diligentes en predicar el Evangelio.

• Tenemos el deber de invitar a toda la humanidad a arrepentirse, a bautizarse, a recibir el Espíritu Santo y a llegar a ser herederos de la salvación.

Lucas 24:45–47; Doctrina y Convenios 123:12–13.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 167–177.

• Dios nos da leyes que nos prepararán para bendiciones eternas, de acuerdo con nuestra obediencia.

• Los que sean fieles hasta el fin recibirán una corona de rectitud.

2 Timoteo 4:7–8; Doctrina y Convenios 130:20–21.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 191–199, 287–294.

• Edificamos la causa de Sion al llegar a ser un pueblo puro de corazón y al trabajar diligentemente siendo uno en corazón y en propósito.

• Sion, la Nueva Jerusalén, será edificada sobre el continente americano.

Moisés 7:18, 62; Artículos de Fe 1:10.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 203–214.

• En todas las generaciones, Dios ha guiado a Su pueblo y a Su Iglesia por medio de la revelación.

• El Presidente de la Iglesia es el señalado para recibir revelación de Dios para toda la Iglesia.

• Sostenemos al Presidente de la Iglesia y a otros de sus líderes al orar por ellos y al prestar atención a sus consejos.

Amós 3:7; Doctrina y Convenios 21:1–6; 28:2.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 217–225, 229–237.

• Somos seres eternos que pueden avanzar hacia la exaltación al obedecer las leyes de Dios.

• Vinimos a la tierra para obtener un cuerpo, adquirir conocimiento y llegar a ser como nuestro Padre Celestial.

• Dios nos ha dado albedrío moral y la potestad de escoger el bien sobre el mal.

Doctrina y Convenios 101:78; 132:20; Abraham 3:24–26.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 261–272.

• Al buscar y reconocer las señales de la Segunda Venida del Salvador, podremos tener paz en tiempos peligrosos.

• Si somos prudentes y fieles estaremos preparados cuando el Señor venga de nuevo.

• El Milenio será un tiempo de paz en el que el Señor reinará en la tierra.

Doctrina y Convenios 45:38–59, 64–71.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 275–283, 309–321.

• El evangelio de Jesucristo abarca toda verdad; los fieles aceptan las verdades que Dios ha revelado y dejan de lado las tradiciones falsas.

• Adquirir conocimiento de verdades eternas es esencial para obtener la salvación.

• Dios es la fuente de toda verdad. Obtenemos conocimiento de las verdades eternas por medio del estudio diligente de la palabra de Dios y por medio de la oración.

Juan 8:32; Mosíah 4:9; Alma 17:2; Artículos de Fe 1:9.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 325–331.

• Elías el Profeta restauró las llaves para sellar, o sea, el poder y la autoridad para atar en los cielos todas las ordenanzas efectuadas en la tierra.

• Por medio del poder sellador, las familias pueden sellarse por esta vida y por la eternidad, y se pueden efectuar ordenanzas sagradas por los muertos.

• La venida de Elías el Profeta era una preparación necesaria para la Segunda Venida del Salvador.

Doctrina y Convenios 2; 110:13–16; 132:19; 138:47–48.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 347–356.

• La fe, la virtud, la diligencia y el amor nos habilitan para llevar a cabo la obra sagrada del servicio misional.

• Enseñamos las sencillas verdades del Evangelio según nos dirija el Espíritu, con humildad y mansedumbre.

Doctrina y Convenios 4; 42:12–14; 50:13–24.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 297–306, 393–401.

• Los que aman a Dios soportarán la persecución con valor y fe.

• El grandioso poder de Dios sostendrá a los que sufran persecución por defender la rectitud.

Romanos 8:35–39; 2 Nefi 26:8; 3 Nefi 12:10–12.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 415–424.

• El Señor nos manda perdonar a nuestros hermanos y hermanas.

• El perdón devuelve el sentido de unidad.

• Si demostramos longanimidad, paciencia y misericordia al arrepentido, lo ayudaremos a regresar a Dios.

Mateo 18:21–35; Doctrina y Convenios 64:9–11.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 181–189, 427–435.

• Dios ama a todos Sus hijos y juzgará a toda persona de acuerdo con la ley que ellos hayan recibido.

• El Salvador, Jesucristo, ofrece la oportunidad del perdón y la liberación tanto a los vivos como a los muertos.

• Tenemos el deber y el privilegio de realizar y recibir las ordenanzas salvadoras a favor de aquellos que han muerto sin el Evangelio.

Doctrina y Convenios 128:11, 15; 138:11–37.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 439–447.

• Dios manda a Su pueblo que construya templos.

• En el templo aprendemos sobre las cosas pertinentes a la eternidad y recibimos las ordenanzas de salvación para nosotros mismos y para nuestros antepasados.

• El templo es un lugar de santidad donde recibimos las máximas bendiciones que Dios tiene para Sus hijos.

Doctrina y Convenios 109:2; 124:25–31; 132:19.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 451–460, 477–485.

• A medida que somos más llenos del amor de Dios, sentimos más anhelo de bendecir a los demás.

• Tenemos la obligación especial de amar a los necesitados y velar por ellos.

• Expresamos la caridad mediante actos sencillos de servicio y de bondad.

Moroni 7:45–48; Doctrina y Convenios 52:40.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 499–508.

• Al efectuar ordenanzas sagradas por los muertos, llegamos a ser salvadores en el monte Sion.

• Dios ha puesto sobre nosotros la gran responsabilidad de ocuparnos de nuestros muertos.

Abdías 1:21; Doctrina y Convenios 128:15, 22.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 511–522.

• El esposo y la esposa tienen la solemne responsabilidad de honrarse el uno al otro demostrándose amor, bondad y cariño.

• Los hijos honran a sus padres expresándoles gratitud y apreciándolos a lo largo de su vida.

• Los padres que aman, apoyan y oran por sus hijos les brindan innumerables bendiciones.

Éxodo 20:12; Efesios 5:25, 33.

• Enseñanzas: José Smith, págs. 541–548.

• En esta última dispensación, se han restaurado toda la autoridad, las ordenanzas y el conocimiento de dispensaciones anteriores.

• El profeta José Smith posee las llaves de la dispensación del cumplimiento de los tiempos.

• La obra de esta última dispensación es de importancia eterna y exige la dedicación completa y abnegada del pueblo del Señor.

Efesios 1:10; Doctrina y Convenios 112:15; 128:18–21.