Instituto
CAPÍTULO 6: EL PROVEER PARA UNO MISMO, PARA LA FAMILIA Y PARA OTROS


CAPÍTULO 6

EL PROVEER PARA UNO MISMO, PARA LA FAMILIA Y PARA OTROS

INTRODUCCIÓN

El proveer materialmente para sustentarnos a nosotros mismos, a nuestra familia y a otros es importante para nuestro progreso y felicidad en el Evangelio. Una parte importante de nuestra misión es venir a Cristo y traer a otras personas a Él (véase 1 Timoteo 5:8; D. y C. 75:28).

PRINCIPIOS PARA COMPRENDER

  • Lo temporal y lo espiritual están relacionados.

  • Nuestras prioridades deben reflejar los principios del Evangelio.

  • El padre tiene la responsabilidad de proteger a su familia y de proveerle las cosas necesarias de la vida. La responsabilidad primordial de la madre es criar a los hijos.

CITAS Y PASAJES CORROBORATIVOS

Lo temporal y lo espiritual están relacionados.

“Porque por el poder de mi Espíritu las he creado; sí, todas las cosas, tanto espirituales como temporales:

“primero espirituales, en seguida temporales, que es el principio de mi obra; y además, primero temporales y en seguida espirituales, que es el fin de mi obra

“Por tanto, de cierto os digo que para mí todas las cosas son espirituales; y en ninguna ocasión os he dado una ley que fuese temporal, ni a ningún hombre, ni a los hijos de los hombres, ni a Adán, vuestro padre, a quien yo creé” (D. y C. 29:31–32, 34).

“Y he aquí, todas las cosas tienen su semejanza, y se han creado y hecho todas las cosas para que den testimonio de mí; tanto las que son temporales, como las que son espirituales; cosas que hay arriba en los cielos, cosas que están sobre la tierra, cosas que están en la tierra y cosas que están debajo de la tierra, tanto arriba como abajo; todas las cosas testifican de mí” (Moisés 6:63).

Élder Howard W. Hunter, en ese entonces miembro del Quórum de los Doce Apóstoles:

“El hombre hace distinción entre lo temporal y lo espiritual, probablemente porque al vivir en la tierra, entre la preexistencia espiritual y la vida espiritual del más allá, no puede reconocer el pleno significado que tienen sus actividades durante los años que pasa en la tierra. Para el Señor, todo es tanto espiritual como temporal y, por consiguiente, las leyes que da son espirituales, ya que atañen a los seres espirituales.

“Por lo tanto, toda fase de nuestra vida se convierte en el foco de atención de la Iglesia. El gran programa de bienestar de la Iglesia pone de manifiesto ese principio. La Iglesia se interesa en nuestras necesidades sociales y recreativas, en la educación, la vida familiar, nuestros asuntos de trabajo y todo lo que hagamos.

“No es posible separar las actividades de adoración del día de reposo de las muchas ocupaciones cotidianas al designar a unas como religiosas y a las otras como temporales, ya que ambas son espirituales. Dios las ha promulgado de esa forma, ya que consisten en nuestros pensamientos y acciones a medida que avanzamos por esta porción de la eternidad. Así que nuestras transacciones de negocios, nuestros trabajos diarios, nuestra vocación o profesión, o lo que sea que hagamos, se convierte en una parte del vivir el Evangelio” (en Conference Report, octubre de 1961, pág. 109; también en Las enseñanzas de Howard W. Hunter, pág. 13).

Élder Joseph B. Wirthlin, del Quórum de los Doce Apóstoles: “Lo temporal y lo espiritual están inseparablemente unidos. Al dar de nuestro tiempo, talentos y recursos para atender las necesidades de los enfermos, ofrecer alimento al hambriento y enseñar la autosuficiencia al que recibe ayuda, nos enriquecemos espiritualmente más de lo que podamos comprender” (“El programa inspirado de bienestar de la Iglesia”, Liahona, julio de 1999, págs. 89–90).

Presidente Spencer W. Kimball, duodécimo Presidente de la Iglesia: “Tenemos que atender muchos asuntos que no parecen muy espirituales; pero todas las cosas son espirituales ante el Señor. Él espera que escuchemos, obedezcamos y que vivamos los mandamientos” (“Lo que el Señor espera de nosotros”, Liahona, octubre de 1977, pág. 4).

Joe J. Christensen, posteriormente miembro de los Setenta: “Encontré gran inspiración en una clase de física y descubrí una reverencia más grande por la Creación en un curso de geología. Nunca olvidaré lo que considero la experiencia religiosa educativa que tuve al estudiar gramática, composición y literatura del idioma español con uno de los profesores más eficaces y exigentes que he conocido en la Universidad Brigham Young. Descubrí que mis experiencias en el campo de la psicología y de la filosofía, en lugar de destruir mi fe, se convirtieron en fuentes para fortalecerla. Y, sin ninguna vergüenza, confieso que en ocasiones se me humedecieron los ojos con lo que yo describiría una experiencia espiritual causada por la belleza de selecciones de poesía, literatura y música creada por los que se han destacado en esas artes” (“True Education—True Religion”, Ensign, enero de 1980, pág. 74).

Nuestras prioridades deben reflejar los principios del Evangelio.

“No busques riquezas sino sabiduría; y he aquí, los misterios de Dios te serán revelados, y entonces serás rico. He aquí, rico es el que tiene la vida eterna” (D. y C. 11:7).

“Y uno de ellos… preguntó…

“Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?

“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.

“Este es el primero y grande mandamiento.

“Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:35–39).

Élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles:

“Jesús enseñó del orden prioritario cuando dijo: ‘Por tanto, no busquéis las cosas de este mundo, mas buscad primeramente edificar el reino de Dios, y establecer su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas’ (TJS, Mateo 6:38).

“ ‘Buscad primeramente edificar el reino de Dios’ significa dar prioridad absoluta a Dios y a Su obra. La obra de Dios es llevar a cabo la vida eterna de Sus hijos (véase Moisés 1:39), y todo lo que esto conlleva en el nacimiento, la crianza, la enseñanza y el sellamiento de los hijos de nuestro Padre Celestial. Todo lo demás está más abajo en el orden de prioridades… Como alguien dijo: ‘Si no hemos escogido primeramente el reino de Dios, al final no importa lo que hayamos escogido en su lugar’…

“Aquello a lo que damos prioridad es más visible en la forma en que empleamos nuestro tiempo. Alguien ha dicho: ‘Tres cosas no vuelven jamás: la flecha que se ha lanzado, la palabra que se ha hablado y la oportunidad que se ha perdido’. No podemos reciclar ni guardar el tiempo que se nos adjudica cada día. En lo que respecta al tiempo, sólo tenemos una oportunidad de escoger y luego se va para siempre…

“Con respecto al orden de prioridades de las decisiones de gran importancia (como por ejemplo, los estudios, la ocupación, el lugar de residencia, el cónyuge o la maternidad), debemos preguntarnos cuál será la consecuencia eterna de esa decisión. Algunas decisiones que parecen convenientes para la vida terrenal tienen riesgos inaceptables para la eternidad. Al tomar todas esas decisiones debemos tener un inspirado orden de prioridades y aplicarlo de manera que nos reporten bendiciones eternas tanto a nosotros como a nuestros familiares” (“Enfoque y prioridades”, Liahona, julio de 2001, págs. 101–102).

Élder Richard G. Scott, del Quórum de los Doce Apóstoles: “En los tranquilos momentos de reflexión, considera lo que nuestro Padre Celestial y Su Hijo Amado han indicado que tiene prioridad clave en la vida. Examina tu propia vida para asegurarte de que en todos sus aspectos esté en armonía con ello… Al viajar por mi propio país y ver otras partes del mundo, observo los maravillosos beneficios de las diversas culturas que existen. No obstante, esos beneficios quedan a veces eclipsados por las influencias negativas de las tradiciones que están en conflicto con las enseñanzas del Maestro” (“Cómo eliminar las barreras que nos separan de la felicidad”, Liahona, julio de 1998, pág. 94).

Élder Russell M. Nelson, del Quórum de los Doce Apóstoles: “El poder para perseverar aumenta cuando las prioridades son las correctas. Y cuando esas prioridades se arraiguen en nuestro interior, evitarán que ‘caigamos por la borda’; nos protegerán contra el engaño: en el matrimonio, en la Iglesia y en la vida” (“Perseverar y ser enaltecidos”, Liahona, julio de 1997, pág. 81).

El padre tiene la responsabilidad de proteger a su familia y de proveerle las cosas necesarias de la vida. La responsabilidad primordial de la madre es criar a los hijos.

“porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo” (1 Timoteo 5:8).

“Y además, de cierto os digo que todo hombre que tiene la obligación de mantener a su propia familia, hágalo, y de ninguna manera perderá su corona; y obre en la iglesia” (D. y C. 75:28).

Presidente Gordon B. Hinckley, en ese entonces Primer Consejero de la Primera Presidencia:

“Hace muchos años, el presidente Stephen L. Richards, que en ese entonces era consejero de la Primera Presidencia, hablando desde este púlpito, hizo la elocuente súplica de ‘restituir al padre en calidad de cabeza de la familia’ (véase Conference Report, abril de 1958, pág. 94). Yo repito esa súplica a todos los padres de familia que me estén oyendo. De ustedes es la básica e ineludible responsabilidad de estar a la cabeza de su familia. Eso no quiere decir en forma alguna que actúen como dictadores ni que ejerzan injusto dominio. Conlleva el mandato de que el padre de familia atienda a las necesidades de su familia. Esas necesidades son más que alimento, ropa y techo. Entre ellas se cuentan el dirigir y el enseñar con rectitud, tanto por el ejemplo, como por el precepto, los principios de la honradez, de la integridad, del servicio, del respeto por los derechos de los demás y del entendimiento de que somos responsables de lo que hagamos en esta vida, no solo ante otros, sino también ante el Dios del cielo, que es nuestro Padre Eterno.

“Comprenda toda madre que no posee mayor bendición que los hijos que ha recibido como don del Todopoderoso; que no tiene mayor misión que la de criarlos en la luz y en la verdad, con comprensión y amor; que no tendrá mayor felicidad que la de verlos crecer y convertirse en jóvenes que respeten los principios de la virtud, que se conserven limpios de las manchas de la inmoralidad y de la vergüenza de la delincuencia” (véase “Instruye al niño en su camino…”, Liahona, enero de 1994, pág. 69).

La Primera Presidencia y el Consejo de los Doce Apóstoles: “Por designio divino, el padre debe presidir sobre la familia con amor y rectitud y tiene la responsabilidad de protegerla y de proveerle las cosas necesarias de la vida. La responsabilidad primordial de la madre es criar a los hijos. En estas responsabilidades sagradas, el padre y la madre, como iguales, están obligados a ayudarse mutuamente. Las incapacidades físicas, la muerte u otras circunstancias pueden requerir una adaptación individual. Otros familiares deben ayudar cuando sea necesario” (“La Familia: Una proclamación para el mundo”, Liahona, junio de 1996, pág. 10).

Presidente Spencer W. Kimball: “Nuestro Padre Celestial puso sobre los padres la responsabilidad de asegurarse de que sus hijos estuvieran bien alimentados, aseados y vestidos; bien capacitados y bien enseñados. La mayoría de los padres amparan a sus hijos para protegerlos, o sea, los atienden y los cuidan cuando están enfermos, les proporcionan ropa para su seguridad y comodidad, y alimentos para que sean sanos y crezcan. Pero, ¿qué hacen por sus almas?” (The Teachings of Spencer W. Kimball, ed. por Edward L. Kimball, 1982, pág. 332; citado por la hermana Patricia P. Pinegar en Liahona, julio de 1997, pág. 13).

Élder Bruce R. McConkie, del Quórum de los Doce Apóstoles:

“El trabajo es la ley de la vida; es el principio cardinal en la vida de los santos. Mientras seamos física y mentalmente capaces, no debemos voluntariamente depender de otros para nuestro sostén. No está bien pensar que tenemos el derecho de recibir sin trabajar. La industria, la frugalidad, y el amor propio son esenciales para la salvación.

“Debemos cuidar de nuestra propia salud, cultivar nuestros propios huertos, almacenar nuestros propios alimentos, educarnos y prepararnos para hacernos cargo de los asuntos diarios de la vida. Ninguna otra persona puede labrar nuestra salvación por nosotros, ni temporal ni espiritualmente.

“Estamos aquí sobre la tierra para satisfacer las necesidades de nuestros familiares. Los maridos tienen la obligación de mantener a sus esposas, los padres de mantener a sus hijos, los hijos de mantener a sus padres ancianos o desvalidos, los hermanos de mantenerse los unos a los otros, así como los parientes de ayudarse mutuamente.

“La Iglesia tiene el propósito de ayudar a los santos a cuidar de sí mismos y, cuando sea necesario, proveer alimentos, ropa y artículos de primera necesidad para evitar que acudan a la limosna y a otros males mundanos” (véase “Independiente de todas las otras criaturas”, Liahona, agosto de 1979, pág. 140).

APLICACIÓN Y EJEMPLOS

Mientras prestaba servicio misional, Héctor se sintió más cerca del Espíritu que nunca. Trabajó mucho y logró lo que antes de la misión había creído imposible. Ahora que ha regresado de la misión, no se ha puesto más metas y no está seguro de lo que debe hacer.

  • ¿Qué consejo le darías a Héctor?

Algunos vecinos tuyos han comenzado a criticar a la Iglesia porque piensan que es demasiado estricta y que espera demasiado de sus miembros. Ellos piensan que la religión es algo sólo para los domingos y que no es importante el resto de la semana. Después de todo, la gente tiene que vivir en el mundo durante la semana y no debería tener que preocuparse durante esos días de las cosas espirituales.

  • ¿Qué les dirías a tus vecinos acerca de la relación que existe entre las cosas “del mundo” y las cosas “espirituales”?

RESUMEN ANALÍTICO

  • Escribe cinco de las prioridades de mayor importancia en tu vida.

  • ¿Cuáles de tus prioridades parecen temporales?

    ¿Por qué podrían considerarse espirituales?

  • ¿Por qué el considerarlas como espirituales te ayudaría a cumplir con ellas?

  • ¿Por qué es importante para Dios que proveamos para nuestro sustento y el de nuestra familia y para ayudar a los demás?

NOTAS E IMPRESIONES: