2022
Misioneros de servicio: Edificar el reino mediante el servicio y el amor
Julio de 2022


“Misioneros de servicio: Edificar el reino mediante el servicio y el amor”, Liahona, julio de 2022.

Jóvenes adultos

Misioneros de servicio: Edificar el reino mediante el servicio y el amor

Me preguntaba si el servir en una misión de servicio significaba que no era “lo suficientemente buena”.

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jóvenes adultas pintando

Cuando mi presidente de estaca me preguntó si estaría dispuesta a servir en una misión de servicio, lo primero que pensé fue: “¡Sí!”.

Confiaba en que el Señor tenía una obra para mí y creía que cualquier cosa que Él deseara que yo hiciera me traería crecimiento y felicidad porque Él me amaba y deseaba lo mejor para mí.

Luego pensé: “¿Qué es una misión de servicio?”.

Mi presidente de estaca explicó lo que era una misión de servicio cuando nos reunimos en su oficina ese domingo, pero no lo entendí por completo ni la importancia que tenía, sino hasta mucho después. En ese momento, incluso me preguntaba si ese llamamiento era señal de que algo no estaba bien conmigo, porque todavía no veía el propósito principal de las misiones de servicio.

¿Se me necesitaba?

Recibí mi llamamiento a servir alrededor de un mes antes de que comenzara mi misión. Aquello implicó que conociera a mis líderes de misión de servicio, asistiera a una conferencia de misión de servicio en mi área e incluso que se me pidiera dirigir el estudio con el compañero de las otras dos hermanas de mi área antes de que se me hubiera apartado.

Utilicé el mes que pasó desde que recibí el llamamiento hasta que di mi discurso de “despedida” (aunque no fuera a ninguna parte) para aprender acerca de las misiones de servicio y de los misioneros de servicio que me rodeaban.

En la conferencia de misión de servicio a la que asistí, me enteré de que muchos misioneros de servicio, cuando recién se les llama, sienten que no son lo suficientemente buenos para servir en una misión de proselitismo. Recordé algo avergonzada mi propia reacción inicial a mi llamamiento.

Finalmente, me di cuenta de que no me habían llamado a una misión de servicio porque fuera incapaz, sino porque esa era la indicación del Padre Celestial para mí. No era “menos que” los misioneros de proselitismo; más bien, Él necesitaba que ayudara a edificar Su reino utilizando otros medios de servicio. Recibí un fuerte testimonio de que todas las misiones son importantes para el Padre Celestial y son importantes en Su obra, porque todos los misioneros desean servirle a Él y a Sus hijos.

Después de aprender acerca de los otros misioneros de servicio de mi área, conocerlos y escuchar sus historias, supe que eran maravillosos siervos rectos del Señor. Me di cuenta de que, aunque algunos de nosotros nos habíamos compadecido de nosotros mismos al comienzo de la misión, todos llegamos a la misma conclusión: que el Señor ama a los misioneros de servicio y que estamos justo donde Él desea que estemos, aprendiendo y creciendo mientras lo servimos como si fuéramos Sus manos en la tierra.

De qué manera los misioneros de servicio edifican Sion

Los misioneros son muy importantes en todas las funciones en las que sirven. Necesitamos misioneros que dejen a sus familias y sus hogares hasta por dos años para enseñar y predicar el Evangelio a todo el mundo, pero también debemos edificar comunidades de Sion llenas de amor por los demás y del deseo de servir y de elevar a los más pequeños entre ellos. Eso es lo que hacen los misioneros de servicio. Edificamos Sion al crear una cultura de amor y servicio. Eso crea una comunidad acogedora, recta y edificante para todos los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, ya sean miembros de toda la vida, nuevos conversos: todos.

Mi misión de servicio con las revistas de la Iglesia me ha ayudado a ver cuán verdaderamente bendecida soy. He podido utilizar lo que he aprendido acerca de mis pruebas a lo largo de mi vida para ayudar a elevar a otras personas que tienen dificultades. He tratado de compartir mis experiencias con otras personas y, al hacerlo, insto a los demás a compartir sus historias. Todos los hijos de Dios son importantes. Mi misión de servicio me ha ayudado a permitirles a ellos recibir más gracia y a mí me ha permitido amarlos como son conforme nos esforzamos por venir juntos a Cristo.

Los misioneros de servicio dedican su tiempo y energía a crear Sion de muchas maneras diferentes pero útiles. Algunos ayudan con servicio físico en lugares como la Manzana de Bienestar o los bancos de alimentos locales. Hay misioneros de servicio que embellecen los jardines de los templos y que sirven como obreros de las ordenanzas. Algunos de ellos ayudan a repartir alimentos a los niños que no los tienen cuando la escuela está en receso y los sirven al brindarles aliento. Otros ayudan a difundir el Evangelio y a fortalecer a los miembros que ya lo tienen. Incluso hay misioneros que ayudan a mantener diversos tipos de vehículos de la fuerza laboral de la Iglesia.

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un hombre trabajando en un automóvil

Los misioneros de servicio también sirven de otras maneras, como haciendo carteles para los obispos en los edificios de la Iglesia, trabajando en los estudios cinematográficos de la Iglesia y limpiando muchas, muchas cosas para mantener a todos a salvo en medio del COVID-19. Sean cuales sean nuestras diversas asignaciones, ayudamos a edificar Sion al cultivar un ambiente de amor y servicio desinteresado.

Todos los misioneros participamos en el estudio diario de las Escrituras, enseñamos lecciones, asistimos a lecciones y a consejos de distrito, y nos fortalecemos y elevamos unos a otros y a todos los que nos rodean, sea o no parte de nuestras asignaciones formales.

Una de las cosas más importantes que hago no tiene mucha relación con mi asignación oficial en el equipo de contenido para los jóvenes adultos de las revistas de la Iglesia, sino que tiene más relación con servir a los demás misioneros de mi grupo en la Manzana del Templo. Sirvo al asegurarme de que sientan que se les ve y se les escucha, y que sepan que me preocupo por ellos y que pertenecen aquí.

¿No es eso lo que hacen todos los misioneros? ¿Acaso no es labor de todo misionero brindar la tranquilidad a todas las personas de todo el mundo de que aquí, en el Reino de Dios, hay un lugar importante e individual para todos Sus hijos? Los misioneros de proselitismo ayudan a enseñar al mundo que el Reino de Dios está sobre la tierra y los misioneros de servicio ayudan a los demás a ver cómo debe ser ese Reino al prepararnos para la segunda venida del Salvador: un lugar donde nuestro corazón se vuelve hacia los demás, donde servimos sin reservas y donde ayudamos a los demás a saber que pertenecen.

Servir como lo haría el Salvador al tender la mano a la persona en particular

Comoquiera y dondequiera que sirvamos, hay una cosa que todos los misioneros hacen: servir como lo hizo Jesucristo, ministrando a la persona en particular.

Más que cumplir con nuestras asignaciones individuales, “nuestro objetivo es el de ayudar a los demás a venir a Cristo al servirles como lo haría el Salvador. Servimos de forma voluntaria en organizaciones benéficas, en funciones de la Iglesia y en la comunidad. Ministraremos en Su nombre a las personas individualmente, tal y como Él lo hizo, expresando Su amorosa bondad”1.

Los misioneros de servicio atesoramos las palabras de nuestro objetivo, pues sabemos que el Salvador nos ministra en forma individual y hemos sentido Su amorosa bondad. He sentido la amorosa bondad del Salvador en mi misión al llegar a conocerlo mejor, a medida que mis pruebas se han hecho más ligeras, que mi testimonio se ha fortalecido y que los misioneros que me rodean me han amado y elevado.

Los misioneros de servicio procuramos compartir la amorosa bondad de Cristo con todos los que nos rodean, y nos dedicamos a hacer exactamente eso a lo largo de nuestra misión y a lo largo del resto de nuestra vida.