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Abriendo las ventanas del cielo
Juan Carlos Pavón, de Aguascalientes, trabajaba dos días a la semana en una panadería y recibía algo de dinero por su trabajo. Quería servir en una misión. Era algo que sentía que debía hacer. También sabía que tenía que pagar el diezmo, pero con la pequeña cantidad de dinero que ganaba, era difícil ahorrar algo para una misión. Si donaba el diez por ciento, ¡la idea parecía imposible!
En la mayoría de los casos en las Escrituras, el Señor condena a aquellos que quieren probarlo y que piden señales. Sin embargo, en el mandamiento de pagar el diezmo, nos dice que lo pongamos “a prueba” y ofrece darnos una señal si somos obedientes. Dice el Señor: “…probadme ahora en esto… si no os abriré las ventanas de los cielos y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde1”.
Esta es una promesa asombrosa, derramar tantas bendiciones sobre nosotros que se desbordarán. Sin embargo, tener la fe para pagar el diezmo todavía puede ser un desafío incluso con una promesa tan grande.
“Sí, es difícil al empezar… porque uno no está acostumbrado a ejercitar la fe, por el dinero que paga como diezmo,” dice Juan.
Al principio, pagar el diez por ciento de su salario por el diezmo parecía un gran sacrificio para Juan y fue inconstante al hacerlo. No vio ningún cambio en sus circunstancias en ese momento.
Entonces Juan decidió ser más fiel y comenzó a pagar constantemente el diezmo dos veces al mes. Fue entonces cuando comenzó a ver las bendiciones. Recibió un aumento en su salario y comenzó a programarse para trabajar más días a la semana en la panadería. Eventualmente estaba trabajando todos los días excepto los domingos. Además, le ofrecieron trabajo extra lavando autos.
Después de ver las bendiciones que le llegaban al pagar el diezmo, Juan dijo que hacerlo se volvió mucho más fácil. Sin embargo, todavía requería fe para continuar.
“Pero claro, hay veces se tienen gastos extras”, comenta, algunos de los cuales eran la ropa y los zapatos que necesitaba para ir a su misión. Sin embargo, continuó pagando su diezmo y pudo comprar lo que necesitaba.
No todas las bendiciones que provienen de pagar el diezmo son temporales. Ejercer la fe necesaria para pagar el diezmo también resulta en un aumento de la fortaleza espiritual. Juan ahora está sirviendo en una misión en Puebla. Irradia felicidad y fe; fe que se fortaleció al aceptar el desafío del Señor de pagar el diezmo y ver las ventanas del cielo abiertas.
El presidente Lorenzo Snow —quinto presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días— recibió una revelación maravillosa cuando el Señor le dijo que si los santos obedecían la ley del diezmo que ya tenían, toda la Iglesia y los santos individualmente recibirían bendiciones y sus problemas económicos disminuirían.
“Ha llegado el momento en que todo Santo de los Últimos Días que tenga la intención de prepararse para el futuro y de tener los pies firmemente asentados en el cimiento adecuado, debe obedecer la voluntad del Señor y pagar un diezmo íntegro. Ésta es la palabra del Señor para ustedes, y será la palabra del Señor para toda colonia que exista en la tierra de Sión. Después de que yo me vaya [de Saint George] y de que ustedes se pongan a meditar en mis palabras, se darán cuenta de que ha llegado el momento en que todo hombre debe presentarse y pagar su diezmo íntegro2. El Señor nos ha bendecido y ha tenido misericordia de nosotros en el pasado; pero se acercan épocas en las que Él nos exigirá estar firmes y hacer lo que nos ha mandado, sin posponerlo por más tiempo”.