2023
Los talentos son dones que ayudan en la conversión
Octubre de 2023


Voces de los miembros

Los talentos son dones que ayudan en la conversión

La parábola de los talentos, que se encuentra en Mateo 25, me enseñó a atesorar y a incrementar lo que el Padre Celestial nos da. He sido testigo de bendiciones al poner en práctica esta lección en mí misma.

En Mateo 25:14–15 leemos: “Porque el reino de los cielos es como un hombre que, partiendo lejos, llamó a sus siervos y les encomendó sus bienes. Y a uno dio cinco talentos, y al otro dos, y al otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos”.

Me llamo Michele Blackburn y soy misionera mayor, con mi esposo prestamos servicio en el Área Caribe como especialistas en tecnología. Hemos tenido dos años ocupados al proporcionar, establecer y apoyar a los miembros de la Iglesia con la tecnología en sus edificios. Al principio de nuestra misión supe que sería la asistente en tecnología de mi esposo, pero mi verdadera pasión es la música. El élder Ronald A. Rasband, del Cuórum de los Doce, compartió lo siguiente: “Debemos participar en las actividades, el servicio y el estilo de vida que ayudarán a fortalecer y a proteger nuestros talentos para que sean usados con rectitud”1. No pasó mucho tiempo en nuestra misión hasta que me di cuenta de que debía seguir ese consejo.

Comencé a enseñar clases de piano en nuestra estaca una vez a la semana a un grupo de nueve alumnos. La clase creció rápidamente a casi cuarenta, por lo que necesitaba dividirla, así que oré pidiendo guía y me sentí inspirada para darme cuenta de que los talentos son dones que nos llevan a la conversión y a comprender la importancia de aumentar esos talentos. El élder David A. Bednar sugirió que esta conversión ocurre en tres partes: “La conversión es una ofrenda de uno mismo, de amor y de lealtad que damos a Dios en gratitud por el don del testimonio”2.

Comencé a ver cambios que ocurrían en mis alumnos a medida que demostraban creer en sí mismos, completando así el primer paso del élder Bednar, ofreciéndose a sí mismos. Su asistencia regular creó un sistema de apoyo entre ellos que demostró su amor mutuo. Fui testigo del tercer paso, la “lealtad” de la hermana Isabel Morel, que venía todas las semanas a apoyar a su sobrina y a una amiga. Aunque la hermana Morel nunca había tocado el piano durante nuestra clase, de alguna manera sentí que ella sabía tocar.

La semana siguiente, la hermana Morel explicó que sabía tocar el piano y que se sentía impulsada a ofrecer su ayuda y que estaría interesada en ayudar con la clase si la necesitaba. Ella fue otra respuesta a mis oraciones. Su disposición a actuar, a compartir su talento, a servir desinteresadamente y a amar a su sobrina y a su amiga fueron todos pasos que se dieron para convertirse más plenamente a nuestro Padre Celestial y a Su Hijo Jesucristo.

Es mi testimonio de que nuestro Padre Celestial ama a todos Sus hijos. Él tiene un plan para cada uno de nosotros en esta vida. Él prepara experiencias para nosotros que enriquecen nuestra vida y ayudan a que nuestro testimonio crezca y nuestra conversión personal a Él se profundice. Él proporciona la ayuda que necesitamos para lograr las cosas que Él nos pide que hagamos. Es mi testimonio que si aceptamos las oportunidades que Él ofrece, las bendiciones del cielo caerán sobre nosotros a medida que aumenten nuestros talentos, se contesten nuestras oraciones y crezca nuestra confianza en el Padre Celestial. Cuán agradecida estoy por un amoroso Padre Celestial.

Referencias:

  1. Devocional de la Universidad Brigham Young-Idaho, 25 de enero de 2011, “Well Done, Thou Good and Faithful Servant”, por el élder Ronald A. Rasband.

  2. Conferencia General de octubre de 2012, “Convertidos al Señor”, por el élder David A. Bednar.