Manuales y llamamientos
Cómo escoger métodos apropiados


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Cómo escoger métodos apropiados

Como maestro del Evangelio, usted es un representante del Señor ante las personas a quienes enseña y debe asegurarse de que todo lo que haga esté de acuerdo con Su voluntad y de que en cada lección demuestre reverencia por las verdades del Evangelio.

El Señor ha dicho: “Recordad que lo que viene de arriba es sagrado, y debe expresarse con cuidado y por constreñimiento del Espíritu” (D. y C. 63:64). Los métodos que emplee para enseñar las verdades del Evangelio ayudarán a cultivar la sensibilidad de sus alumnos hacia lo sagrado. Por consiguiente, debe asegurarse de que los métodos que emplee sean apropiados para los principios que enseñe y que estén de acuerdo con las normas de la Iglesia. Aunque quizás haya varios métodos que podrían ayudarle a comunicar un determinado mensaje, algunos de ellos probablemente sean inapropiados para una lección en particular debido al tema o a las edades o experiencias de sus alumnos.

Cada vez que considere la posibilidad de emplear un método en particular, hágase a sí mismo las siguientes preguntas para asegurarse de que dicho método sea apropiado.

¿Invitará ese método la presencia del Espíritu?

El Espíritu debe estar siempre presente para que un mensaje del Evangelio llegue al corazón de aquellos a quienes enseña (véase 2 Nefi 33:1; D. y C. 42:14). Por lo tanto, usted debe utilizar métodos que establezcan un tono adecuado para la lección e inviten la presencia del Espíritu. Por ejemplo, un maestro de Doctrina del Evangelio empleó la música para enseñar en cuanto al martirio del profeta José Smith. Al preparar la lección, invitó a un miembro del barrio para que cantara ante la clase “Un pobre forastero” (Himnos, Nº 16). El himno orientó los pensamientos y los sentimientos de la clase hacia el momento en que, antes de que los atacara la chusma, John Taylor lo cantó para los hermanos que se hallaban prisioneros en la cárcel de Carthage, Illinois. El Espíritu derramó sobre el corazón de los miembros de la clase la dulzura y la gravedad de aquel momento.

¿Concuerda este método con el carácter sagrado de los principios que estoy enseñando?

Algunos métodos de enseñanza son más informales que otros y por consiguiente sólo se prestan para ciertas lecciones. Por ejemplo, no sería apropiado emplear el mé-todo de la representación dramática para enseñar sobre la Resurrección. Sin embargo, ese método sería adecuado para dar una lección sobre cómo ser un buen vecino.

¿Edificará y fortalecerá este método a quienes enseño?

El aprender el Evangelio debe ser una experiencia positiva y placentera que ayude a los alumnos a reconocer su naturaleza divina. Sus alumnos deben percibir que usted los ama y los respeta.

Ningún material que provoque controversias o que sea sensacionalista puede fortalecer la fe y el testimonio, y debe evitarse. No emplee ningún método que podría avergonzar o denigrar a alguna persona.

¿Está aprobado por la Iglesia este material?

Utilice las ediciones vigentes de los libros canónicos y los materiales de enseñanza publicados por la Iglesia. Considere los métodos sugeridos en el manual de lecciones antes de consultar otras fuentes de recursos en procura de ideas. Cualquier material o idea que usted emplee y que no se encuentre en el manual debe recalcar la verdad y la bondad. Como suplemento del material de las lecciones y de las Escrituras, podría utilizar los discursos de conferencias generales, la revista Liahona y las láminas y los materiales audiovisuales producidos por la Iglesia.

¿He seguido los procedimientos debidos al prepararme para emplear este método?

Algunos métodos requieren una preparación especial. Por ejemplo, antes de invitar a alguien para que dé un discurso, es necesario que obtenga la aprobación del obispo, así como también la del presidente de estaca cuando el evento incluye a toda la estaca (véase el Manual de Instrucciones de la Iglesia, Libro 2: Líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares, [1999], pág. 388).

Información adicional

Para mayor información sobre cómo escoger distintos métodos, véanse las lecciones 8 y 9 del curso Enseñanza del Evangelio (págs. 252–259).